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Una vida al servicio de la libertad

Fue un servidor de la sociedad libre en muchas capacidades: como profesor, funcionario y emprendedor intelectual
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14 de enero de 2017 a las 05:00
Alejandro Chafuen
Ramón P. Díaz CBE (1926-2017) murió en Uruguay el 7 de enero. Fue un gran defensor de la libertad económica y de la sociedad libre. Aunque sus estudios fueron en derecho, pronto se sintió atraído por la economía, en especial la tradición de la Escuela de Chicago representada por Milton Friedman, ArnoldHarberger y otras eminencias.

Fue un servidor de la sociedad libre en muchas capacidades: como profesor, funcionario y emprendedor intelectual. Fue docente de Economía Política en la Universidad de la República, y luego enseñó en la Universidad Católica y en la Universidad de Montevideo, la cual cuenta hoy con uno de las mejores 10 facultades de economía en América Latina. Bajo diferentes administraciones fue subsecretario de Industria y Comercio, director de la Oficina de Planeación y Presupuesto y presidente del Banco Central.

También fue un emprendedor intelectual de muchas facetas. Fundó Búsqueda, una revista de análisis económico serio, y colaboró con centros de pensamiento en Uruguay y en el exterior. El Dr. Díaz fue electo presidente de la Sociedad MontPelerin para el período de 1998-2000. Luego continuó su servicio como presidente de la Academia Nacional de Economía en Uruguay (2000-2005).
Ramón fue un individuo generoso. Siempre admiré su dominio absoluto del inglés, el cual perfeccionó como profesor voluntario del Instituto Cultural Anglo Uruguayo. Gracias a sus esfuerzos fue condecorado por la Orden del Imperio Británico con el título honorífico de Comandante del Imperio Británico (CBE).

Mi historia más personal se remonta a cuando tenía 20 años. Era 1974 y era estudiante recientemente ingresado a la Universidad Católica de Argentina. El año anterior, un estudiante que nos aventajaba por un año, Marcos Victorica, con una mente de estratega político, me invitó a un café para planear cómo arrebatarle a la izquierda la Asociación Estudiantil de la universidad. Él se lanzaría como presidente y, una vez terminara su mandato, nos apoyaría como sus sucesores. Los tiempos no eran fáciles. Luego nos enteramos de que había una célula terrorista dentro del viejo convento que fue el principal edificio de la universidad durante décadas. En 1974, Juan Carlos Cachanosky (1953-2015) y yo ganamos la elección de la Asociación Estudiantil.

El consenso intervencionista de la época, compartido por socialistas y "fascistas", era demasiado dominante para que pudiéramos hacer mucho, pero por lo menos podíamos prevenir el daño. En una de nuestras pocas actividades intelectuales, invitamos al Dr. Ramón P. Díaz, quien estaba relativamente cerca en Uruguay, a dar una charla. Nos dijeron que las autoridades de la universidad no nos iban a dar permiso; el liberalismo económico aún era anatema. Así que decidimos traerlo a la universidad "clandestinamente" y llevar a cabo el evento en un ambiente semisecreto, sin ningún anuncio público.

No sé si, en ese momento, el Dr. Díaz era un católico devoto como después sí lo fue. Yo definitivamente no lo era; era un randiano. Pero los dirigentes de la universidad de la época no estaban a favor de una economía libre y la divulgación de sus principios, incluso cuando sus defensores eran católicos. Para la cultura de la mitad de los 1970, la economía tipo Chicago se acercaba al libertarianismo radical. Ramón fue cortés y no le importó la falta de publicidad para su evento.

Pronto después, el clima político e intelectual cambió cuando diferentes sectores en Chile, Argentina y Uruguay decidieron, con un gran costo, enfrentarse a los grupos terroristas que buscaban conducir a nuestros países hacia la órbita socialista. Este no es el lugar para examinar a fondo la turbulenta historia de América Latina, pero esa historia trágica y problemática jamás desalentó al Dr. Ramón Díaz.

En 1967, él estuvo en la reunión de la Sociedad MontPelerin en Vichy, Francia. Ahí desarrolló muchas relaciones y amistades y pronto la sociedad se volvió parte de su familia extendida. A mediados de la década de los 1980, formó parte de un grupo selecto convocado por Michael Walker, del FraserInstitute, para lanzar una iniciativa que midiera la libertad económica.

Milton Friedman, Douglass North, Lord Bauer y ArnoldHarberger fueron algunos de los participantes más reconocidos. Durante las discusiones, Díaz declaró:
La democracia es más que el gobierno de la mayoría. Me gustaría enfatizar que las democracias liberales de Occidente tienen el imperio de la ley y, en especial, una rama judicial independiente y competente. Los países latinoamericanos no la tienen, y somos tremendamente culpables por no haber logrado producirla.

Aunque él fue un fiel funcionario público, agregó lo siguiente:
Los funcionarios no producirán una sociedad que sostiene la libertad. Tenemos un personaje en esta gran obra que representa la sociedad occidental, y el héroe de nuestra obra, que es el dueño de propiedad. Por lo tanto, pienso que debemos concentrarnos en las características especiales que han prevalecido en Occidente y que han producido un individuo particular, quien se considera a sí mismo un individuo privado e independiente con derechos a la propiedad, no como un empleado del gobierno.

Ramón ya no está con nosotros pero sus enseñanzas y su ejemplo han influenciado a un grupo selecto de economistas jóvenes en Uruguay, quienes están haciendo importantes contribuciones al mundo de la academia y de los centros de pensamiento, perpetuando y expandiendo sus doctrinas. Varios de ellos han pertenecido a CERES, el centro de investigaciones económicas y sociales presidido por mucho tiempo por Ricardo Peirano y dirigido por Ernesto Talvi. Dada la calidad de su trabajo, CERES ha sido el think-tank al cual recurre Brookings Institution para sus reportes de América Latina.

Los amigos de la sociedad libre le debemos un gran agradecimiento de despedida a Ramón por todo lo que él significa para la economía sana, su legado y su ejemplo de vida personal, todo un caballero de la libertad.


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