¿Qué variables inciden en que los uruguayos consuman más sal?: el estudio que lo revela

Este es un problema grave en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), que ha dicho que es necesario reducir su ingesta para detener el incremento sostenido en la prevalencia de la hipertensión.

La última estadística uruguaya muestra que la prevalencia de esta afección en los adultos es del entorno del 36%. Además, se sabe que la ingesta diaria en el país es de 3,7 gramos diarios, casi el doble de lo máximo recomendado por la OMS. 

La mayor cantidad de sodio consumido proviene de los alimentos procesados y ultraprocesados, mientras que el resto proviene de la sal discrecional, que es aquella que agregamos cuando cocinamos o en el momento de la comida.

Pero, ¿qué incide en que le agreguemos sal a las comidas?

Hasta el momento no hay tantos estudios científicos sobre qué factores conducen a una persona a agregar sal al cocinar o durante las comidas.

Por eso un grupo de investigadores uruguayos de la Facultad de Química de la Universidad de la República y del Instituto Nacional de Alimentación se comprometieron a estudiar este tema. Para ello encuestaron a 498 uruguayos mayores de 18 años.

Si bien el estudio no buscó trabajar con una muestra representativa, trabajó con un grupo de participantes con diversas características (género, edad, nivel socioeconómico, nivel educativo) para acercarse a cuáles son las variables que influyen en las personas a la hora de agregarle sal a sus alimentos.

El 59% dijo haberle puesto sal a los alimentos durante su cocción mientras que el 13% indicó que la agrega después de haber preparado los alimentos.

El estudio concluye que la probabilidad de agregarla, ya sea al cocinar o con el plato ya servido, fue menor para las personas mayores en comparación con los grupos más jóvenes.

"Este resultado está en línea con los de estudios previos que muestran que la edad es un factor determinante del consumo de sal discrecional", señala el estudio.

Este resultado, agregan los investigadores, puede estar relacionado a que con el aumento de la edad hay una mayor incidencia de la hipertensión y de las enfermedades cardiovasculares. Por eso, es probable que estas personas reciban más indicaciones médicas para limitar el consumo de sal.

El género no representó una variable predictora relevante para explicar el  consumo de sal discrecional, pero sí la orientación temporal. ¿Qué es? La inclinación que tenemos para pensar en las consecuencias futuras o inmediatas de las decisiones. Aquellas personas que consideraban las consecuencias futuras a la hora de tomar sus decisiones eran menos propensas a agregar sal a las comidas. 

Por el contrario, quienes consideraban las consecuencias inmediatas mostraron un mayor uso de sal discrecional. Esto sugiere que las personas que piensan en las consecuencias futuras del consumo de sal en su salud son menos propensos a utilizarla al cocinar o durante las comidas que aquellos que se basan en las consecuencias inmediatas, es decir el gusto salado que tendrá la comida.

El estudio concluye que las personas "orientadas al presente", así como aquellas con "baja percepción de gravedad y susceptibilidad a los riesgos del consumo de sodio", son objetivos dignos de intervención para reducir el consumo de sodio. Por eso, instan a diseñar e implementar campañas de comunicación que puedan ayudarlos a modificar sus hábitos de consumo.