La primera ministra británica, Liz Truss

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Truss anuncia plan para limitar el precio de la energía y terminar la prohibición del fracking

La iniciativa apunta a limitar las crecientes facturas de energía eléctrica y promover otras fuentes de energía. Sin embargo, la reanudación del fracking y su reticencia a un impuesto sobre las ganancias extraordinarias del sector ha desatado fuertes críticas del Partido Laborista
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09 de septiembre de 2022 a las 08:59

Limitar los costos de las facturas de energía a 2.500 libras esterlinas al año, convertir al Reino Unido en un exportador neto de energía para 2040 y poner fin a la prohibición del fracking. Estas son las tres principales directrices del paquete de ayuda anunciado este jueves 8 de septiembre, en el Parlamento, por la nueva primera ministra de Reino Unido, Liz Truss.

En medio de la guerra, Rusia, el principal exportador de gas y petróleo al Viejo Continente que en los últimos días ha cortado y limitado el suministro, diversas ONG han advertido que millones de hogares se enfrentarían a la pobreza este invierno si se permite que el tope de los precios promedio de la energía aumente un 80 % el próximo octubre y en los meses posteriores.

“Un primer ministro tiene que hacer todo lo que sea necesario para resolver la situación y garantizar el suministro energético”, aseguró la primera ministra este jueves, en la Cámara de los Comunes.

Está previsto que el paquete de ayuda impulsado por Truss tenga un costo de más de £ 115.000. Sin embargo, la líder del Gobierno señaló a los parlamentarios que no sabrán la cifra de su plan de energía hasta la declaración del Tesoro a finales de este mes.

Tanto conservadores como laboristas y los partidos políticos minoritarios reconocen la necesidad de poner un freno a los precios de las facturas de energía. No obstante, la reticencia de Truss a un impuesto sobre las ganancias extraordinarias que obtengan las compañías del sector ha desatado fuertes críticas del Partido Laborista, que la acusa de favorecer a la derecha del país.

Con el invierno a la vuelta de la esquina, los costos de la energía aumentando cada día, la respectiva inflación, y el descenso esta semana de la libra esterlina a sus niveles más bajos en décadas, Truss se enfrenta a los desafíos más abrumadores para un líder entrante en la historia de la posguerra de Reino Unido.

Limitar el costo de la energía

Para mitigar el impacto directo de la problemática en los bolsillos de las familias británicas, la recién elegida primera ministra propone congelar los costos de la energía.

Liz Truss anunció la garantía del precio, limitando las facturas a  2.500 al año, durante dos años.

La dirigente del Gobierno asegura que en promedio un hogar en el país ahorrará unas £ 1.000 cada 12 meses, mediante esta medida pagada con préstamos.

Esta cifra tiene en cuenta la eliminación de los gravámenes verdes-con un valor aproximado de £ 150 por hogar- y reemplazará el tope de precios existente.

La ayuda reducirá el costo de vida en 5 puntos porcentuales en comparación de lo que sería si no se tomara la medida, indicó Truss.

Si bien se espera que el plan enfríe la inflación, que en 10,1% ya es la más alta entre las grandes economías, el paquete anunciado agregará más de £ 100.000 millones a los préstamos de Reino Unido. Una situación que ejercerá más presión sobre las finanzas públicas.

Las empresas también están en riesgo. Muchos han recibido nuevas facturas de energía que amenazan la continuidad de sus negocios.

“Hoy anuncio que, con el Banco de Inglaterra, estableceremos un nuevo plan por valor de hasta £ 40.000 millones para garantizar que las empresas que operan en el mercado mayorista de energía tengan la liquidez que necesitan para gestionar la volatilidad de los precios. Esto estabilizará el mercado y disminuirá la probabilidad de que los minoristas de energía necesiten nuestro apoyo como lo hicieron el invierno pasado”, indicó.

De acuerdo con la líder laborista, aumentar la oferta, impulsar la economía e incrementar la liquidez en el mercado, reducirá “significativamente” el costo de esta intervención del Gobierno.

Otras compañías e instituciones públicas como hospitales y escuelas también recibirán apoyo, pero durante seis meses en lugar de dos años.

Estas disposiciones empezarán a regir a partir del próximo 1 de octubre, según estipula el plan.

Exportador neto de energía para 2040

Durante su intervención en el Legislativo este 8 de septiembre, la líder de los tories insistió en que no solo es necesario dar una solución inmediata a los altos costos energéticos, sino garantizar que el país tenga sus propios recursos energéticos. 

Truss fue más allá al asegurar que busca que el territorio británico se convierta en “un exportador neto de energía para 2040”.

“(Vladimir) Putin está explotando esta situación, usando como arma cualquier forma para legalizar la guerra en Ucrania (…) Estoy anunciando que utilizaremos estos próximos dos años para asegurarnos de que el Reino Unido nunca esté en esta situación de nuevo, sin perjuicios globales por acciones de dictadores”, sostuvo ante el Parlamento la sucesora de Boris Johnson.

La primera ministra aseveró que durante mucho tiempo Londres ha ignorado la necesidad de seguridad energética, pero que su Administración se ocupará de eso.

De hecho, Reino Unido fue un exportador neto de energía desde finales de la década de 1980 hasta 2004, luego del desarrollo de los campos de petróleo y gas del Mar del Norte. Sin embargo, la producción disminuyó constantemente desde 1999.

En la actualidad, el país es un importador neto de todos los principales tipos de combustibles, según muestran los datos del Gobierno.

Fin a la prohibición del fracking

Como parte del paquete anunciado en las últimas horas, Truss también señaló que aprobará más licencias de perforaciones petroleras en el Mar del Norte y levantará la prohibición del fracking. Todo en un intento por aumentar el suministro de energía nacional.

Los expertos indican que los planes de incrementar la producción de energía a través del fracking no proporcionarán ningún alivio a corto plazo, debido a que normalmente se necesitan entre cinco y diez años, desde la exploración inicial hasta que se produzca petróleo y gas en un campo.

El fracking, un proceso de extracción de gas de esquisto de las rocas rompiéndolas con agua y productos químicos a alta presión, requerirá una extensa planificación especialmente al seguir siendo impopular entre muchas comunidades.

La dirigente política también afirmó que trabajará para garantizar los recursos energéticos a largo plazo sin descuidar el compromiso asumido por su país para alcanzar cero emisiones netas de dióxido de carbono para 2050.

En primer lugar, habrá una revisión de la regulación energética. Y, en segundo lugar, una evaluación de cómo el Gobierno puede alcanzar el cero neto "de una manera que sea favorable a las empresas y al crecimiento" económico, sostuvo.

Un enorme desafío que liderará Chris Skidmore, el parlamentario y exministro de Energía, es uno de los legisladores conservadores más comprometidos con alcanzar el objetivo declarado para mitigar las devastadoras consecuencias del cambio climático.

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