El uruguayo ama creer que la desesperada situación en la que está Argentina se debe a todo lo que representa Cristina Kirchner y su accionar. Es posible que tenga razón en lo político. Nadie mejor que ella resume las características que tanto odian los orientales del argentino, o mejor, del “porteño”. La prepotencia, la soberbia vacía, el idioma grosero y precario, la “tilinguería”, la ostentación, la vacuidad.
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