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Tabáre Vázquez y la "enorme esperanza" de "otro día"
“Esa también es una pregunta inoportuna”, dijo el presidente Tabaré Vázquez, con una sonrisa, a uno de los periodistas en la puerta de su casa de El Prado poco después de las 8.00 de la mañana del domingo. “Pero, no le emboco una”, se lamentó con picardía el veterano movilero. Vázquez lo miró sin dejar de sonreír. “Se lo cambio”, retrucó el presidente. “ Es que yo no le estoy errando a ninguna”.
De buen humor, tranquilo. Esa fue la descripción que se repitió entre los periodistas que siguen habitualmente a Vázquez tras los casi 15 minutos que dedicó a la prensa.
Vázquez tiene la costumbre de ir a sufragar siempre a primera hora, algo que asegura que responde a su hábito de levantarse temprano, que le quedó de sus épocas de estudiante de Medicina. “A los uruguayos y las uruguayas nos gusta votar. La enorme mayoría del pueblo tiene un profundo vínculo de adhesión al sistema democrático. Está muy arraigado en lo más profundo de su corazón y su pensamiento”, celebró el presidente.
Vázquez dijo estar bien de salud, en alusión al cáncer que le fue detectado en agosto. La periodista María Inés Obaldía de Canal 10, que ha cubierto diferentes votaciones de Vázquez, fue quien le preguntó cómo encaraba el mañana en esta nueva etapa de su vida. "(El mañana) es el día de hoy y la enorme esperanza de que sea otro, y otro y otro. Tengo la esperanza y el deseo de poder poner la banda presidencial al próximo presidente de la República ", manifestó.
Vázquez quiso enviarle un mensaje a la ciudadanía sobre la enfermedad que padece. “Quiero insistir (...) el cáncer hoy es de las enfermedades que más se cura. Hay que perder el dramatismo alrededor de esta enfermedad”, reflexionó.
Cuando se le consultó cómo se enfrenta, en general, la enfermedad desde el punto de vista anímico, el presidente subrayó que, a diferencia de hace algunos años, hoy existe “un camino de esperanza” y aconsejó enfocarse en eso.
Acerca de la situación que se vive en Chile, el mandatario lamentó las muertes y la violencia. “Ojalá se solucione por la vía del diálogo, de la tolerancia y del respeto”, comentó.
Algunas de las preguntas “inoportunas”- que Vázquez dijo que podría responder solo después del último domingo de noviembre- fueron acerca de opinar en rueda de prensa el jueves pasado de la propuesta de reforma constitucional "Vivir sin miedo" y de los dichos de Guido Manini Ríos sobre la Fiscalía, y si le había llamado la atención que ninguno de los candidatos presidenciales le hubiera pedido una reunión.
Vázquez comentó que iba a esperar los resultados de las elecciones en familia, con sus hijos y nietos, aunque imaginaba que los más jóvenes podrían querer irse a bailar. El veterano periodista no dejó pasar la oportunidad. “¿Cómo que se van a bailar? ¿Justo hoy? No presidente, cuando consulten si pueden ir a bailar, usted dígales que es una pregunta inoportuna”, le aconsejó.
Un baño de “gracias” en su territorio
“Mucha fuerza” y “Arriba”, gritaron las personas que, embanderadas del Frente Amplio, vitorearon al presidente mientras se abría paso para entrar al Club Progreso en La Teja. Pero lo que más se escuchó fueron los “gracias”. Uno de los guardaespaldas despejó una zona para que el presidente pasara con más tranquilidad. Al lado del custodio había un hombre con una camiseta amarilla y roja, los colores de Progreso. “No te preocupes”, le susurró. “Si alguien toca a Tabaré, cobra. Tabaré nos vio nacer a todos acá”.
Vázquez votó como siempre en su territorio, repartiendo besos y abrazos en el club que fundó su abuelo, del que fue jugador y presidente. Los fotógrafos y camarógrafos corrieron para tener un buen lugar. Algunos de los otros votantes protestaron ante esa premura. Pero la votación de Vázquez transcurrió con tranquilidad y todos tuvieron sus imágenes.
Vázquez dice no tener cábalas para las elecciones, pero sí hay una rutina que no abandona. El visitar a su hermana que vive a pocas cuadras del club. A diferencia de la instancia en la casa de El Prado y la votación, solo algunos pocos periodistas siguieron el “ritual” de la visita.
En la vereda lo esperaban vecinos que le pidieron selfies. Y se repitió otra de las escenas habituales de la jornada. Una mujer le explicó que era integrante de determinada familia y Vázquez terminó su frase: “sí los que vivían aquí enfrente”.
Se abrió la puerta, y una mujer pequeña y encorvada caminó varios pasos y extendió las manos. “Tiene 95 años mi hermana”, comentó Vázquez luego de abrazarla. “Y usted viene acá por los bizcochos con los que lo espera, ¿no?”, le tiró María Inés Obaldía. La hermana de Vázquez la corrigió: “no solo bizcochos, también café con leche, y pan con mermelada”.
Fueron llegando más vecinos a esperar al presidente. Transcurrió una media hora. Una anciana de pantuflas fucsia y cabello muy blanco fue una de las primeras en saludarlo cuando salió de la casa de su hermana. Antes de subir al auto, Vázquez firmó una bandera que le extendió una vecina. Estampó su nombre al lado de las otras firmas suyas de elecciones anteriores.
