En noviembre de 2021, después de casi dos días de viaje desde Uruguay, 17 tests de covid (por la nariz, por la garganta y muestras de sangre) y 21 días de cuarentena, de los que 14 fueron encerrados en una habitación, Leonardo Jara llegó a Guangzhou -capital de la provincia de Guangdong-, la ciudad donde reside y trabaja desde hace cinco años.
“No sé cuántos papeles llené y cuantos códigos QR hice para llegar a China, fue una aventura”, contó a Referí el exfutbolista de Nacional y actualmente director deportivo del Grupo Dragón, una compañía china de importaciones y exportaciones que tiene al fútbol como bandera. Jara es el futbolista uruguayo que más tiempo jugó en aquel país.
Increíblemente no se contagió de covid en China, pero su papá falleció de esa enfermedad en San José. “Tuve la desgracia de que viajé a Uruguay de vacaciones y me tuve que quedar por el covid y que falleció mi viejo a causa de esa enfermedad. Acá está súper controlado, hay una aplicación y tenés que tener el código verde. Ahora para volver tuve que hacer dos hisopados en Uruguay, tres en España, siete en Shanghai y cuatro en la ciudad donde vivo”, explicó.
Fue compañero de Álvaro Recoba en Nacional en la década de 1990, iban juntos a las prácticas y concentraban en la misma habitación. Años difíciles para el club. Pero no fue con el Chino que Jara aprendió a leer y hablar mandarín, sino que fue tiempo después, cuando llegó a China en 1998 junto a Tony Gómez para defender los colores del Guangzhou Matsunichi que comenzó su relación con aquella cultura.
Desde entonces mantuvo la relación con el país y hace cinco años que se instaló, desde que lo llamaron del club Evergrande, que asociado a la empresa Alibaba, crearon la escuela de fútbol más grande del mundo, según contó.
Jara nació en San José y desde los 8 a los 12 años jugó en Atlanta El Gráfico. Luego en Central de aquella ciudad hasta que su pase lo compró Racing de Montevideo. En 1995 llegó a Nacional.
“Era una época jodida, vivíamos de reuniones porque nos debían los sueldos. Había un africano, Kamara Dini, que le decíamos que había reunión y decía ‘¿otra vez meeting?’ Pero, a pesar de que nos debían, jugábamos los clásicos como si nos pagaran US$ 10 millones, y dejábamos de lado eso. Pero en la semana hacíamos reuniones para ver cómo podíamos seguir”, recordó el exlateral.
Contó que “una vez fuimos a jugar un partido con Vélez y viajamos sin Hugo Fernández –el técnico– y a través de Javier Zeoli y Paco Casal se consiguió una plata para que pudiéramos cobrar algo, era un partido a beneficio”.
Tiempos en los que se entrenaba mucho fuera del club como medida de fuerza, “pero cuando entrábamos a la cancha siempre tirábamos para Nacional, los problemas se olvidaban”.
Si bien en aquellos años Peñarol logró el quinquenio, Jara destaca lo bueno: “Haber jugado en el Maracaná contra Flamengo de Romario, en el Mineirao contra Dida, contra Vasco da Gama donde jugaba Juninho Pernambucano, jugar la Copa Libertadores 1997 con el Chino. Recuerdo que le ganamos a Deportivo Cali en Cali 1-0 con un gol impresionante del Chino. Miguel Puppo le decía, ‘Chino, vos le pegás bien, por qué no le pegás al palo del golero’, y ese partido en Cali le pegó al palo del golero y fue un golazo. Después tuvimos como dos horas para salir del Pascual Guerrero”.
Recoba o Juan Ravera, que tenía un Twingo, lo pasaban a buscar a Jara para llevarlo a las prácticas. “Me acuerdo que íbamos en el auto con el Chino y decía ‘hoy no tengo ganas de jugar’. Entonces se paraba en la mitad de la cancha y ahí estaba toda la práctica, mientras Miguel Puppo le decía ‘dale Chino, dale’. Pero otro día el Chino decía ‘hoy está buenazo para jugar’ y en la práctica la rompía, enganchaba a dos o tres, le pegaba de la mitad de la cancha, era increíble”.
Otra anécdota de Recoba, actual entrenador de la Tercera división de Nacional, está relacionada con las charlas técnicas. “Se quedaba durmiendo y no iba a las charlas. Hasta Walter Ferreira iba a decirle que se levantara. A mi me decía ‘anda vos que yo voy atrás’. A veces estábamos en el chalé de los técnicos (en Los Céspedes) y allá aparecía el Chino. Puppo se calentaba hasta que en un momento de la charla le decía a cada uno de nosotros lo que teníamos que hacer y terminaba: ‘Vos Chino hace lo que quieras’. El loco después volaba en la cancha”.
En 2016 Recoba viajó a China junto al presidente Tabaré Vázquez y según contó Jara, el presidente Xi Jinping saludó primero al Chino que a Tabaré. “El presidente es un hincha fanático del Inter de Milan. Le gusta el fútbol y por eso el desarrollo que tiene este deporte y todos los contactos se hacen a través del fútbol, ya forma parte de la cultura del país”.
Jara regresó a China hace cinco años para trabajar con el Guangzhou Evergrande, organizador de un campeonato internacional de fútbol en la categoría sub 17. “Ahora Evergrande (la empresa) se disolvió y le sacaron el equipo de fútbol porque tenía muchas deudas, pero durante 10 años lideró el fútbol de China, ganando nueve campeonatos, trayendo a Lippi, Cannavaro, Scolari y haciendo la escuela más grande del mundo de fútbol. Tiene para 3.000 niños, 50 canchas. Durante tres años organizaron un campeonato internacional de sub 17 e invitaron a los mejores equipos del mundo”.
El director de la escuela, Zhou Souian, fue técnico de Jara en 2001 cuando jugó en el Guangzhou Geely, la empresa de producción automovilística que es dueña de Audi, Volvo y socia de Cyan Racing Lynk & Co, el equipo para el que corre Santiago Urrutia. En China las grandes empresas apoyan a los clubes de fútbol.
Jara y Felipe Scolari fueron autorizados para realizar los contactos con los equipos de Sudamérica. Así fue como viajó Peñarol con su categoría sub 17 a jugar ese torneo, con Agustín Álvarez Martínez, Facundo Pellistri y Valentín Rodríguez entre otros.
“La idea era que vinieran Nacional y Defensor Sporting también. Se les pagaban los pasajes a los equipos para 30 personas y recibían US$ 100.000 por participar y otros US$ 350.000 al campeón. Participaron Palmeiras, Flamengo, Gremio, Boca, Valencia, Villarreal, Inter, Napoli”.
Evergrande y Alibaba llegaron a gastar US$ 15 millones para los tres torneos sub 17 que organizaron. “Queríamos que viniera Nacional, pero eligieron primero a Peñarol. Había que firmar rápido porque ellos armaron el campeonato para 10 años para adelante y contrataron 64 equipos del mundo. Cada cinco meses iban a venir seis equipos del exterior. Estuvimos un mes atrás de la autorización de Nacional y no la dieron; Iván Alonso nos dijo que a terceros no les daban autorización. Y yo jugué en Nacional. En cambio, Ignacio Ruglio (que integraba el consejo directivo de Peñarol en ese momento) le dio para adelante desde el principio”.
Después del primer envión, en el que Jara destaca la ayuda que tuvo de Juan Ramón Carrasco, se vinculó rápidamente a otros grupos por haber jugado tantos años en el fútbol de aquel país y hablar chino e inglés. “La vinculación fue impresionante y me conecté a los grupos de gobierno de la ciudad, al punto que en la última comitiva que viajó de China a Uruguay fue un millonario de acá que conozco. Mis mejores amigos me vincularon y jugamos al fútbol los domingos en los mejores estadios, con gente de negocios. Conectamos gente a través de ese grupo y otro para invertir en varios países, pero sobre todo en Uruguay”.
Uno de esos grupos es Dragón que posee pabellones permanentes para promocionar los productos de Uruguay (vinos, piedras, carnes, software, el turismo) en las ciudades de Yiwu y Shanghai. Otra actividad que lleva adelante es la promoción de los libros de Daniel Baldi, escritor y exfutbolista. También recibe el apoyo de los consulados uruguayos en aquel país.
“El fútbol es el conductor más directo para llegar a los negocios”, señala Jara, quien está vinculado a la televisión y los medios de comunicación de aquel país. “Cuando me llaman voy o cuando voy a eventos me entrevistan porque soy del grupo”, expresó. Durante el Mundial de Rusia 2018 fue parte de la promoción televisiva que hizo la TV de la selección celeste: “Aparecían Suárez, Cavani y… yo”, dice.
También concurre a escuelas a promover este deporte y realiza demostraciones de entrenamientos ya que tiene el título de entrenador profesional. “Soy el único extranjero y por tanto el único uruguayo, dentro de los grupos chinos. Las embajadas de Alemania, Italia y España tienen personas que trabajan para el gobierno, pero yo colaboro para el país sin estar en el gobierno”, indicó.
A todos lados que va lleva una bandera de Uruguay para obsequiar.
Jara se encargó de armar un club de fans de Peñarol y es el primero de Sudamérica en aquella provincia china. Para promocionarlo se utilizan las redes sociales chinas, como por ejemplo TikTok. “Cuando pedí autorización para hacer el club de fans de Nacional, no me la dieron. Espero que ahora con la nueva directiva y con Fernando Curutchet en el club, se pueda hacer. Curutchet conoce bien porque él estaba en Peñarol cuando vinieron acá”.
Jara también recibió a Edinson Cavani, cuando llegó con el París Saint Germain, club que tiene como espónsor a la compañía AOL de origen chino.
“Mi idea es conectar a jugadores profesionales y a entrenadores uruguayos, porque hace siete años que no hay nadie de Uruguay acá. Yo estoy tratando de abrir el camino nuevamente a este mercado”.
Guangzhou es la provincia más poderosa del fútbol, salió nueve veces campeón con el Evergrande, participó en dos copas de clubes de FIFA porque salió campeón de Asia, ganó dos supercopas y pasó a ser el equipo más ganador del fútbol de China en el profesionalismo.
“Justo acá empezamos la carrera en China con Tony Gómez en 1998 y ahí empezaron a llegar uruguayos de a poquito. Hoy en día en China tenés todo y es increíble y la gente no conoce. La realidad de China no es solo la historia, encontrás todas las marcas internacionales, autos eléctricos, en 15 o 20 años China cambió impresionante, es un mega planeta, diferente a todo el mundo”.
Diariamente se conecta a las redes del Grupo Dragón para publicar y leer información que le pueda ser útil. “Entiendo el idioma, pero si no entiendo alguna palabra la red china tiene traductores en español o si no tengo amigos que me ayudan enseguida”, expresó.
Cuando llegó al país por primera vez había solo una autopista, 24 años después hay alrededor de 50. “En la ciudad me muevo en un auto de la compañía o los mismos compañeros me pasan a buscar. Alguna vez me muevo en metro porque es más rápido. La ciudad es grande, tiene varias autopistas de cuatro y cinco pisos. Andás como en el cielo. Cuando estábamos con Tony en 1998 era solo una autopista y hoy son como 50. También trenes rápidos que conectan a todos los lugares de China que corren a más de 300 kilómetros por hora y casi no necesitás el avión”.
Es muy respetado en aquel país. “Me muevo con los chinos, ellos me tienen como una persona de honor. Para ellos es un honor que un extranjero esté acá. No tengo el título de embajador, pero soy más que un embajador y a todos los lugares que me llevan y me presentan gente, siempre lo hacen con los mayores honores por el hecho de que jugué tantos años profesionalmente”.
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