Leonardo Pereyra

Leonardo Pereyra

Historias mínimas

Una historia de amor que me contaron

El intentó recuperarla con un email, pobre cuchara de guerra,mientras olfateaba un frasco de Agua Brava, regalo de un amigo negado para las fragancias,
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06 de noviembre de 2012 a las 00:00

Ellos se encontraron cinco veces. Tres veces se desnudaron y dos no. Propiciaron cuatro conversaciones. Ella demoró en llamarlo. Pero él no pudo evitar discar - la palabra es vieja y el error también -. Repitió el desatino en otras seis ocasiones. Ella se aburrió y, en la última conversación le comunicó que se iría a vivir sola para, entre otras cosas, librarse de los espantos que decoraban la casa de sus padres. Y que cualquier cosa le avisaba.

El intentó recuperarla con un email, pobre cuchara de guerra, con chistes sobre mudanzas. Mientras olfateaba un frasco de Agua Brava, regalo de un amigo negado para las fragancias, escribió: “Te envío estos preceptos acerca de las cosas que deben ser desterradas para que tu nueva casa no se derrumbe bajo el peso de la incompetencia estética. Los consejos forman parte de un manuscrito atribuido al arquitecto holandés P. Derrik Kroll titulado “El amor nada puede contra los enanos de jardín”. Derrik murió sin llegar a padecer el furor de los imanes para puertas de heladera”
Dice el manuscrito de Derrik:

1)Indestructibles y eternos como las cucarachas son los escritorios de oficina con fotos de familia en las que sonríen, inmortales, esposas e hijos. Los estudios sobre estos comportamientos no llegaron a conclusiones concretas acerca de las razones que impulsan a un ser humano, sin traumas aparentes, a tener en su trabajo las imágenes de las mismas personas que encontrará de cuerpo presente cada vez que regrese a su casa. “Estoy más cerca del hombre de Cromagnon que del funcionario con una foto de sus hijos sobre el escritorio”, dijo el filósofo argentino Agustín Magaldi. Las casas deben estar libres de esas desviaciones del comportamiento. Las fotografías de parientes están prohibidas en el modelo de casa “habitable” que se pretende diseñar.

2)Lugares comunes. Las paredes lucirán libres de posters o cuadros detectados con demasiada frecuencia en lugares públicos y privados. Se conoce el caso de personas que cuelgan en sus casas “El Beso” de Klint sin reparar en el exceso.

3)Indignado, el decorador italiano Angelo del Piettro en su ensayo “San Jorge, el dragón y el poster de Che Guevara” menciona diversos objetos que deberían sufrir destierro (dibujos de Cristo con el corazón al aire, vírgenes de yeso celeste y blanco, y…” Aquí el texto de Derrik se torna ilegible.
Te quiero, yo

Ella, que frecuentaba poco los libros pero que, como ya fue dicho, sabía aburrirse a tiempo, lo llamó para comentarle que “el mail esta bueno y además es cortito”. La historia no registra si después dijo chau, nos vemos o yo te llamo. Sí se sabe que él se perdió en su impericia y, así como el poeta ciego describió el horror de vivir en lo sucesivo, se dispuso a padecer los 1095 días que agobian a los enamorados sin esperanza.

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