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Un debe: generar más tamberos con altos índices productivos
En Uruguay existe un conjunto de productores de leche que alcanzan excelentes índices productivos, con mucha eficiencia en cada aspecto de su sistema, al nivel de los tamberos de punta en Nueva Zelanda, “pero son el 10%, el 15% o el 20% como máximo”, por lo que en ese sentido hay un área de trabajo muy interesante para abordar.
Ese fue uno de los mensajes que, señaló Gabriel Bagnato –el gerente general del Instituto Nacional de la Leche (Inale)–, dejó el Foro Inale Uruguay 2019 –“Tendencias y desafíos de la lechería mundial”– realizado el miércoles de esta semana.
Tras admitir que la situación coyuntural “es compleja”, afirmó que pese a ello “obligatoriamente” hay que seguir pensando en el mediano y largo plazo y en las cosas que “todos tenemos que hacer” para avanzar hacia una mejor competitividad y en la eficiencia productiva y exportadora.
Tras las exposiciones, admitió que en la lechería nacional hay cosas en el debe, trabajos en los que se ha avanzado pero en los que los competidores avanzaron más. Señaló como un caso claro la necesidad de ir hacia sistemas de producción de mayor eficiencia y productividad, con otros niveles de inversión que deben estar asociados a herramientas que desde diferentes ámbitos deben generarse para que los productores puedan acceder a ese tránsito.
También mencionó una lógica que involucra a los productores en Nueva Zelanda, algo que en Uruguay se está profundizando, lo que llamó sistema de transferencia, siendo un debe ver cómo los productores transitan ese camino con ciertos seguros, para que no sea por prueba y error.
Otro aspecto destacado, que dijo lo dejó muy en claro Marcelo Pereira de Carvalho en su exposición, es la tendencia hacia el consumidor manejando el mercado y traccionando al resto de la cadena, mencionado que Uruguay, un país claramente exportador, tiene la necesidad de comenzar a diferenciar su producción, no solo a nivel de productos sino también a nivel de la demostración de la calidad de los productos que Uruguay logra, cómo se producen y qué certificaciones hay. En eso, precisó, “se está trabajando”.
Resaltó también el valor de las herramientas que permitan que la gente que está en el sector pueda quedarse y que la que quiere ingresar pueda hacerlo sin disponer de un capital elevado. Comentó que existen casos de gente interesada en entrar, pero se le hace difícil concretarlo porque no es sencillo comprar un campo y un rodeo, estando la herramienta de los sistemas asociativos en Nueva Zelanda, como lo planteó otro de los expositores, Santiago Cobas, que permiten que una persona como él que llegó a ese país con una valija y algunos dólares hoy sea un contract milker, asociado a un dueño de tierras, manejando rodeo, personal, alimentación y generando su empresa y futuro. “Se puede”, reflexionó.
Finalmente, señaló como otro aspecto valioso que se trabaja muy bien en investigación tendiente a avanzar a sistemas de producción más eficientes, siendo claros los esfuerzos de la Universidad de la República y del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria, complementándose eso en coordinación con las evaluaciones económicas que realiza el Inale, “algo que nos está permitiendo una ruta bastante clara y con una posibilidad de generar otro tipo de márgenes y otro tipo de mitigación de riesgo, pero con un montón de herramientas que hay que generar desde otros ámbitos para que eso se pueda concretar, porque el productor por sí solo no puede hacer ese tránsito solo”.
En un momento adverso, la mejor concurrencia
