Un musical pro tolerancia

El jardín creativo de Dani Umpi no deja de dar diversos frutos después de más de 15 años de carrera en los escenarios y letras del Río de la Plata. Ayer y hoy se presenta en la Zavala Muniz del Teatro Solís un musical argentino basado en su libro infantil El vestido de mamá.

Cada vez que llega a Montevideo, el tacuaremboense de 43 años agenda consulta con su dentista para mantener impercable su sonrisa, algo que lo obsesiona. El atender su salud bucal en la ciudad de un millón de habitantes demuestra que aunque resida en Buenos Aires, Montevideo sigue siendo su hogar.

Lo autóctono lo persigue o, mejor dicho, son parte de su firma. Así lo deja plasmado en los nombres de sus últimos dos discos. El último se llama Lechiguanas, un tipo de avispa que habita en Uruguay y Argentina, conocida por sus nidos puntiagudos y miel tóxica. El anterior se llamó Mormazo, la palabra que se utiliza en el interior uruguayo para referirse al calor abrasador e insoportable del mediodía en un día del verano.

"Tengo tendencia al nomadismo cosmopolita pero después siempre hay referencias al lugar de donde vengo o a Uruguay. Y eso que soy una persona que no hace mucha raíz", dijo Dani Umpi a El Observador en su visita a Montevideo para acompañar al equipo de El vestido de mamá.

Umpi asegura que no participó en el armado de la obra teatral pero le agarró mucho cariño porque le gusta mucho el resultado. Se estrenó el año pasado en Buenos Aires en el Centro Cultural 25 de Mayo.

"Somos fanáticos de esta obra", dijo refiriéndose también a Rodrigo Moraes, el ilustrador.

El libro infantil que inspiró al musical cuenta la historia de un niño que juega con el vestido de su madre. Cuando sale a la calle a crear con su imaginación, otros niños se burlan de él.

De esta manera, la historia toca asuntos como el género, la exploración de los niños, el rol de los padres y la tolerancia.

Con Uruguay como el primer país en Latinoamérica que legalizó el casamiento entre personas del sexo y la jura de la primera legisladora trans en la historia del país en octubre pasado, el género tiene un lugar casi permanente en la agenda.

"Yo creo que por un lado hay una apertura grande que va creciendo hacia las múltiples identidades y a toda la diversidad sexual" dijo Umpi. "Paralelamente hay un neoconservadurismo que se siente interpelado en una mala. Como si fuese una agresión a su vida. Cuando en realidad lo que queremos es que nos respeten a todos", agregó.

En Argentina, El vestido de mamá fue adquirido para las bibliotecas de escuelas públicas por resolución del anterior gobierno.

Umpi sostiene que el libro abre el debate "con todos los colores que pueda tener". La trama desencadena varias líneas de interpretación y deja algo abierto para que lo resuelva el lector.

"El vestido no es rosado. Y cuando se lo pone, no es que se sienta una mujer. Forma parte de su conocimiento del mundo, la parte lúdica y la experimentación con la ropa y con los roles", explicó el autor.

Además, un planteo que el musical potencia es el desconcierto de los padres ante una situación de este tipo.

Umpi promueve la tolerancia y respeto a la diversidad en todas sus artes, desde sus performances escénicas en las que adquiere formas andróginas hasta sus libros. Con esta obra que inspiró el musical, el uruguayo pone el mismo mensaje sobre la mesa, usando las letras como vehículo.

"El arte permite llegar a cambiar mucho porque la gente se identifica y proyecta mucha cosa en el arte. Llegas a una fibra muy interior", dijo el escritor.

El libro El vestido de mamá tiene pocos elementos autobiográficos. Umpi contó que se hacía vestidos enormes con las sábanas de su casa pero comenzó a recurrir a los vestidos de su madre cuando comenzó a cantar, ya en la adultez. "Cuando era chico no usaba la ropa de mi madre. Es más, usaba más los piyamas de mi padre (se ríe)", recordó.

Actualmente, el artista ya no recurre a sus elementos más bizarros y humorísticos. Aunque fue el condimento bufonesco lo que le permitió presentarse en público siendo muy tímido y gay, en una época en que pocos gays hacían música.

"Antes, si no estaba en un personaje, era difícil que me subiera a un escenario", contó.

Hoy en día, con su estudio artístico en Buenos Aires, su octavo disco recién editado y una agitada agenda de ferias internacionales de literatura, Umpi se encuentra en una etapa de madurez en la que está más seguro de su producción y desarrolla todos sus perfiles al mismo tiempo porque aprendió a organizarse.

Puede decirse que Umpi es ahora "un señor", a lo que él corrige: "Soy una señora"(se ríe). Además, confiesa que cuando mira el Facebook de sus compañeros del colegio nota que él lleva la adultez de forma diferente.

Su canción con más vistas en Youtube (206.000) es El tiempo pasar. Para ella reunió a la estrella infantil peruana Wendy Sulca y a Fito Páez.