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Robo de autos: mirá en qué zonas de Montevideo son más frecuentes
En los edificios de Parque Batlle es habitual que, durante el día, vayan personas que no viven allí a pedir acceso a las cámaras de seguridad que dan a la calle. Incluso, la misma persona más de una vez. En esas cámaras muchos depositan su esperanza de poder identificar a quién se llevó su auto. Durante la noche, esos mismos porteros que vigilan las cámaras se vuelven asistentes de los deliveries, que les piden por favor que les cuiden las motos cuando se acercan a alcanzar el pedido a alguna puerta. Aunque en el último tiempo ya prefieren llevar los pedidos de a dos repartidores para asegurarse que no les van robar la moto.
En la jurisdicción de la seccional 9ena (que abarca Parque Batlle y parte de La Blanqueada) se roba, históricamente, la mayor cantidad de vehículos de todo Montevideo, un 12,71% del total en el primer semestre del 2022. Es decir, más de uno de cada diez robos de auto que sucede en la capital, se realiza en esa zona.
La seccional que le sigue es la 13era, con un 6,53% de los hurtos y rapiñas totales.
Los homicidios y el robo de vehículos son los indicadores más fiables que tiene el Ministerio del Interior para medir la evolución de la inseguridad. Los primeros porque se cuenta el hecho, y no la denuncia, y en el segundo porque el índice de denuncia es muy alto para poder cobrar el seguro.
En cuanto a hurtos y rapiñas, hay un porcentaje que las víctimas no denuncian por diferentes motivos.
Si bien a nivel nacional, en el primer semestre del año –que es hasta cuando el Ministerio del Interior ha difundido datos– los hurtos y rapiñas se han consolidado a la baja, el robo de vehículos tuvo un incremento del 11% y los homicidios crecieron un 40%. Es decir, pasada la pandemia -y la consecuente reducción de movilidad- ambos indicadores tuvieron un aumento.
¿Por qué Parque Batlle es la zona con más robos?
¿Qué hay detrás?
En la mayoría zonas hay un cíclico recambio de organizaciones delictivas que se dedica a esta actividad. Allí se abre un amplio abanico de posibilidades: hay algunas más complejas, otras más rudimentarias, con modus operandi diferentes (rapiña violenta o el hurto de autos viejos cuyo sistema de seguridad no está actualizado) y con diferentes finalidades que van desde el tráfico automotriz hasta el de drogas.
No son delincuentes comunes, advirtió a El Observador una fuente policial que investiga estos casos.
Incluso, algunos tienen vínculos internacionales (mayormente con Brasil, de donde también vienen muchos autos robados) y otros municipales, como fue el caso de Cerro Largo, donde nueve personas, entre ellas dos funcionarios municipales, fueron imputadas en ese departamento por una maniobra de contrabando y robo de cerca de cien autos. Hay grupos que, semejante a como es en el tráfico de drogas, funcionan en clanes familiares. Si bien se desbarataron varias bandas, al poco tiempo surgen otras que toman su lugar.
Según dijeron fuentes policiales a El Observador, lo más común es que estos vehículos sean revendidos en redes sociales o que sean clonados. La forma en la que intentan disimularlo –por ejemplo, si solo cambian la matrícula o si le hacen cambios estéticos– es uno de los patrones a los que las autoridades prestan atención para identificarlos.
Como van mutando las zonas en las que actúan, también van cambiando los objetivos. Cuando logran "encontrarle la vuelta" a los autos de cierta tecnología o marca, se vuelven blanco fácil todos los que pasan por la zona. De todas formas, la mayoría de los autos modernos han incorporado un grado de tecnología que vuelve prácticamente imposible el hurto y por eso son rapiñados. Es decir, abordan a los conductores cuando están en el auto. Aunque, consecuentemente, también se han ido aggiornando las técnicas de hurto.
Sin embargo, el fiscal de Flagrancia Diego Pérez dijo a El Observador que ha tenido investigaciones en los que quedó claro el vínculo entre bandas que roban autos y narcos. "Una de las fuentes de financiamiento de bandas de narcos, y sobre todo en determinadas zonas, son los robos de autos", afirmó.
Explicó que es sumamente rentable porque les pagan $5.000 o $ 6.000 a quien rapiña o roba al conductor, o incluso, en muchas oportunidades, los retribuyen con droga porque son consumidores. Esos autos luego se venden por $50 mil o $ 60 mil a través de aplicaciones. Por eso, pidió que los compradores presten atención cuando revisan la documentación de los vehículos que les ofrezcan.
Las intenciones de contenerlos
El cuerpo policial comunitario orientado a resolver problemas (PCOP) tuvo dos experiencias –la última de ellas en 2021 en Parque Batlle– con programas intentando reducir los hurtos de vehículos. "Se trata de hacer una análisis de la zona y decir acá se podrían podar los árboles, poner cámaras, iluminación de esta forma, repartir volantes, juntar los grupos vecinales que hay para que hagan también su trabajo. El policía tradicionalmente lo que hace es responder a un hecho aislado, sucedió un delito y atiende a la víctima. Esta modalidad que es lo que teóricamente se llama policiamiento orientado a problemas busca averiguar qué factores favorecen el delito en esta zona para trabajar sobre ellos", dijo el director del Programa de Seguridad Ciudadana, Diego Sanjurjo, a El Observador en agosto del 2021.
En ese entonces, se registró una leve disminución, pero luego volvió a subir. De esa experiencia pudieron obtener un mapa de calor que establece cuáles son los puntos más complejos, horarios y experiencias que ayudaron a afinar el perfil de este crimen.
