¿Qué saben hacer y qué no los uruguayos en internet? La brecha que esconde la conectividad

Porque mientras el 90% de los internautas uruguayos de mayor nivel educativo declaran tener habilidad informacional cuando usan internet, entre los menos formados lo admite solo la mitad. Para decirlo más sencillo: la mayoría de los más educados reconocen que sin la ayuda de otra personas son capaces de distinguir qué información deben compartir o no en línea, qué palabras clave usar para una búsqueda online, o chequear si una información que se les presenta es verdadera o no. Pero esa habilidad cae con el nivel de estudio alcanzado, como también se desploma entre los más adultos.

Esa misma inequidad se replica en casi todas las habilidades. Solo la cuarta parte de los internautas uruguayos mayores de 65 años cuentan con capacidad ofimática. ¿Qué significa? Enviar archivos adjuntos en correos electrónicos o mensajes, guardar en su dispositivo una foto que se encontró en internet, copiar o mover texto o imágenes, crear presentaciones, usar fórmulas en una hoja de cálculo.

Es más: existe una brecha notoria entre los uruguayos que acceden a internet solo por teléfono celular de aquellos que cuentan con otros dispositivos. “El celular masificó el acceso a internet, pero limitó el uso: los universitarios no hacen la mayoría de sus trabajos académicos desde un celular, tampoco los que teletrabajan”, explica el sociólogo Matías Dodel, especializado en sociedad de la información.

El informe que este jueves presentó Agesic y el INE dice: “Las diferencias en las habilidades digitales de las personas dejan en evidencia que el acceso y uso de internet no equivale a un uso similar de internet, ya que la brecha de habilidades entre internautas incide en qué actividades pueden realizar en línea”.

Teletrabajo: ¿solo para ricos y educados?

Durante la emergencia sanitaria del covid-19 el mundo del trabajo cambió, al menos ese era el discurso: las oficinas públicas decretaron el teletrabajo durante un tiempo, las empresas habilitaron las tareas a distancia, el Instituto Nacional de Estadística empezó a cuantificar el teletrabajo para medir el empleo, se legisló, se discutió sobre el derecho a la desconexión, y hasta la pertinencia de los paros como mecanismo de protesta en esta nueva era. Pero superada la pandemia, la evidencia muestra que el cambio no fue para todos.

Según la última edición de la Encuesta de Usos de las Tecnologías de la Información y la Comunicación muestra que el porcentaje de internautas uruguayos que teletrabajo en los últimos tres meses tuvo leves crecimientos respecto a la prepandemia. Y mientras entre los más pobres solo el 9% teletrabajo en el último trimestre, entre los más ricos lo hizo el 41%.

Cuando se mide por nivel educativo —un indicador que suele tener concordancia con el bolsillo— la brecha es todavía más marcada: 3% de los menos formados teletrabajó versus el 45% de los más educados.

En la educación, en cambio, las plataformas digitales permitieron el acercamiento a la enseñanza de parte de la población que antes estaba más desfavorecida. La interacción con el centro de estudio a través de internet aumentó de 49% antes de la pandemia al 58% posterior a ella. “Este aumento se dio principalmente entre quienes tienen nivel educativo bajo, quienes residen en el interior y quienes se encuentran en los dos quintiles más bajos de ingresos. Es así que, en 2022, quienes ya interactuaban con el centro educativo a través de internet continúan haciéndolo, y gran porcentaje de quienes no lo hacían comenzaron a hacerlo, reduciendo las brechas”, explica el informe sobre los resultados de la encuesta.