Los debates actuales sobre la educación a escala global parecen centrarse en la necesidad de tejer visiones de conjunto que otorguen un mayor sentido a los propósitos, contenidos y estrategias educativas. Se observa cierto grado de insatisfacción y hasta si se quiere malestar, con enfoques educativos, que quizás fueron visualizados como la llave de entrada a cambios en educación, pero que, en definitiva, se constata una fuerte brecha entre lo que se aspira y explicita en la declaración de propósitos y los marcos de política, y su concreción en el aula (Opertti, 2021).
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