Suman 8 los muertos y 28 los detenidos tras la ola de violencia desatada por bandas de narcotraficantes

Lasso, según informaron sus funcionarios, se instaló en Guayaquil para encabezar las operaciones, convocó al Consejo de Seguridad Pública y del Estado, que integran el vicepresidente y las máximas autoridades de la Asamblea Nacional, la Corte Nacional de Justicia, la Secretaría Nacional de Seguridad Pública y los ministerios de Gobierno, Defensa, Relaciones Exteriores y Movilidad Humana, además de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional.

Las autoridades habían reportado hasta ayer la muerte de cinco policías, además de un civil que recibió un balazo en la cabeza, según reportó la agencia de noticias AFP. "Las unidades técnicas y tácticas de la Policía Nacional y de las Fuerzas Armadas realizaron varios allanamientos, obteniendo 28 detenidos; ocho armas de fuego; 227 municiones; tres fusiles; 13 celulares; 600 sobres de sustancias sujetas a fiscalización; 60 cápsulas detonantes; y ocho barras de dinamita", informó el Ministerio del Interior.

Los allanamientos se concretaron en las provincias de Esmeraldas y Guayas, en las que ayer Lasso decretó el estado de excepción, aunque los ataques ocurrieron también en Santo Domingo de los Tsáchilas. En el cantón Piñas, de la provincia de El Oro, fueron incautados en un camión 16.416 tacos de explosivos, 1.200 tacos de dinamita y 150.000 cápsulas detonantes, material que, según Interior, proviene de una fábrica de Perú. Procedimiento que dejó, además, dos detenidos.

El responsable de la cartera, Juan Zapata, informó a los medios locales que el último atentando reportado en el sector de la Prosperina, en Guayas, dejó un policía herido y un sospechoso fallecido, además de un ataque a un centro de salud en el sector de Bastión Popular, también en Guayas. "Son centros de paz; en un acto terrorista, personal médico y pacientes han sido atacados", señaló Zapata en declaraciones que recoge la agencia de noticias Sputnik.

Las provincias de Esmeraldas y Guayas son escenarios de la actual crisis de inseguridad que atraviesa el país debido al enfrentamiento entre bandas armadas que se disputan en las calles de las principales ciudades el control del tráfico de drogas, enfrentamiento que también se refleja en las violentas disputas que se registran desde hace meses en el interior de las principales unidades penitenciaras del país.

Según las autoridades, la escalad de violencia de los últimos días sería consecuencia del traslado de los presos a otras cárceles, especialmente algunos de los reclusos alojados en el complejo de Guayas, en las afueras de la ciudad de Guayaquil, donde Lasso está al frente del llamado Puesto de Mando Unificado instalado para dirigir las operaciones.

El miércoles por la noche, el mandatario firmó el decreto que estableció por 45 días un nuevo estado de excepción y toque de queda para las dos provincias más impactadas por la ola de atentados. Por su parte, el ministro de Defensa, Luis Lara, informó de la llegada de un contingente militar para reforzar la seguridad en Guayaquil, efectivos que se sumarán a los 1.400 que ya están desplegados en ambas regiones.

“Esta violencia criminal está asociada al narcotráfico y al terrorismo y las Fuerzas Armadas están movilizándose para apoyar a la Policía”, aseguró Lara, reiterando la línea discursiva del Gobierno. En ese contexto, 1.002 internos de la cárcel de Guayas, la prisión más grande de Ecuador, fueron enviados a otros penales, precisó el Servicio Nacional de Atención a Personas Adultas Privadas de la Libertad (SNAI), nombre con que se conoce al servicio penitenciario.

“Los traslados se realizaron en dos grupos, el primero de 515 y el segundo de 487, dando un total de 1.002 personas privadas de libertad trasladadas”, detalló el SNAI, organismo que, además, informó que dentro del penal permanecían 5.246 presos.

La Embajada de Estados Unidos en el país alertó a su personal sobre la situación de violencia en Guayaquil y Esmeraldas, y pidió tomar precauciones adicionales, evitar reuniones y mantener perfiles bajos en esas ciudades. La oficina diplomática, que toma como base las informaciones del Ejecutivo ecuatoriano, advirtió que “grupos criminales trasnacionales y pandillas locales llevaron a cabo una serie de crímenes violentos en Guayaquil y Esmeraldas”.

Según los datos oficiales, desde febrero de 2021 suman al menos 450 los homicidios en las cárceles del país a raíz del enfrentamiento de bandas que pugnan por el control del tráfico de drogas dentro y fuera de las prisiones.

Ecuador, con 18.000.000 de habitantes, es junto con Colombia y Perú, uno de los mayores productores mundiales de cocaína. En 2021, según los registros oficiales, las fuerzas de seguridad decomisaron un récord de 210 toneladas de droga, principalmente cocaína, que las bandas embarcan en el puerto de Guayaquil en buques que tiene por destino distintos puertos de Asia y Estados Unidos.

En lo que va de este año, los decomisos de drogas alcanzaron las 150 toneladas, en un contexto en que la tasa de asesinatos se ubica en torno a los 14 homicidios por cada 100.000 personas, nivel que duplica los registros de hace dos años. Un panorama que, según explican los especialistas, es producto de que Ecuador ha dejado de ser un país de tránsito para convertirse en productor.