Tenía tobillera por violencia doméstica, fue a la casa de su tío y lo mató de 30 puñaladas

El joven de 20 años concurrió a la casa de su tío el domingo sobre las 9:10 de la mañana. Si bien se encargó de desconectar las cámaras de seguridad, se puede constatar que estuvo allí porque tenía puesta una tobillera electrónica desde tres días antes. Fue por imposición del juzgado de Familia, donde su concubina lo había denunciado por violencia de género.

Según la acusación fiscal, en las trazas de la tobillera se puede ver cómo caminó de un lado al otro varias veces dentro de la propiedad. Aproximadamente durante media hora. 

Así, el acusado le dio 31 puñaladas a su tío. De acuerdo a la teoría fiscal lo hizo, entre otras cosas, para hacerlo sufrir. Lo justifica el hecho de que le dio puñaladas en zonas vitales del cuerpo pero otras también no vitales. Por eso le imputaron homicidio muy especialmente agravado por la grave sevicia (hacer sufrir más de lo necesario).

Pero también le robó. Cuando la policía ingresó a la casa de la víctima faltaba su celular, dinero que había cobrado del seguro de un vehículo y de un arrendamiento. Tampoco estaba una cadena de plata sin dijes y un reloj de mano. Este último objeto se recuperó tiempo después; un adolescente de 15 años se lo devolvió al hermano de la víctima y le dijo que el imputado se lo había regalado el mismo día que cometió el homicidio. 

Por eso, la fiscalía le imputó otro agravante además de la grave sevicia: el haber cometido el crimen con el fin de cometer otro delito, en este caso, el robo.

El homicidio se cometió por la mañana, pero el cuerpo de la víctima lo encontraron recién por la tarde, luego de que sus familiares se asustaran porque no atendía el teléfono y al chequear las cámaras de seguridad estuvieran fuera de servicio. Eso generó bastante conmoción en el barrio y muchos amigos y parientes permanecieron en la puerta mientras la policía relevaba la escena.

Entre ellos, el sobrino y homicida de la víctima. Allí, policías notaron que tenía rastros de sangre en el pantalón, los que llevaron a periciar y luego se supo que coincidía con la sangre de la víctima. A su vez, corroboraron a través de las cámaras de seguridad del Ministerio del Interior que esa mañana el joven los llevaba puestos.

Además, en la casa encontraron dos huellas dactilares que finalmente coincidieron con las del imputado.

A partir de la acusación fiscal, que pide que se lo condene a 20 años de prisión por este homicidio muy especialmente agravado por la grave sevicia y por haberse cometido para cometer otro delito, la defensa tiene un período para responder los cargos. Luego de eso, se dará comienzo al juicio oral.