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Sin Cosse y Orsi, la preocupación por el atraso cambiario y la concentración frigorífica unió a precandidatos en primer debate
"¿Y el certamen de Miss Candidatos dónde está?", le preguntó el presidente Luis Lacalle Pou a las autoridades de la Asociación Rural de Soriano (ARS) pocos minutos después de bajar del helicóptero que lo había llevado hasta la Expoactiva Nacional.
Ya hacía un rato que buena parte de los precandidatos estaban por el predio cuando el presidente bromeó con el lugar donde se desarrollaría la instancia.
Mientras Lacalle Pou bromeaba, el senador nacionalista Sebastián Da Silva afilaba al precandidato colorado Andrés Ojeda con que era "el uno" y Carlos Iafigliola decía que nuevamente le había tocado al lado de Gustavo Salle, por lo que tendría que tomar una "pastilla sublingual".
Carolina Ache, en tanto, recorría junto a Guillermo Facello, su flamante jefe de campaña y Mario Bergara se mostraba como el único frenteamplista dispuesto a participar.
En una jornada marcada por un sofocante calor que secó parte del barro por las intensas lluvias de los últimos días, gran parte de los precandidatos a la Presidencia intercambiaron sobre distintos aspectos del agro y exhibieron una mirada bastante uniforme sobre distintos temas: competitividad, impuestos y concentración frigorífica.
Si bien hubo cuatro ausencias (Yamandú Orsi, Carolina Cosse, Andrés Lima y Gustavo Zubía), las primeras dos fueron las que no pasaron desapercibidas y motivaron una controversia pública acerca de las razones.
Desde la ARS dijeron a El Observador que hasta el lunes, tanto Orsi como Cosse pensaban participar, pero que en la mañana del martes desde sus equipos avisaron que no llegarían. En el caso del exintendente de Canelones la comunicación fue después que se realizó el sorteo, por lo que las autoridades llegaron a presentarlo como participante.
Tanto Orsi como Cosse esgrimieron razones de agenda, un argumento que no convenció a los organizadores, que la noche anterior habían recibido un correo electrónico de Fernando Pereira en el que pedía flexibilizar algunas condiciones, lo que fue negado.
Dólar, impuestos y concentración frigorífica
La cantidad de precandidatos que se postularán obligó a los organizadores a armar tres grupos para las presentaciones. Escribana mediante, sortearon las ubicaciones y el orden en que responderían a las tres preguntas que les habían planteado a todos.
Aunque hubo voces disonantes como Gustavo Salle o Jorge Bonica, con matices en los encares la mayoría tuvo respuestas similares que configuraron una línea que puede resumirse en: la necesidad de corregir el atraso cambiario, mejorar la productividad, rechazar la implementación de mayores impuestos al agro y cuestionar la compra por parte de Minerva de tres frigoríficos de Marfrig.
El precandidato del Partido Nacional, Álvaro Delgado, se recostó en su posición de productor rural para señalar que la operación le preocupaba, principalmente por los productores más pequeños que quedarán "indefensos" ante una posible fijación de precios. "Creo en la inversión extranjera y en la seguridad jurídica, pero tenemos que ser muy claros en el procedimiento", dijo.
En una línea similar, Mario Bergara expresó que no veía con "buenos ojos" este proceso aunque era "muy partidario de la competencia". Laura Raffo, en tanto, agregó que era una "luz de alerta" pero pidió que la decisión no fuera política y que obedeciera a las cuestiones técnicas, algo similar a lo que dijo Robert Silva que solicitó tener atención a que "no haya fijación de precios".
El postulante del Frente Amplio despertó aplausos en otra de sus respuestas, cuando dijo que el atraso cambiario era "el mayor del siglo XXI". "El gobierno y el Banco Central del Uruguay miran para el costado", criticó. Un rato antes, Delgado había excusado al gobierno señalando que los informes oficiales hablaban de un 15% pero que en otras administraciones fue mayor y que la brecha obedecía al ingreso de dólares por inversiones.
Manini Ríos, en tanto, acotó que la "falta de rentabilidad" era la madre del problema y propuso "preservar las mejores tierras para producir alimentos". El líder de Cabildo Abierto profundizó en su preocupación sobre el despoblamiento del campo y solicitó una política de Estado para revertirlo.
Gurméndez, por su parte, consideró que bajar los costos era la cuestión central de la competitividad de Uruguay y apuntó a corregir el déficit fiscal como solución. "
"No hay política sectorial más eficaz e importante para promover el crecimiento del sector agropecuario que la cuestión del déficit fiscal. El atraso cambiario es el síntoma, pero no es la fiebre de fondo", sentenció.
Los precandidatos fueron unánimes en señalar la inconveniencia de subir impuestos al agro, aunque Jorge Gandini puso una voz de prudencia al mencionar que los postulados caían en caso de aprobarse el plebiscito sobre seguridad social impulsado por el Pit-Cnt. Como en otras ocasiones, el líder de Por la patria enfatizó en que la situación cambiará radicalmente si se modifica el sistema vigente.
El riego
Aunque no era una pregunta específica, la necesidad de promover una política más agresiva de riego recibió amplio consenso entre los postulantes, pero también por parte del presidente Lacalle Pou.
En su discurso, el mandatario reconoció la última ley votada por el Frente Amplio a impulso del entonces ministro de Ganadería, Tabaré Aguerre. El mandatario pidió acordarse de la sequía cuando llueve, un concepto que luego profundizó Bergara, que parafraseó a Aguerre al decir que el riego era como ponerle un "segundo piso" al campo.
