Tenía 46 años, provenía de una familia irlandesa y católica, estaba casado con Jackeline Bouvier, que aquel 22 de noviembre de 1963 estaba a su lado en un coche descapotable en la ciudad de Dallas. John Fitzgerald Kennedy no había cumplido tres años en la Casa Blanca cuando fue asesinado. Sucedió hace seis décadas.
Ganador de las elecciones presidenciales de 1960, ejerció desde el 20 de enero de 1961 hasta su asesinato en 1963. Durante su gobierno tuvieron lugar la invasión de bahía de Cochinos, la crisis de los misiles de Cuba, la construcción del Muro de Berlín, el inicio de la carrera espacial y la consolidación del Movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos, así como las primeras acciones de la invasión de Estados Unidos a Vietnam.
El magnicidio de Kennedy en Dallas, Texas, siempre seguirá plagado de misterio y ocultamientos. Sin embargo, la desclasificación de documentos y algún testigo tardío, puede ser que ayuden a consolidar nuevas teorías. Por ejemplo, que no hubo un solo tirador, Lee Harvey Oswald, que fue detenido y, a su vez, asesinado dos días después por Jack Ruby, por lo que no pudieron someterlo a juicio y escuchar su testimonio imprescindible.
La Comisión Warren concluyó que Oswald había actuado solo en el asesinato. Sin embargo, el Comité Selecto de la Cámara sobre Asesinatos estimó en 1979 que “pudo existir una conspiración”.
Dos documentales fueron estrenados este mes. En uno, el testigo Paul Landis dice que no hubo una sola bala en el atentado como dijo la Comisión Warren, en 1964. Landis fue uno de los cuatro agentes secretos que aquel día protegían al presidente.
La Comisión Warren y la documentación de los Archivos Nacionales de Washington, fueron desafiadas por Landis, que afirma haber hallado dos balas más en el respaldo de la limusina de Kennedy. Esa hipótesis hace dudar de Oswald como único tirador, por la dirección del proyectil al que refiere el custodio.
A seis décadas, la documentación oficial tiene un alto porcentaje de acceso público. Quedan solo 515 documentos clasificados y 2.545 los clasificados parcialmente. La decisión más reciente al respecto es un memorando del presidente Joe Biden, del 15 de diciembre de 2022, en el que establece que “desde la fecha de este memorando hasta el 1 de mayo de 2023, los organismos pertinentes y NARA (Administración Nacional de Archivos y Registros) revisarán conjuntamente el material restante en los archivos con el fin de maximizar la transparencia y divulgar toda la información en los registros”.
Sin embargo, aclara “excepto cuando razones más poderosas aconsejen lo contrario. Cualquier información que las agencias propongan para el aplazamiento continuado de la divulgación pública más allá del 30 de junio de 2023, se limitará al mínimo absoluto según la norma legal”. Queda solo un 3% aún clasificado “para salvaguardar la defensa nacional, operaciones de inteligencia o relaciones exteriores”.
Landis publicó sus memorias, The Final Witness (El testigo final) y en ellas dice que oyó tres disparos y no dos, como afirmó en la declaración escrita que remitió a las autoridades una semana después del asesinato.
Eso da pie para sostener que aquel día hubo más de un tirador en Dallas. Landis siempre pensó que Oswald fue el único tirador, pero “en este punto, empiezo a dudar de mí mismo,” dijo al diario The New York Times en septiembre.
La investigación concluyó que las balas fueron disparadas por un rifle Mannlicher-Carcano C2766 hallado en el sexto piso del Depósito de Libros de Texto de Texas, hoy un intrascendente edificio.
Aquel 22 de noviembre moría el hombre que le había ganado el debate presidencial al republicano Richard Nixon a fines de 1960 y que hacía de los debates televisados una nueva religión para la política. Moría un hombre buenmozo de 1.85 casado con una de las mujeres más agraciadas como era Jacqueline Bouvier y madre de sus cuatro hijos.
Sus amigos lo llamaban Jack y la prensa JFK. Durante la Segunda Guerra Mundial fue comandante de una lancha torpedera en el Pacífico Sur. En un reconocimiento, la PT-109 fue impactada por un destructor japonés, que partió la lancha en dos y ocasionó una explosión. La tripulación a su cargo nadó hasta una isla y sobrevivió hasta ser rescatada. Esta hazaña le dio popularidad y con ella comenzó su carrera política.
Kennedy representó al estado de Massachusetts como miembro de la Cámara de Representantes desde 1947 hasta 1953. Luego, como senador, desde 1953 hasta que asumió la Presidencia en 1961 y la ejerció hasta el 22 de noviembre de 1963. Su vida es una leyenda y su muerte todavía un misterio seis décadas después.