"Estábamos debiendo la firma... es que lamentablemente en Pocitos, el barrio donde vivimos no hay un lugar en el que se estén recolectando", le explica una mujer a Adriana Pérez mientras observa cómo su esposo, un hombre canoso, coloca su pulgar derecho cubierto de tinta negra sobre la papeleta para habilitar el referéndum contra 135 artículos de la ley de urgente consideración (LUC).
Pérez le sonríe a la pareja que un instante antes salió de vacunarse del Antel Arena y se coloca atrás de dos mujeres que habían llegado antes al puesto de firmas que era atendido por integrantes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Enseñanza Privada (Sintep).
La carpa azul, colocada sobre la avenida José Pedro Varela, funciona de lunes a viernes desde las diez de la mañana hasta las cinco de la tarde. Los carteles con la consigna #yofirmo, así como las banderas rojas y negras del gremio, llaman la atención de quienes pasan, que desvían su mirada hacia allí.
La brisa que corre en el lugar dificulta la tarea de quienes esperan detrás de una mesa de madera cubierta de papeletas y material informativo, que cada tanto deben sostener para que no se vuelen. Los tres recipientes de alcohol en gel que están a la vista son utilizados prácticamente sin descanso; cada vez que alguien completa una hoja, la lapicera pasa por un proceso de desinfección para luego volver a las manos de otra persona.
Mientras otras dos militantes permanecen en el puesto, Pérez camina de un lado para otro ofreciendo folletería a las personas que pasan cerca. "Hola, ¿qué tal? ¿La fila para vacunarme es aquella que está allá? Tuve un problema con el ómnibus y llegué tarde", le pregunta una mujer confundiéndola con personal del Antel Arena y señalando a lo lejos. "Sí, es aquella. Cuando llegues ahí hay personas mismo del lugar que te van a decir bien dónde colocarte de acuerdo a la hora que tenías de vacunación", responde amablemente la integrante de Sintep. "Aprovecho y te dejo esto con información para que leas tranquila cuando llegues a tu casa", agrega. "Ah, bien, muchas gracias", dice la mujer, que se aleja con el papel en su mano.
A unos metros, prácticamente en el cruce de Varela y Larrañaga, otras tres militantes, pero esta vez en un puesto con banderas de la Confederación de Organizaciones de Funcionarios del Estado (COFE) y del Sindicato Único de Trabajadores del INAU y del INISA (Suinau), atienden a quienes se acercan hasta la mesa. Ellas también pasan allí unas ocho horas y afirman recoger al final la jornada entre 100 y 150 firmas, dependiendo del día. También rotan en la salida de otros vacunatorios, como en el del Hospital de Clínicas. "No hay un grupo (etario) específico que firme más que otro, por acá pasan jóvenes, adultos, todos", cuenta Myriam Bacigualupe. "Muchas mujeres", añade.
De todas formas, la integrante del Suinau considera que hacen falta más puestos. "La gente llega y nos dice: '¡Qué suerte que están acá porque no encontré dónde firmar en el barrio!'", señala. "La verdad es que el coronavirus nos partió al medio y esto se va a definir puerta a puerta", afirma. Además, comenta que recientemente el PIT-CNT pidió apoyo a los sindicatos para comenzar a colocar mesas en las ferias vecinales. "Es difícil pero vamos a llegar a las firmas", augura y recuerda que los uruguayos siempre dejan "todo para último momento".
Un tercer puesto ya más sobre Larrañaga, prácticamente en frente a la plaza de juegos del Antel Arena, es atendido por jóvenes de distintos sindicatos. Por allí no solo pasan quienes se van a vacunar, también aquellos que aprovechan para hacer deporte y disfrutar al aire libre en familia. "Ahora hay que ir a buscar a la gente y lo que mejor rinde es estar en lugares como estos", asegura Pablo Suárez, integrante de la Federación Nacional de Profesores de Educación Secundaria (Fenapes), teniendo en mira que hasta el momento se llevan recolectadas unas 300.000 firmas.
El miércoles, los sindicatos industriales desplegaron 45 puestos en la zona metropolitana. La Federación de Ancap (Fancap) aprovechó esta instancia para sumar un nuevo punto de recolección de firmas frente a la sede del Ministerio de Desarrollo Social (Mides), por la avenida 18 de Julio, además del que ya tenía en el Parque Bellán. El objetivo del gremio es mantener los dos puntos con los 30 afiliados que colaboran en la campaña y, además, comenzar a entregar papeletas a domicilio para aquellas personas que no puedan salir de sus casas.
Esto, en línea con el pedido de la central sindical, que de cara al 1° de mayo solicitó mayor participación a todos los sindicatos, explica Eduardo Tropiano, uno de los integrantes de Fancap que atiende el puesto ubicado en el Centro. En ese punto, donde en general los peatones pasan apurados, los que más se detienen a recibir información son los jóvenes. Los adultos se muestran más convencidos de su posición, tanto por sí o por no, y no suelen parar su andar, aunque de vez en cuando surgen intercambios.
Estrategias y financiación de la campaña
Sabiendo que el tiempo corre en su contra y que deben incrementar el ritmo de recolección para alcanzar el objetivo de las 700 mil que se necesitan entregar a la Corte Electoral el próximo 9 de julio, las organizaciones que apoyan la campaña han optado por distintas estrategias teniendo en cuenta la actual situación de la pandemia, explicó el representante del Frente Amplio en la Comisión Nacional Pro Referéndum de la LUC, José Nunes.
Por un lado, la idea es continuar con las actividades tradicionales tomando las debidas precauciones de acuerdo a las recomendaciones de las autoridades sanitarias. "Básicamente vamos a sostener los puestos fijos o las mesas de recolección con compañeros con tapabocas y alcohol en gel", aclaró. También se comenzarán a implementar las barriadas, saliendo en parejas y recorriendo las casas de los vecinos. Si bien estas ya se comenzaron a llevar adelante, la Comisión está elaborando un plan estricto para cubrir todo el territorio nacional. "El objetivo es reforzar en las próximas semanas aquellos lugares donde no tenemos todas las capacidades militantes", comentó.
Pero, por otro lado, durante este tiempo se han buscado alternativas que buscan evitar las aglomeraciones y llegar a aquellos que por la situación sanitaria no salen de sus hogares. "La otra forma que ha tomado un gran impulso en este último mes es el delivery de papeletas", sostuvo Nunes. La modalidad consiste en coordinar a través de un número de celular para llevarle a los interesados las papeletas directamente hasta sus casas. Esta forma, que implica destinar mayores recursos y tiempo, está teniendo una muy buena respuesta para llegar a aquellos que por sus realidades en medio de la crisis sanitaria no frecuentan las calles.
El tiempo que los militantes dedican a la campaña es totalmente honorario, ninguno cobra por el trabajo que realiza. No reciben ningún tipo de viático, por lo que los gastos de traslado y alimentación corren por su cuenta, con excepción de algunas organizaciones, la minoría, que cubren la comida por decisión propia. En el caso de los deliveries de papeletas, hay sindicatos que prestan sus vehículos para salir a repartir pero, en otros, el costo del combustible es un gasto que corre por cuenta de particulares.
"Se trata de una campaña muy modesta desde el punto de visa económico que está financiada con los aportes que hacen las organizaciones que las integran y por bonos colaboración que se han puesto a la venta a precios populares", indicó el representante del Frente Amplio.