Consejero del Codicen: "Se pospone la reforma en bachillerato; no creo que se concrete este quinquenio"

Están las planillas con las cargas horarias de las asignaturas, los nombres de las materias nuevas, cuál es la trayectoria que seguirán los alumnos y qué se pretende que sepa el estudiante al término de cada tramo. Pero, a diferencia de lo que suelen contener los planes integrados, hay dos asuntos clave que no figuran: ¿cómo será el mecanismo de evaluación y qué pasará con los estudiantes cuando acaben la educación básica?

Con el voto a favor de los tres consejeros que designó el gobierno y la abstención de los dos consejeros que representan a los docentes, el Codicen aprobó el documento de 86 páginas que, en la hoja 82, esboza los criterios generales de evaluación y aclara que recién se incorporará una definición al plan cuando los subsistemas elaboren sus reglamentos de pasaje de grado. Dicho en criollo: hasta ahora se desconoce qué pasará con la repetición y las calificaciones.

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Sin embargo, los criterios generales dejan entrever que en la escuela se suprimirá la repetición en primer, tercer, cuarto y quinto grado. El texto reza: “Se recomienda fortalecer las estrategias de acompañamiento que buscan la protección de las trayectorias educativas de los estudiantes, sobre todo en vistas a una posible excepcionalidad de la medida de la repetición (…) En la educación primaria se recomienda una mirada de ciclo más que de grado, que ponga foco en los procesos de cada niño”.

El nuevo plan educativo se organiza en tres ciclos. Cada uno de ellos contiene dos tramos que, a la vez, reúnen los distintos grados de los primeros 12 años de escolaridad. El primer ciclo de Primaria termina en lo que hoy es segundo de escuela (allí podría darse un corte de repetición), y el segundo ciclo acaba en sexto de escuela (también podría existir un régimen de no promoción).

En los liceos y UTU, sin embargo, todo parece indicar que los cortes serán por tramo. De ser así, no se podrá repetir en primero.

¿Y el bachillerato?

Cuando la Administración Nacional de Educación Pública pidió un incremento presupuestal, en el proyecto de ley de presupuesto quinquenal, lo hizo pensando que la reforma educativa sería en todos los grados de la educación obligatoria. Sin embargo, el plan de educación aprobado el miércoles deja por fuera a los bachilleratos.

“El plan aprobado logró lo esencial de la transformación que imaginábamos, pero se pospone el bachillerato y no creo que se llegue a concretar en este quinquenio”, reconoció el consejero Juan Gabito.

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Cuando se votó un primer borrador del marco curricular (el primer documento de todos), las autoridades de la enseñanza llevaban cerca de cuatro meses de retraso respecto al calendario que se habían fijado. Eso generó tensiones e incluso el cambio de algunas figuras técnicas que estaban liderando los equipos.

Para ponerse a tiro, las autoridades aceleraron los documentos y prefirieron dejar de lado el bachillerato que, por sus características, ocasionaba más rispideces con los docentes. Ocurre que los técnicos querían la eliminación de los bachilleratos diversificados por orientaciones y que se centre en un bachillerato más generalista con talleres optativos y créditos. La lógica detrás era que se le pide al estudiante que opte por una orientación cuando es demasiado pequeño, más teniendo en cuenta que la mayoría de carreras universitarias no ponen requisito de ingreso por orientaciones. Un cambio de esta magnitud implicaría meterse con la carga horaria de los docentes tal cual rige hoy.

En la reunión que las autoridades de la ANEP mantuvieron con las asociaciones de colegios privados se reconoció que la reforma de los bachilleratos quedará postergada hasta 2024 o 2025. Y Gabito ahora dice que ve improbable que se alcance en el quinquenio.