El gobierno dominicano presiona para limitar el número de haitianos que migran hacia el país.

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República Dominicana cerró la frontera con Haití por la disputa de un río compartido

El diferendo agrava la muy tensa relación entre los dos países que comparten la isla Española debido a los migrantes haitianos que cruzan en busca de trabajo o para comprar bienes esenciales
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15 de septiembre de 2023 a las 17:47

República Dominicana cerró todas las fronteras terrestres, aéreas y marítimas con Haití en el marco de una disputa por la construcción de un canal en suelo haitiano que desemboca en un río compartido, al tiempo que concretó un impresionante despliegue militar, situación que disparó una crisis diplomática en un contexto de relaciones ya muy tensas por la inmigración haitiana.

El cierre de la frontera, ordenado por el presidente Luis Abinader, que busca la reelección el año próximo, comenzó hace diez días en el paso Dajabón y se extendió ahora a los otros dos cruces habilitados como represalia por la construcción de un canal para desviar agua del río Masacre, que separa ambos países, medida que incluye, además, la cancelación de todos los vuelos previstos entre ambos países que comparten la isla Española.

Hasta el momento, el bloqueo, que afecta el comercio en las ciudades de la zona y a centenares de haitianos que cruzan a diario para trabajar en Dominicana, no está claro cuánto durará.

Abinader, en declaraciones a los medios locales, dijo que estará vigente “mientras sea necesario”, y el Ministerio de Asuntos Exteriores del país agregó que el proyecto del canal viola un tratado de 1929 y "debe detenerse inmediatamente antes de iniciar cualquier otro diálogo".

Las autoridades de Puerto Príncipe señalan que la construcción cerca del río que corre a lo largo de la frontera tiene como objetivo ayudar a aliviar una sequía que azotó la llanura de Maribaroux en Haití y recordaron que el cauce lleva el nombre de un sangriento enfrentamiento entre colonizadores españoles y franceses en el siglo XVIII, lugar que además fue escenario de una matanza masiva de haitianos por parte del ejército dominicano en 1937.

El gobierno haitiano defiende la construcción argumentando su "derecho soberano a explotar sus recursos naturales" y llamó al diálogo, mientras helicópteros militares y decenas de camiones con centenares de soldados dominicanos llegaron a Dajabón, que comunica con Juana Méndez del otro lado del límite internacional, donde se construye el canal.

Abinader califica la obra de "provocación" y una violación de tratados binacionales. "Es una construcción totalmente inadecuada, sin ningún tipo de ingeniería, es una provocación que este gobierno no va a aceptar", insistió el mandatario, que ha mantiene una dura política sobre Haití con masivas redadas contra indocumentados, mientras avanza en la construcción de un muro en la frontera.

“Es una medida muy drástica que no tiene sentido económico ni para Dominicana ni para Haití”, evaluó Diego Da Rin del International Crisis Group. "Esto claramente tendrá muy malas consecuencias económicas en República Dominicana y empeorará la situación humanitaria, principalmente en las zonas haitianas cercanas a la frontera", agregó luego que delegaciones de ambos países se reunieran sin alcanzar ningún acuerdo.

Según los registros oficiales, las importaciones de Haití, un país atravesado por una de violencia sin precedentes a causa las pandillas que se disputan el territorio y una gravísima crisis humanitaria, provienen principalmente de Dominicana (8,4%), después de Estados Unidos (56%), y totalizaron el año pasado US$ 1.040 millones entre artículos de joyería, alimentos y materiales para la construcción.

En lo inmediato, según los pequeños comerciantes de frontera, el comercio en Dajabón ha estado cerrado desde hace 10 días, generando pérdidas millonarias. "Este pueblo lamentablemente sin ese vínculo está sepultado", expresó Nelson Núñez al canal local de noticias SIN.

"Aquí hay tristeza, a este pueblo parece que le pasó un ciclón y se llevó todo", dijo el hombre, mientras una extensa fila de camiones con mercancías esperaba a un costado de una ruta dominicana sin poder cruzar.

El gobierno anunció que comprará los productos perecederos que normalmente son exportados a Haití. "Los productores pueden estar conscientes que el gobierno los va a respaldar en esta situación, debido a que la medida tomada por el presidente representa un tema de seguridad y defensa de la soberanía nacional", afirmó el ministro de la Presidencia dominicana, Joel Santos Echavarría.

Da Rin, que calificó las acciones de Abinader como una “reacción exagerada”, señaló que el mandatario parece estar adoptando una postura cada vez más dura sobre la migración. "Tal vez Abinader piensa que esta es una manera de presentarse como un líder nacionalista fuerte capaz de detener lo que algunos llaman una invasión haitiana", explicó.

Desde que se ordenó el cierre, los guardias fronterizos dominicanos abren una puerta peatonal en Dajabón dos veces al día para permitir que los haitianos puedan volver a su país, bajo la advertencia de que no se les permitirá reingresar.

El Grupo de Apoyo a Repatriados y Refugiados de Haití condenó las medidas de Abinader y advirtió que las obras deberían continuar. “Cerrar la frontera traerá graves consecuencias para los inmigrantes haitianos”, alertó la coordinadora de la oenegé, Ketia Bronté.

Por su parte, Joseph Cherubin, activista por los derechos de los haitianos en Dominicana, teme que la situación "active la xenofobia", ya muy presente en ese país. "Lo más grave es el aumento del nacionalismo", agregó Cherubin, quien confirmó que desde hace 10 días el gobierno de Dominicana ya no otorgas visados a las personas de nacionalidad haitiana.

Los observadores de las agencias internacionales de ayuda humanitaria que trabajan en el territorio han destacado la posibilidad de que el cierre de la frontera terrestre aumente la cantidad de personas que cruzan ilegalmente, y que probablemente aumentará el número de casos de trata de personas y contrabando. La lectura enfatiza que Haití y República Dominicana son dos naciones cuya historia está entrelazada.

Abinader ha venido presionando para limitar el número de haitianos que migran a República Dominicana y ha expulsado a decenas de miles, incluso a los de ascendencia haitiana. Según las organizaciones civiles, sólo en agosto, unos 22.000 haitianos fueron deportados, el doble de la cifra mensual habitual.

 

(Con información de AFP)

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