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Puigdemont mantiene reuniones para tratar de volver al poder

El expresidente convocó a sus disputados este lunes por las negociaciones
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05 de febrero de 2018 a las 05:00
El expresidente catalán Carles Puigdemont se reunió el domingo con una delegación de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) en un hotel de Bruselas para tratar de volver al poder, según informaron fuentes soberanistas. El encuentro terminó con avances pero sin conclusiones claras.

Los republicanos indicaron que la negociación "progresa adecuadamente", mientras que desde el grupo de Puigdemont sostienen que la reunión del domingo "ha ido bien y ha sido constructiva".

Según dijeron fuentes de Junts per Catalunya (JxCat), partido de Pugidemont, los contactos continuarán en los próximos días para "avanzar en la línea" de investir a su líder, quien además convocó a los diputados de su grupo para reunirse este lunes con el fin de evaluar las negociaciones que mantienen los partidos independentistas de cara a la investidura de un nuevo presidente de la Generalitat.

Falta de plan

La fiesta de los independentistas catalanes luego de ganar las elecciones de diciembre se transformó en desilusión la última semana, cuando fueron incapaces de formar gobierno afectados por las divisiones y la falta de una estrategia definida tras el fallido intento de secesión en octubre.
A diferencia del movimiento independentista en Escocia (Reino Unido) o Quebec (Canadá), en Cataluña el poder está repartido entre tres sectores, unidos en su voluntad de romper con España pero distanciados entre ellos.

El pasado martes, el presidente del Parlamento catalán, Roger Torrent, postergó sorpresivamente la investidura de Puigdemont, que había sido cesado por el gobierno español de Mariano Rajoy el pasado 27 de octubre.

El presidente de la cámara afirmó que tomó la decisión para asegurar un debate de investidura "efectivo y con garantías" ante las restricciones judiciales para impedir una elección de Puigdemont, que se autoexilió en Bélgica hace tres meses pero tiene una orden de detención en España por los delitos de rebelión y sedición.

Como telón de fondo, subyacen las diferentes estrategias de los grupos independentistas, JxCat (que obtuvo en diciembre 34 diputados sobre 135), Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), el partido de Torrent, con 32, y Candidatura de Unidad Popular, CUP, de extrema izquierda, con tan solo cuatro.

Una vez concretado el fracaso de la vía unilateral adoptada en octubre con el referéndum inconstitucional y la proclamación de una república, ERC apunta a enfriar el conflicto e intentar aumentar los electores independentistas, que todavía se quedaron en los últimos comicios con 47,5%.

Pero esto choca con la estrategia de JxCat, que considera irrenunciable la candidatura de Puigdemont aunque eso implique las tensiones con Madrid, y de la CUP, que apuesta a la desobediencia civil. "La realidad es que ERC no quiere investir a Puigdemont y van a alargarlo y buscar excusas", lamentó un dirigente del partido del expresidente regional."Pero no se atreven a decirlo en público porque se los van a comer", añadió el político.

Las divisiones entre los separatistas fueron aprovechadas por la oposición, que reclama proponer otro candidato y asumir públicamente que su líder no puede ser investido presidente.

"El independentismo está roto por la mitad", había dicho el martes pasado Inés Arrimadas, líder del partido antinacionalista de centroderecha Ciudadanos, el más votado en diciembre pero sin el apoyo suficiente para formar gobierno.

El mismo día, miles se manifestaron con caretas de Puigdemont protestaron frente al Parlamento, disconformes con la postergación de la investidura. "Si la gente votó a Puigdemont, Madrid no tiene nada que decir al respecto", señalaban.

En esta coyuntura, su elección es bastante problemática, ya que si asiste al Parlamento para defender su programa como marca el reglamento, puede ser detenido y puesto a disposición de la Justicia, que podría disponer su envío a la cárcel.

En cambio, una investidura a distancia, en la que otro diputado tome su lugar, será impedida por la justicia, le generaría un dolor de cabeza legal a Torrent y determinaría la intervención de Madrid por tiempo indeterminado.

Ante esta situación, el presidente del Parlamento optó por retrasar la votación.

El exvicepresidente y líder de ERC, Oriol Junqueras –que continúa preso– propuso concederle una presidencia "simbólica" combinada con una ejecutiva, en Barcelona, que pueda gobernar de forma efectiva. De momento, JxCat rechaza cualquier candidato alternativo aunque eso lleve a un bloqueo político y a nuevas elecciones.

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