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Un éxito diplomático en Argentina

La realización de la cumbre del G20 en Argentina culmina con una declaración
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07 de diciembre de 2018 a las 05:03

Por primera vez en la historia se realizó una cumbre del G20 en América del Sur. La semana pasada, Buenos Aires recibió a los principales líderes mundiales, lo que ya de por sí es un éxito diplomático para el gobierno de Macri. Cabe resaltar además, que semejante acontecimiento se desarrolló sin inconvenientes mayores en cuanto a la seguridad y organización, lo que por cierto se había puesto exageradamente en cuestionamiento, tras los incidentes ocurridos unos días antes en la final de la Copa Libertadores de América.
La décima cumbre del G20 que entre sus miembros reúnen nada menos que el 85% del PIB mundial, 66% de la población, 75% del comercio y cerca del 80% de las inversiones, está conformado por 19 países más la Unión Europea, además de los invitados permanentes e invitados especiales y representantes de organismos regionales e internacionales. Los miembros por América Latina son Argentina, Brasil y México (Chile es país invitado pero no integra el G20).

Como anfitrión, Argentina tuvo el desafío de recibir a las delegaciones en el marco de un contexto global muy convulsionado debido a las crecientes diferencias económicas y políticas. De hecho, todas las cumbres recientes en la que ha participado Estados Unidos, culminaron sin una declaración consensuada, como ocurrió en el G7 y la cumbre del Foro de Cooperación Económica de Asia Pacífico (APEC).

Tomando en cuenta las diferencias entre las potencias de mayor envergadura a nivel internacional, el gobierno argentino presentó una agenda para permitir alcanzar consensos mínimos para cerrar la reunión con una declaración. Los temas definidos para la cumbre fueron: el futuro del trabajo, la infraestructura para el desarrollo, un futuro alimentario sostenible y la perspectiva de género.

Si bien se trata de asuntos relevantes para la agenda global, lo cierto es que las diferencias entre las potencias fueron las que centraron la atención de la cumbre. Además de los temas anteriormente mencionados, los debates entre las delegaciones estuvieron centrados en aquellos asuntos de mayor sensibilidad, como la guerra comercial desatada entre Estados Unidos y China, el cambio climático, la crisis migratoria, la reforma de los organismos internacionales en particular la OMC. A su vez, una serie de hechos políticos han tensionado los intercambios, como el reciente incidente entre Rusia y Ucrania en el mar de Azov (lo que llevó a la suspensión de la reunión bilateral entre Trump y Putin) o la incómoda presencia del príncipe saudita por el horroroso asesinato de un periodista en el consulado de Arabia Saudita en Estambul.

Si bien se trata de asuntos relevantes para la agenda global, lo cierto es que las diferencias entre las potencias fueron las que centraron la atención de la cumbre.

Si bien se estaba frente a un entorno poco propicio para alcanzar acuerdos, finalmente la declaración logró incorporar algunas menciones de suma importancia para la agenda global, ya que con la excepción de Estados Unidos, se aludió al cambio climático y al comercio, pero especialmente al futuro rol de la OMC y la necesidad de reformarla, lo que es un avance sustancial en comparación con los resultados alcanzados en otras cumbres. De hecho, el punto 27 de la declaración establece que “el comercio internacional y la inversión son motores importantes del crecimiento, la productividad, la innovación, la creación de empleo y el desarrollo. Reconocemos el aporte que el sistema de comercio multilateral ha realizado en pos de este objetivo. Actualmente, el sistema no está cumpliendo sus objetivos, y existen posibilidades de mejora. Por lo tanto, respaldamos la reforma necesaria de la OMC para mejorar su funcionamiento. Revisaremos el avance en tal sentido en nuestra próxima Cumbre”.

Más allá del impacto en la política interna que pueda tener la cumbre para la presidencia de Macri, lo cierto es que para toda América Latina es positivo que los principales líderes de las potencias mundiales visiten la región y debatan por dos días sobre los temas centrales para la comunidad internacional. Independientemente de los avances entre todos los miembros, el foco de la cumbre estuvo en el importante número de reuniones bilaterales, como por ejemplo la sostenida entre Trump y Xi Jinping y la de estos con las potencias europeas, especialmente para evitar el inicio de una nueva etapa de la guerra comercial por la suba de los aranceles a las importaciones estadounidenses de automóviles, intercambios que de acuerdo a los resultados anunciados por las delegaciones fueron exitosas y auguran un progresivo mejoramiento de la crisis actual.

A su vez, no es un hecho menor que el nuevo acuerdo T- MEC firmado entre México, Estados Unidos y Canadá haya sido suscrito en Buenos Aires. Argentina fue también el gran ganador en las cumbres bilaterales si se lo compara con los otros países latinoamericanos, ya que como anfitrión logró reunirse con los principales actores, pero particularmente con Estados Unidos y China que le presentaron una agenda cargada de anuncios y acuerdos. Es noticia que la potencia del norte se muestre tan activa en sus contactos con el país sudamericano, lo que confirma la estrecha relación de Macri con Trump, que lo llevó a avances concretos en la agenda bilateral. En ese sentido, además de los anteriores resultados en el acceso a la exportación de limones y de carne, Estados Unidos sigue apoyando a Argentina en su negociación en el FMI y lo impulsa para su ingreso a la OCDE. 

A su vez, no es un hecho menor que el nuevo acuerdo T- MEC firmado entre México, Estados Unidos y Canadá haya sido suscrito en Buenos Aires.

La relación también estratégica que posee el país anfitrión de la cumbre con China, lo llevó a Macri a la búsqueda de un difícil equilibrio para evitar cualquier error que pueda generar el malestar entre algunas de las dos potencias, ya que ahora Estados Unidos muestra mayor interés en recuperar su presencia en América Latina en algunos sectores estratégicos como la energía y el desarrollo en infraestructura. Mientras tanto, China sigue firmando un importante número de acuerdos con Argentina. Si bien aún existe un elevado nivel de incertidumbre respecto a cómo evolucionaran las diferencias entre las principales economías del planeta, parece claro que la semana pasada se registró un éxito diplomático en Argentina. 

 

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