China es un socio comercial estratégico y clave que ha explicado buena parte del crecimiento de la economía uruguaya de los últimos 15 años. Sin embargo, durante los próximos años, el país deberá prepararse para una potencia asiática que crecerá a tasas más modestas por una transición que está procesando en su modelo de desarrollo.
En director ejecutivo de Ceres Guillermo Tolosa advirtió en una entrevista con El Observador que “una serie de obstáculos” se avizoran con China y que “hace muy probable que no sea el propulsor de la economía uruguaya como lo fue en los últimos 15 años. Vamos a tener mucho menos viento de cola”, pronosticó.
En el acumulado enero-noviembre, Uruguay le vendió casi US$ 2.000 millones a China sin considerar la zonas francas, con un crecimiento del 23% respecto a igual período del año pasado. Hoy es el clientes de más de un tercio de las ventas al exterior de bienes y solamente de carne vacuna se llevó US$ 1.100 millones, con una cuotaparate del 61%, según Uruguay XXI.
El académico de Ceres explicó que los gobernantes chinos están asumiendo que si las exportaciones ya no van a ser el motor de su crecimiento a futuro y por ello ahora están “apuntando sus fichas” a otras áreas. Por ejemplo, en los últimos meses hubo un esfuerzo marcado en mejorar el clima de inversión extranjera, quitando algunas restricciones.
Tolosa indicó que el “nuevo modelo de crecimiento” chino vendrá ahora por el lado del consumo y no por la inversión pública-privada en infraestructura local o las exportaciones.
“Estas son transiciones -que para Uruguay no van ser fáciles de administrar- no son triviales. Vamos a una realidad de crecimiento de China con una expansión más moderada y hay riesgos de un desaceleramiento más marcado que perjudique a Uruguay”, advirtió.
El economista añadió que estos efectos serán más allá de las consecuencias negativas que ya están llegando por la guerra comercial entre la potencia asiática y EEUU. De hecho, la importación de alimentos del gigante asiático hoy están cayendo, más allá de que Uruguay está aprovechando la ventana temporal que abrió en su principal mercado la peste porcina africana, que provocó una fuerte demanda por proteínas, incluida la carne vacuna uruguaya.
“Lo que es evidente es que es un fenómeno temporario por una epidemia que Uruguay ha capitalizado y se ha beneficiado muchísimo en un contexto global adverso”, rescató.
“Una vez que desaparezcan esos factores nos vamos a enfrentar a una dura realidad, con una economía china más débil por la guerra comercial y en el mediano plazo creciendo a un ritmo más moderado por estas transiciones. Y además porque los chinos ya llegaron a un nivel de ingreso que tienen consumos de calorías a países desarrollados, por lo que ahora el consumo pasa a venir por fuera de los alimentos que es lo que nosotros (por Uruguay) le vendemos)”, comentó.
Con los gobiernos de Argentina y Brasil en una sintonía comercial y política bastante divergente, el funcionamiento del Mercosur es todo una incógnita. El gobierno de Jair Bolsonaro se ha mostrado afín de un empuje aperturista y de reducción del proteccionismo,, que no parece tener eco con su otro socio más relevante del bloque bajo la administración de Aníbal Fernández que asumirá este marte en el poder.
“A río revuelto, ganancia de pescadores”, dijo Tolosa sobre cómo puede afectarle a Uruguay esta tensión en la conducción del bloque regional. Para el director de Ceres, el hecho de que el Mercosur se “esté doblegando” lleva a que Uruguay “tenga oportunidades” que no se le habían presentado en el pasado reciente.
“El país va a tener que balancear con su socio mayoritario que es China para nuestros commodities, con la necesidad de otro tipo de comercio más intensivo en valor agregado que necesariamente va a tener que pasar por el Mercosur porque es inevitable por la ubicación geográfica”, apuntó.
Para el director ejecutivo de Ceres hay una posibilidad latente de que Brasil comience a crecer más a futuro gracias a una mayor apertura, y que ello lleve a que se comiencen a desarrollar cadenas de valor que “han estado ausentes” en América Latina. El experto añadió que estos procesos ya se dieron en Europa del este y también en Asia emergente, por lo que no hay motivos para pensar que pueda ocurrir lo mismo en el barrio del Mercosur.
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