Mundo > Escalada en la guerra

Rusia consolida su posición en el Donbás y Ucrania busca armas de ataque

Kiev reclama a sus aliados la provisión de más armamento para atacar las posiciones rusas. La provisión de lanzacohetes estadounidenses y británicos son reconocidas por Ucrania como eficaces pero la cantidad con la que cuentan les resulta completamente insuficiente para afrontar el poderío ruso
Tiempo de lectura: -'
09 de julio de 2022 a las 05:01

A medida que Rusia consolida sus posiciones en el terreno conquistado, prácticamente todo el este ucraniano, la artillería pesada de larga distancia se convierte en crucial para Ucrania. El arma más eficaz resulta el Himars, un sistema  múltiple lanzacohetes con alta precisión de origen estadounidense. Los Himars están montados sobre vehículos autotransportados, que pueden acercarse a sus objetivos de artillería a distancias de 80 kilómetros.

Si bien las fuentes del Kremlin destacan que la actividad en la llamada República del Donbás logró cierta tranquilidad tras la rendición de algunas unidades y la retirada de tropas ucranianas, por su parte Kiev advierte que está aumentando su capacidad de ataque a las posiciones rusas con armas pesadas, artillería de largo alcanza y también con drones que transportan explosivos.

El presidente ucranio, Volodímir Zelensky, destacó el pasado miércoles en su mensaje diario que los Himars habían conseguido destruir polvorines rusos estratégicos. Cuatro de estos lanzacohetes fueron enviados por Estados Unidos en junio pasado y el Ejército ucraniano asegura tenerlos ya operativos. Así lo consigna un informe publicado esta semana por el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR).

El ECFR asegura que el Gobierno de Estados Unidos se comprometió a enviar media docena más de Hilmars en las próximas semanas. Sin embargo, Mijailo Podoliak, uno de los asesores más influyentes de Zelensky dijo el pasado 13 de junio que para ganar la guerra necesitarían, entre otro armamento, 300 de esos lanzacohetes.

Las apariciones del presidente ucraniano en los diversos foros y sus comunicaciones con jefes de Estado para la provisión de armas no resultó eficaz si se toma en cuenta que, desde mediados de junio, la consolidación de las posiciones rusas en el Donbás, no solo les permiten el control terrestre sino que suman ese despliegue la presencia de una flota poderosa que controla el Mar Negro y de ese modo controla la salida de buques ucranianos.

Dado que Ucrania es un gran proveedor de alimentos, se trata de una presión extra al corte de gas a la Unión Europea que el próximo 11 de julio tendrá el corte total de la provisión de los dos gasoductos NordStream “por razones técnicas”. Lo cierto es que no se trata solo de una maniobra de presión, ya que Alemania tiene en reparación turbinas de propiedad de la rusa Gazprom que, por las sanciones, no reparó o si lo hizo no las entrega.

Artillería de largo alcance

Para Ucrania es fundamental todo lo que sean armas de largo alcance”, comentó este jueves en rueda de prensa el general Oleksii Hromov, vicejefe de Operaciones del Alto Mando de las Fuerzas Armadas ucranias. A su vez, dado que las tropas ucranianas no tienen posibilidad de una ofensiva en el Donbás, el suministro de tanques no les resulta importante. En cambio, la artillería de largo alcance le permite asestar golpes a las posiciones rusas. Los voceros de Kiev insisten en que buscan artillería de gran precisión para “evitar al máximo más destrucción en zonas urbanas”. Pese a ello, los mandos ucranianos también incluyen la necesidad de 500 tanques en la lista ideal para expulsar a las tropas rusas del país.

Por otra parte, algo del material bélico que llega a Ucrania es en materia de “ayuda” o “donación” en tanto que otra parte es comprada por el gobierno de Zelensky. Si se toma en cuenta la disparidad de fuerzas militares entre los contendientes, Ucrania no puede hipotecarse para un escenario de guerra que le resulte imposible. La gran pregunta es cuándo será el turno del diálogo y la negociación o si, por el contrario, la escalada llegará a un conflicto de dimensiones impensadas con otros actores, concretamente de la OTAN, que por el momento parecen descartados.

Oleksii Melnik, codirector del Centro Razumkov de estudios de relaciones internacionales y política de seguridad, le dijo a Cristian Segura, enviado especial de El País de Madrid a la zona de conflicto que “la diferencia de artillería es abismal: por cada diez misiles y obuses rusos, Ucrania tiene uno”. A su vez, el semanario londinense The Economist publicó la semana pasada que “en dos semanas de guerra, Rusia dispara el arsenal que fabrica Estados Unidos en un año”. Es casi imposible saber qué cursos puede tener el conflicto ya que los pedidos de Kiev a sus aliados no logran sus objetivos y, al mismo tiempo, la prensa de Moscú enfatiza con que sus posiciones están consolidadas en el plano militar.

Al principio de la invasión, hace cuatro meses, el gobierno de Kiev pedía a la OTAN apoyo aéreo o provisión de aviones para neutralizar las aeronaves rusas. Sin embargo, la Alianza Atlántica lo descartó en su momento con el argumento de que eso podría desencadenar una guerra de proporciones mundiales.

Ahora Kiev pide armas de artillería y la cantidad que dice necesitar dista mucho de lo que le entregan.

Los cohetes portátiles antitanque Javelin, de producción estadounidense, son otra arma que les resultó eficaz a las tropas ucranianas. Kiev afirma que los Javelin les permitieron dejar fuera de uso o destruir 1.600 tanques y 3.800 vehículos rusos. También los ucranianos utilizan unos lanzacohetes antitanque británicos NLAW, que destacan por su pequeño tamaño, también son utilizados después de que el ahora caído en desgracia Boris Johnson donara 5.000 unidades.

Por su parte, los drones turcos Bayraktar también forman parte del arsenal ucraniano. Sin embargo, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan mantiene lazos tanto con Kiev como con Moscú. Desde el inicio del conflicto, Turquía les vendió 50 Bayraktar, una nave no tripulada utilizada para atacar posiciones rusas.

Todos los analistas y observadores destacan que las guerras son los únicos escenarios donde se sabe el rendimiento de las armas. Un laboratorio que da muchas ganancias al complejo militar armamentista y que, al mismo tiempo, cuesta muchísimas vidas.

Comentarios

Registrate gratis y seguí navegando.

¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 345 / mes

Elegí tu plan

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Te quedan 3 notas gratuitas.

Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 345 / mes

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Elegí tu plan y accedé sin límites.

Ver planes

Contenido exclusivo de

Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

Cargando...