Las estaciones de servicio cuestionan los aranceles que le cobran las tarjetas.

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Qué dijo el Banco Central sobre topear por ley los aranceles de las tarjetas

El presidente del BCU consideró que si se avanza con la regulación, la misma debería ser “universal” y abarcar a cualquier tipo de pago electrónico
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29 de octubre de 2022 a las 05:03

Una delegación del Banco Central del Uruguay (BCU) integrada por su presidente Diego Labat, su vicepresidente Washington Ribeiro, el gerente de Asesoría Jurídica, Daniel Artecona, y el gerente de Política Económica y Mercado, Adolfo Sarmiento dieron su visión ante la comisión de Hacienda del Senado sobre un proyecto de ley que busca los aranceles que cobran las tarjetas de crédito a los comercios impulsado por el senador blanco Sergio Botana. 

Labat dijo que el mercado de los aranceles es “complejo” que puede hoy puede tener “ciertos ruidos o rozamientos. “Lo que nos gustaría –y entiendo que es lo ideal– es ir hacia un mundo o un mercado que tenga mucha más competencia y sobre todo en eso estamos trabajando. Cuando digo competencia no me refiero solo a pensar en que haya más emisores de tarjetas de crédito o más empresas adquirentes sino, incluso, a sistemas alternativos”. 

En ese sentido, el presidente del BCU indicó que se está trabajando en “el pago mediante transferencias, que hoy existe; le hemos hecho mejoras, pero queda muchísimo por hacer. Tenemos el ejemplo de Brasil, que tiene el sistema PIX, o el de la India, que tiene el UPI; hay varios ejemplos exitosos en el mundo. Es decir que hablamos de sistemas que terminan compitiendo con el de tarjetas de crédito. Por eso digo que el tema no solo pasa por poner competencia ahí sino también por generar, primero, la libertad de que cada ciudadano elija por dónde pagar y, además, otras alternativas”, insistió. 

El funcionario indicó que esos sistemas tiene la venta de que hay “mucho menos intermediación”.  “Eso debiera aportarle eficiencia al sistema; ese es el ideal y en eso hemos trabajado”, anunció. 

Por otro lado, Labat comentó  que espera que la multiadquirencia —que permite que el comerciante pueda contratar el acceso a todos los mecanismos de pago con una sola persona o con una sola empresa— redunde en un “beneficio para el comerciante y, al final del camino, para el ciudadano”. 

“Por supuesto, sí, creemos que en el intermedio está la posibilidad de regular”, precisó Labat, quien recordó que otros países de la Unión Europea y EEUU transitaron ese camino. 

“En nuestra visión el ideal es seguir abriendo el mercado y que haya más competencia; en el ínterin entendemos que es viable poder hacer alguna regulación que permita acompañar ese camino que queremos de menos costos y más eficiencia”, comentó Labat.

El presidente del BCU consideró que si se avanza con la regulación, la misma debería ser “universal” y tiene que abarcar cualquier tipo de pago por cualquier tipo de medio electrónico.

“De lo contrario, se corre el riesgo de que, si uno le pone cierto tope a las tarjetas de crédito, la gente o las propias empresas fomenten otro pago que no tenga ese tope; entonces, es importante que cualquier medio electrónico esté abarcado”, planteó Labat. 

Por otro lado, el jerarca indicó que no queda claro en el proyecto cuáles serían los niveles adecuados de las tasas de las propinas que se plantean. A su vez, el presidente del BCU indicó que si bien hay un acuerdo informal sobre un cronograma de rebajas de aranceles en función del monto operado desde 2018 (por el anterior gobierno) hasta el 2021, que no preveía una fecha de finalización. 

“En estos cuatro años han aparecido nuevas empresas que, como no firmaron el acuerdo, no tienen la obligación de cumplirlo. Esto pone un poco de ruido. A su vez, en estos días, uno de los firmantes nos avisó que, a partir del 1º de enero, iba a dejar de cumplir el acuerdo. No está claro el precio que va a poner; dice que el acuerdo que firmó voluntariamente, ahora terminó para él. Ahora estamos analizando la validez de esto”, explicó Labat en el Parlamento. 

Los topes que se plantean 

El artículo 1° del proyecto de Botana define dos situaciones. Se plantea un arancel comercial por concepto de comisiones para tarjeta de débito que no puede ser superior al 0,4 %, comenzando en una progresividad de 0,95 %. En el caso de las tarjetas de crédito sucede lo mismo, aunque no puede ser superior a 1,5 % y empieza en una progresividad de 2%.

Actualmente, los aranceles de crédito para alimentación, vivienda, vestimenta y zapatería pueden llegar hasta el 6%. En el caso del débito, el máximo que se aplica hoy es 1,15%. 

 

 

 

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