Es día de Pícnic!, es día de parar un ratito, respirar hondo, exhalar con ruido y dejarte llevar por la marea de las buenas cosas de la vida que comparto contigo todos los miércoles. Vivimos en tiempos de “obsolescencia programada”, tiempos en los que las cosas se hacen con fecha de defunción porque, lo sabemos, eso nos obliga a comprar otra cosa parecida pero más nueva. Vivimos en tiempos en que nuestro ritmo de consumo nos ha creado necesidades que no son tales, pero que lo parecen hasta el punto de que el deseo se confunde con amor. Y todo esto lo creamos nosotros mismos.
Esta nota es exclusiva para suscriptores.
Accedé ahora y sin límites a toda la información.
¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí
Inicio de sesión
¿Todavía no tenés cuenta? Registrate ahora.
Para continuar con tu compra,
es necesario loguearse.
o iniciá sesión con tu cuenta de:
Disfrutá El Observador. Accedé a noticias desde cualquier dispositivo y recibí titulares por e-mail según los intereses que elijas.
Crear Cuenta
¿Ya tenés una cuenta? Iniciá sesión.
Gracias por registrarte.
Nombre
Contenido exclusivo de
Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.
Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá