Flee se estrena este jueves en los cines uruguayos
Nicolás Tabárez

Nicolás Tabárez

Periodista de cultura y espectáculos

Espectáculos y Cultura > ESTRENA ESTE JUEVES

Nominada al Oscar y una de las mejores películas del año: las razones para ver Flee, que hoy se estrena en cines

La película cuenta la historia de un refugiado afgano en Dinamarca, mezclando documental con animación
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02 de junio de 2022 a las 05:04

Las historias sobre el exilio y los refugiados son tan viejas como la civilización. Hay exilios en los antiguos relatos griegos, en la Biblia, en la literatura moderna y en el cine. Hay también muchas historias de este tipo en la realidad, por supuesto. Y en los últimos tiempos, donde las migraciones ilegales y los conflictos bélicos son tan cotidianos como siempre lo fueron, solo que ahora nos enteramos con un click o un desplazamiento del pulgar, bien podemos estar inmunizados a este tipo de relatos. Un “qué lástima”, un “pobre gente” y seguimos.

Por eso, si a uno le dicen que la película Flee, que este jueves se estrena en los cines uruguayos con el subtítulo Huyendo de casa, cuenta la historia de un refugiado afgano en Dinamarca, hay buenas chances de que empiece a bostezar o a mirar con mejores ojos a los dinosaurios de la nueva Jurassic Park. Sería una pena, porque esta es una de las mejores películas que se podrán ver este año en las salas.

Firmada por el cineasta Jonas Poher Rasumssen, Flee estuvo el pasado marzo nominada a una poco habitual triple corona en los premios Oscar: Mejor película animada, Mejor película internacional y Mejor documental. Aunque finalmente no se llevó ninguno de los tres premios – los Oscar no siempre aciertan – esas candidaturas le alcanzaron para llamar la atención y ameritaron este estreno en Uruguay.

El protagonista de esta historia es Amin Nawabi, el seudónimo elegido por un académico para contar por primera vez su vida al mundo. Amigo del director desde su etapa liceal, y enfrentado a un momento de quiebre en su vida – dividido entre la opción de casarse con su pareja o irse a dar clases a la universidad estadounidense de Princeton – Nawabi opta por dejar caer la mentira relatada a las autoridades danesas para recibir asilo y relatar su periplo desde Afganistán hasta Dinamarca, pasando por una Unión Soviética al borde del colapso y otros inhóspitos rincones del norte de Europa.

Y lo hace recurriendo a una fresca y particular mezcla de material documental de archivo, material filmado en el presente pero animado, y secuencias puramente animadas, en algunos momentos más abstractas en su diseño, que ilustran los recuerdos personales de Nawabi desde su niñez feliz en Kabul junto a su madre y sus hermanos, con la sombra de un padre detenido desaparecido por el gobierno durante el período de la invasión soviética a fines de los años 80, hasta su llegada a Dinamarca como un adolescente que en el medio vivió dolores y traumas inimaginables.

Los diferentes registros y herramientas narrativas se combinan de forma impecable para confeccionar una narrativa poderosa en la que la sensación de pérdida planea por encima todo el tiempo – en definitiva, los refugiados son personas que han perdido su casa, su país y muchas veces hasta su identidad y su dignidad humana – pero donde también se encuentran momentos de ternura y calidez que ayudan a procesar la experiencia de acompañar el viaje de Nawabi, un trayecto en el que el tráfico humano asoma la cabeza y donde la violencia abunda.

Tan íntima como poderosa, Flee es en definitiva la historia de un hombre que busca reconciliarse consigo mismo y adueñarse de su identidad y su propia vida. Y lo hace de una forma delicada pero intensa, que esconde entre el horror momentos de belleza, felicidad y aceptación, tanto propia como ajena. El momento en el que Amin sale del clóset ante sus hermanos y cómo estos reaccionan es uno de los momentos que por sí solos valen el precio de la entrada al cine.

Y encima, para contar su historia apela a mezclar dos técnicas que por lo general no se cruzan como el documental con la animación – repitamos una vez más, aunque sea animada no necesariamente es cine para niños – expandiendo las fronteras de los géneros al tiempo que difuminándolas.

Flee es un hallazgo cinematográfico y una pequeña maravilla, que es capaz de estrujar el corazón, si, pero también de reconfortarlo.

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