Porta y el Morro, una dupla explosiva

Fue una temporada sensacional del Morro y al cabo de la misma fue transferido a Atlético Paranaense; luego partió a Turquía y este año regresó a Nacional. Fue, además, la primera temporada de Porta en Nacional, donde se reencontró con Juan Ramón Carrasco, el técnico que lo llevó al estrellato en River Plate.

Porta y García fueron titulares juntos en 15 partidos de aquella campaña, que terminó con Nacional campeón. El tricolor ganó 11 de esos 15 juegos, empató dos y perdió los otros dos: frente a Fénix y contra América de México por la Copa Libertadores.

Durante el Clausura, cuando ya estaban afianzados, Porta sufrió un desgarro que lo alejó de la oncena. Dos partidos antes Nacional le había ganado 3-0 a Cerro con dos goles del Canguro y uno del Morro.

Porta volvió para jugar los últimos cuatro partidos del campeonato, incluida la final contra Defensor. Esta tarde, los defensores de Rentistas tendrán que esforzarse para detenerlos.

Busca confianza

El triunfo de Nacional frente a Racing en la primera fecha del Apertura, pese al exiguo 1-0, dio tranquilidad al plantel que dirige Rodolfo Arruabarrena. A partir del lunes pasado el técnico se limitó a preparar el partido siguiente frente a Rentistas con la idea de darle confianza al equipo del debut y por eso marcó un solo cambio y obligado: el ingreso de Ismael Benegas por el suspendido Andrés Scotti. Ayer se confirmó la segunda variante, también por obligación: García por el lesionado Alonso. El Vasco cortó de cuajo la posibilidad de que frente a los bichos colorados ensayara el sistema de tres defensores, ya que iba a tener descansado a Álvaro Fernández. El Flaco seguirá en el banco, junto a seis de los siguientes concentrados: Leonardo Burián, Lucas Cavallini, Hugo Dorrego, Rafael García, Gastón Pereiro, Nicolás Prieto y Álvaro Recoba.

Nacional tiene que mejorar el funcionamiento, porque contra Racing mostró baches. Enfrente, un equipo que viene de la Segunda división, cuya estructura se basa en jugadores de la cantera, que en su mayoría nunca jugaron en el Estadio Centenario. Lo que le sobra a los bichos colorados es motivación, para desactivar la dupla explosiva del ataque albo.