A la distancia Nathaniel Revetria buscó con la mirada a Leandro Ezquerra. Después de tanto tiempo sin verse quería saludar a su viejo amigo. Y apenas se cruzaron el técnico de Cerro y el jugador de Montevideo City Torque se dieron un abrazo.
Mientras esto ocurría el entrenador de Torque, el argentino Pablo Marini, se sentaba en el banco de Capurro. En ese momento ni se le pasaba por la cabeza pensar lo que depararía el simple hecho de haberse saludado con Pedro Bordaberry el día previo al juego en la concentración.
El lunes el dirigente de Fénix, Álvaro Chijane se subió a su auto y se fue a la oficina de City Torque para cobrar el alquiler de la cancha donde el club celeste ofició de local. Se encontró con Bordaberry. Charlaron y se despidieron con un abrazo.
Jamás imaginaron Revetria, Marini, Chijane, y los jugadores de City Torque y Cerro que días después estarían encerrados en sus casas cursando una cuarentena por haber estado en contacto con una persona que contrajo el coronavirus.
¿Cómo viven jugadores, entrenadores y dirigentes? ¿Qué sintieron cuando se enteraron que Pedro Bordaberry había contraído el virus? ¿Cuáles son sus temores y preocupaciones?
El viernes 6 de marzo, previo a jugar contra Cerro en el Capurro, Pedro Bordaberry visitó al plantel de City Torque en la concentración. En su condición de asesor del Grupo City, Bordaberry llegó, saludó a todos y compartió el almuerzo, según reveló uno de los referentes del equipo, Álvaro Brun, a Referí.
“Pedro almorzó en una mesa con el cuerpo técnico y cuando llegó al hotel saludó a todos los jugadores en general y luego estuvo en la tribuna el día del partido y no sé si entró al vestuario”, reveló el volante.
“Nosotros tuvimos contacto con Pedro previo al partido de Cerro ya hace más de 10 días. Pasó a saludar como pasa siempre. La verdad es que había que ser mago para imaginar que podía tener el virus”, expresó el entrenador argentino de City Torque, Pablo Marini, a Referí.
El hecho es que la realidad los golpeó. El domingo se hizo público que el asesor del club había contraído coronavirus. El hecho modificó la vida de jugadores, técnicos y personal del equipo. Todos pasaron a vivir encerrados en sus domicilios, en cuarentena.
Ante la noticia, City Torque -que anticipándose a lo que se vivía en el mundo había tomado precauciones- activó de inmediato el protocolo sanitario.
El entrenador Marini reveló que se les pasó a los jugadores una rutina de trabajo, que los que viven en edificios no pueden bajar a un gimnasio o áreas comunes. La nutricionista les brindó pautas de alimentación y pasaron a ser monitoreados por la jefa de sanidad Daniela Fernández.
Pero al margen de las medidas ante una pandemia que sacudió al mundo vale preguntarse cuáles fueron los temores que invadieron a los jugadores del equipo.
Brun reveló con sinceridad que los primero que hizo fue concurrir a un supermercado para hacerse un surtido. “No voy a mentir, cuando me enteré, lo primero que hice fue ir a un supermercado y desde el domingo a las nueve y media de la noche estoy encerrado”.
El volante de Torque contó que la medida que se tomó lo hizo caer en la realidad. “Me puse a pensar en mi hijo y mis padres que son los que pueden sufrir más porque ataca a las personas de más de 60 años y mi padre tiene más de 60”, expresó el jugador.
“Yo no di ningún paso. Me encerré en mi casa”, contó el delantero Sergio Blanco a Referí.
El ex Wanderers dijo no tener temores, pero tomó precauciones para evitar que su núcleo familiar se contagie.
“A mi casa no ha venido nadie de momento, pero antes de enterarnos estuve en contacto con mucha gente, es algo real, desde lunes cerramos contacto e hice vida normal, pero en mi casa. A la gente que conozco la llamé y se enteró del tema que vivimos en el club.
Blanco expresó: “No podemos entrar en una psicosis como desabastecer los supermercados e ir a comprar todo lo que hay en la tienda”.
La tarde del sábado 7 de marzo los jugadores de Cerro no tenían ni idea de lo que les podía llegar a suceder. Fueron a la cancha de Fénix a medirse contra City Torque como un día más.
Una semana después le empezó a sonar el teléfono. Era la doctora Sofía López que les comunicaba que tomaran precauciones por la situación de City Torque que, indirectamente, los podía llegar a involucrar.
El técnico de Cerro enseguida recordó que se había saludado con su excompañero Leandro Ezquerra.
“Miedo no sentí, no es la palabra, pero sí preocupación. Si bien tengo claro que en los niños el virus no es altamente letal, es escaso, pero sí lo que me preocupó mucho es que mi hija contagiara a mis suegros o mis padres y ahí está la preocupación máxima para que no tenga contacto”, contó el entrenador de Cerro a Referí.
Como primera medida Revetria impidió a su hija de 8 años concurrir a visitar a sus abuelos.
“Yo estoy absolutamente encerrado en casa. Sí, sí, porque vivo cerca de mis suegros que han tenido problemas de salud, tienen más de 65 años, entonces si hay un 1% de haber estado en contacto con este virus es un tema de responsabilidad. Mi señora es la única que sale a hacer algún mandado y mi hija de 8 años no sale de la casa y ni siquiera ve a los abuelos”, expresó el técnico de Cerro a Referí.
El joven golero de Cerro, Rodrigo Formento, fue uno de los tantos sorprendidos cuando se les comunicó que estuviera atentos ante cualquier síntoma tras haber jugado contra City Torque.
Formento dijo a Referí que siente temor por su abuela y su papá que entran en la franja de edad que corre riesgos si contraen el coronavirus.
“Vivo con mi abuela y mi padre y sí, claro que siento temor por ellos. Hay que tomar conciencia de que la forma parar este virus es quedándose en casa y tomando dimensión de lo que es en Italia”, expresó el guardameta.
Formento dijo estar tomando sus propias medidas. “Tomo vitamina C, muchas infusiones calientes que es lo que mata el virus, té de limón con jengibre y miel, y después tomar lo de orden como lavarme las manos, desinfectar la ropa, todo lo que tuvo contacto con el exterior”.
Por su parte el volante de Cerro, José Luis Tancredi, dijo que lo primero que hizo cuando conoció la noticia de que el asesor de Torque, Pedro Bordaberry, había contraído el virus fue llamar a su madre.
“Desde que pasó esto y nos dijeron que tomáramos precauciones no he ido a ver a mis padres por las dudas. Mi mamá es operada del corazón. Entonces ahí tengo más temor y la llamé para hacerle entender que no ande en contacto con más personas en el supermercado”, contó el volante de Cerro a Referí.
Tancredi agregó que su mamá tenía cita médica y la convenció para que no asistiera. “La llamé y le hice entender que no era conveniente que fuera, que no la iban a atender. Ahí tratamos de tener un poco más de cuidado, explicarle de mejor manera de que no era conveniente que fuera a un hospital. Por la edad que tiene tengo temor, porque la información que brindan es que a las personas que más afecta el virus es a las mayores”, concluyó Tancredi.
Y mientras los jugadores de City Torque entraban en cuarentena y los de Cerro eran advertidos sobre posibles casos de contagio de coronavirus por haber enfrentado al equipo donde ejerce funciones Pedro Bordaberry, en la casa de los Chijane se disponían a mirar el informativo.
Era domingo 15 de marzo cuando Álvaro Chijane, directivo de Fénix, se sentó frente al televisor para mirar las noticias del día. El inicio del informativo lo sorprendió cuando anunciaron que Pedro Bordaberry había contraído coronavirus.
Álvaro recordó que el lunes previo había estado con Pedro cuando pasó a cobrarle el alquiler de la cancha del partido que jugaron con Cerro. “Fui a su oficina, estuvimos charlando como 20 minutos y nos despedimos con un abrazo”, contó Chijane a Referí.
Cuando comentó en su casa la noticia de Bordaberry, la señora y los hijos de Chijane pusieron el grito en el cielo. No era para menos, el dirigente de Fénix es diabético.
“Me fui al Suat a hacer una consulta porque en mi casa estaban alarmados cuando les dije que había estado con Pedro”, contó Chijane a Referí. Allí lo atendió un médico y al no tener síntomas lo mandaron para su domicilio con una recomendación: que se quedara unos días recluido en su casa.
El gobierno tomó medidas. El fútbol se paralizó. Los clubes cerraron. Los jugadores entrenan por su cuenta siguiendo recomendaciones de sus conductores. El plantel de Cerro se mantiene en estado de alerta pero no en cuarentena. El de Torque debe permanecer 14 días encerrado.
Su técnico, Pablo Marini, desde su casa reflexionó: “Nadie puede subestimar esta situación, bajo ningún punto de vista porque es a nivel mundial. Al margen de la cuarentena obligada que nosotros estamos viviendo que debe ser obligada y respetada le digo a la gente que tiene la posibilidad de salir, que no salga. Que salgan solo los que tienen la obligación de ir a trabajar, pero el resto que se quede en su casa, que evite salir, que no se mueva el virus como se está moviendo. Eviten fiestas, juntadas, hay que tomarse en serio esto, sin entrar en pánico, pero que no se subestime la enfermedad”.
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