Entre enero y junio UTE registró ganancias por US$ 87,2 millones, según el balance de la empresa publicado por el Banco Central del Uruguay (BCU). Los números indican que la empresa obtuvo utilidades por $ 3.576 millones en términos corrientes, según el resultado integral del ejercicio. En igual período de 2021 los beneficios habían ascendido a $ 7.411 millones. La ganancia medida en pesos fue un 50% inferior en la comparación interanual.
Durante el primer semestre del año los ingresos operativos netos crecieron 3,5% sumaron $ 34.793,5 millones, según el balance.
El desempeño de la facturación por ventas de energía eléctrica a nivel local mostró un crecimiento de 8% medido en moneda nacional en la comparación interanual, y sumó $ 31.124 millones (US$ 759 millones).
Por su parte, la exportación de energía a la región reportó una facturación de $ 3.017 millones (unos US$ 74 millones) hasta esa fecha. En moneda nacional los ingresos por este concepto cayeron 30% comparados con igual período del año previo.
Las ventas se concentraron casi exclusivamente hacia Argentina con una leve participación de Brasil, tendencia que se ha mantenido en lo que va de 2022. En volumen hubo un descenso de 35% respecto a igual período de 2021, según datos de UTE.
Por su parte, los costos de venta crecieron en su conjunto 10,4%. En particular sobresalen mayores gastos en materiales energéticos y lubricantes, que totalizaron $ 6.507 millones (US$ 159 millones), un 43% más que la primera mitad de 2021 cuando ese rubro había sumado $ 4.553 millones (US$ 104 millones). Esa variación se explica fundamentalmente por el encarecimiento del precio del petróleo a nivel internacional y en particular del gasoil en el primer trimestre.
Vale recordar que entre enero y marzo hubo un mayor uso de la generación térmica para abastecer la demanda del mercado local, debido a menores aportes de las represas y en particular de Salto Grande. En ese período de referencia el 30% de la energía generado fue de origen térmico, con un crecimiento de 37% respecto al año anterior.
La situación se modificó en los meses siguientes y con un mayor aporte de la generación hidráulica en el primer semestre la participación de la generación térmica terminó cayendo a 15%. Al cierre de agosto solo el 11% de la energía generada fue de fuentes fósiles.
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