Luis Suárez fue sacado de un Mundial tal si fuera un delincuente. Lo obligaron a dejar la concentración. Le impidieron seguir compartiendo el evento de Brasil 2014 con sus compañeros. Lo subieron a un avión y lo mandaron de regreso a Montevideo. Aquella fue la sanción más grande de la historia de los mundiales. Nadie elevó la voz.
El peruano Paolo Guerrero dio positivo tras un control en un partido de clasificación para el Mundial, el 5 de octubre de 2017 frente a Argentina.
El jugador fue sancionado primero por la FIFA con un año de inhabilitación. El Comité de Apelación del propio organismo rebajó después el castigo a seis meses.
Pero tras sendos recursos de Guerrero, en busca de su total absolución, y de la Agencia Mundial Antidopaje, que pedía entre uno y dos años, el TAS fijó el pasado 14 de mayo la sanción en 14 meses, lo que dejaba al jugador fuera de la Copa del Mundo.
La noticia causó conmoción. Pero, a diferencia de aquella vez con Suárez, Paolo contó con una defensa inesperada para la FIFA: los jugadores de fútbol.
Los dueños del espectáculo se pronunciaron sin medir consecuencias. Y comenzaron a aparecer voces. Primero los uruguayos Luis Suárez y Diego Godín que se expresaron a través de sus cuentas de twitter. Casi al mismo tiempo el sindicato mundial de futbolistas (Fifpro). Y finalmente, en un hecho sin precedentes, los capitanes de las selecciones rivales de Perú en el Mundial, a saber: Francia, Dinamarca y Australia, pidieron por la habilitación de Paolo.
La presión fue evidente. Y la FIFA cedió.
El Tribunal Federal subraya que la falta de intencionalidad en el positivo por dopaje fue incluso reconocido por el TAS en este mediatizado caso.
El argumento que ha mantenido Guerrero a lo largo de los meses es que el dopaje fue totalmente accidental y ocurrió al ingerir un té que contenía restos de un mate de coca, lo que hizo que se detectara en su organismo la benzoilecgonina, principal metabolito de esa planta. Guerrero fue habilitado. Una clara demostración del poder que adquirieron los jugadores en toda esta historia.
Las pruebas son contundentes, de un tiempo a esta parte comenzaron a ejercer cargos que estaban destinados a personas de traje y corbata que jamás habitaron un vestuario.
Se involucraron en temas que quedaban reservados a los dirigentes, pelean por sus derechos y hasta interfieren en otros rubros que pasó en Uruguay cuando los seleccionados trajeron una increíble oferta por la camiseta de la selección cuando en la AUF se recibían dineros irrisorios.
Conocido el fallo que le permite a Paolo Guerrero jugar el Mundial, el delantero dio a conocer una carta.
En la nota el delantero agradece a sus compañeros de la selección, al presidente de la Federación, Edwin Oviedo, y al país en general.
Pero líneas más abajo tiene palabras de agradecimiento para los jugadores.
"Finalmente mi agradecimiento a los capitanes de Australia, Dinamarca y Francia; a la Fifpro (sindicato mundial de futbolistas), a mis colegas jugadores profesionales de otras selecciones y a tantas personas anónimas o no, que de una manera u otra fueron útiles para lograr este resultado.
Ya no hay límites. Ya no hay sueños imposibles".
Inicio de sesión
¿Todavía no tenés cuenta? Registrate ahora.
Para continuar con tu compra,
es necesario loguearse.
o iniciá sesión con tu cuenta de:
Disfrutá El Observador. Accedé a noticias desde cualquier dispositivo y recibí titulares por e-mail según los intereses que elijas.
Crear Cuenta
¿Ya tenés una cuenta? Iniciá sesión.
Gracias por registrarte.
Nombre
Contenido exclusivo de
Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.
Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá