Raza: New Hampshire.
Raza: New Hampshire.
Raza: New Hampshire.
Raza: Plymouth Rock Barrado.
Raza: Orpington Negro.
Raza: Plymouth Rock Blanco.
Raza: Plymouth Rock Blanco.
Raza: Sussex Armiñado.
Raza: Plymouth Rock Blanco.
Raza: New Hampshire.
Raza: Sussex Armiñado.
Laurindo Cabral y uno de sus ejemplares.

Agro > HISTORIAS

Sicólogos, guardias de seguridad y publicistas, los apasionados por la cría de aves

Existe un conjunto de cabañeros apasionados por una actividad que lejos está de generarles ingresos, tanto que muy poquitos pueden dedicarse 100% a sus aves
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26 de agosto de 2023 a las 05:00

En la última semana como nunca antes se habló de los criadores de aves que cada año exponen cientos de animales en la Expo Prado, porque decidieron que este año no concurrirán, dado que no les daba el tiempo para cumplir con una de las exigencias que planteó el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP).

Existe un conjunto de cabañeros apasionados por una actividad que lejos está de generarles ingresos, tanto que muy poquitos pueden dedicarse 100% a sus aves y casi todos sostienen a sus hogares y familias con otras actividades, por ejemplo hay guardias de seguridad, comerciantes de distintos rubros, sicólogos, transportistas, trabajadores de estancias... “hay gente del rubro que se te ocurra”, dijo Laurindo Cabral, cuya actividad es ser diseñador publicitario digital y para cartelería pública.

Laurindo, presidente de la Sociedad de Avicultores Cabañeros del Uruguay (SACU), tiene 60 años y hace 20 que es cabañero. Cuatro Plumas es el nombre de su emprendimiento y lo eligió porque se dedica a cuatro razas: New Hampshire, Plymouth Rock Barrado, Plymouth Rock Blanco y Sussex Armiñado (ver en la galería de fotos).

Laurindo Cabral lleva 20 años como cabañero.

En el fondo de su casa tiene de 40 a 50 aves y entre sus orgullos destacan dos: cuando fue expositor (el presidente de la gremial no presenta animales al jurado durante su mandato) logró el premio al Gran Campeón con todas las razas con las que participó y en la gremial con su equipo de trabajo consiguió en solo cinco años pasar de 50 a 200 socios.

Uno de los premios recibidos en una Expo Prado.

Sobre cómo se gestó su pasión, contó a El Observador que las aves le gustaron desde niño, cuando vivía en Salto, aunque entonces solo podía acceder a las comunes, es decir a las que no estaban precintadas (a las aves con pedigir se le coloca un precinto en el ala).

“Empecé a comprar libros, a informarme sobre la genética de las aves y ese mundo me atrapó para siempre, entonces cuando me vine a Montevideo empecé a ir a la Expo Prado, ahí compré mis primeros planteles y no paré más”, expresó.

 

Manual para los que arrancan

Para quien quiera iniciarse, comprar en la exposición de la Rural del Prado o en otro momento a cabañeros reconocidos “es fundamental, es una garantía, se trata de gente que procede con honestidad, no por interés comercial, se trata de gente que lo que obtiene cuando vende un casal lo reinvierte en alimento, medicamentos, infraestructura o genética mejoradora, es gente que solo vende animales puros, que es lo que permite mantener una selección muy estricta y así los estándares de cada raza, por eso nosotros nunca hacemos cruzas entre las razas”.

SACU asesora a quienes quieran armar su primer plantel. Para un casal la inversión inicial va de $ 3.000 a $ 5.000 y eso puede incrementarse si se quiere arrancar con ejemplares premiados. La sociedad de criadores tramita el número de Dicose exigido, ayuda en temas como la declaración del plantel y realiza la inspección de los nacimientos para proceder con los precintos en los casos que corresponda (cada precinto hoy cuesta $ 65).

Cabral, como todos en SACU, solo crían aves de pedigrí.

Laurindo, además de presidente es inspector de SACU, por lo tanto tiene la responsabilidad de analizar a cada nuevo ejemplar para ver si corresponde que sea precintado, de modo que tenga el diferencial de un pedigrí reconocido y avalado.

El año pasado SACU precintó 1.300 aves y para este año esperábamos un récord de 3.100, pero llegó la gripe aviar, eso asustó a mucha gente, fue un desestímulo, pero igual tendremos un récord porque ya vamos en más de 1.500 y queda un mes para hacer precintados”, contó, dando cuenta de un crecimiento en la actividad de cabaña avícola.

Controles bajo estrictas normas de bioseguridad.

Control con luz y lupa

Un tema que también consideró, relacionado con la defensa del valor de criar en forma responsable, es el de la habitual presencia en ferias y otros sitios de venta de aves que pueden parecer puras, de razas, pero no lo son, no están precintadas y eso, entiende Laurindo, debería ser objeto de un mayor control por parte del MGAP.

Añadió que “a nosotros, en cada exposición, hay cinco o seis veterinarios del ministerio que nos controlan todo, con luz y lupa, y eso está perfecto, no nos parece mal, pero debería ser parejo para todos”.

SACU es la única gremial de avicultores cabañeros que pertenece a la Asociación Rural del Uruguay (ARU), organizadora de la Expo Prado, pero hay otras en el país que son independientes y organizan sus exposiciones, con las cuales hay intercambios de presencias. Las hay en Paysandú, Salto y Cerro Largo.

Entre todas, cada año precintan de 5.000 a 6.000 aves.

Sobre el tema Influenza Aviar, Laurindo remarcó que “los cabañeros hacemos todo del modo correcto, cumplimos con todas las normas de bioseguridad, nunca tuvimos un foco de gripe aviar y eso es por nuestra manera de criar que tiene en cuenta además todos los temas de bienestar animal, en nuestros casos nunca van a ver cinco aves por jaula y con los picos cortados, por ejemplo”.

Agregó que se les da el mejor confort, tratamiento veterinario y alimento, que se basa en raciones balanceadas mezcladas con maíz, trigo y girasol. “En mi caso, porque me gusta, hasta les mezclo arroz hervido… solo tengo cuidado de no darles sorgo porque a las aves blancas les mancha las plumas, quedan de color crema… es un ejemplo de manejos que se van aprendiendo y se trasladan de los viejos cabañeros a los nuevos”.

Laurindo por ahora no quiere ser jurado, porque eso le impediría volver a competir cuando deje la presidencia de SACU. Mencionó que se aprende de cada colega y mucho de los jurados argentinos que vienen a las exposiciones locales. Además, viajó a ese país para participar en un curso sobre genética aviar.

Controles bajo estrictas normas de bioseguridad.

Un año con dolor

Finalmente, remarcó el dolor que los cabañeros tienen considerando que por primera vez en 82 años no habrá aves en la Rural del Prado, en la exposición que comenzará el viernes 8 de setiembre. Es un ámbito en el que cada año durante 10 días mucho público y especialmente los escolares disfrutan de unos 600 animales de unas 25 razas estándar y otras 18 de aves enanas o de adorno. “Eso este año no podrá ser y nos tiene muy tristes a todos”, concluyó.

Reunión mensual en la que se dan charlas a los nuevos criadores sobre genética y manejos para exposiciones.

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