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Valentí Sanjuan, el youtuber que contagia

El español pasó por Uruguay, donde compitió en Minas y dio charlas para cientos de seguidores
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27 de octubre de 2018 a las 05:02

La sala del Hotel Intercity se fue llenando hasta que no entró más gente. Para ingresar, había que hacer una fila que se respetó sin inconvenientes y una vez se accedía, Valentí Sanjuan recibía, saludaba, dialogaba, se sacaba fotos o bromeaba con cada uno, uno por uno, de los que habían llegado para escuchar su charla.

En tiempos de carreras masivas y populares, y de videos por internet, este youtuber deportivo se ha convertido en una especie de referente en habla hispana para los aficionados amateurs del deporte, quienes a través de sus publicaciones saben de sus entrenamientos, competencias y viajes, de su vida y obra, y también de sus historias motivacionales.

En su canal de YouTube, este catalán de 37 años tiene 257 mil seguidores y en Instagram 277 mil. En Facebook, donde se presenta como un “Youtuber y deportista de ultra distancia que recorre el mundo entero subiendo videos cada día contando sus aventuras”, las cifras son similares, mientras que en Twitter, la red que quizás menos usa, tiene 121 mil y se define como “Ironman, Ultraman y Batman. Director creativo en Menos Cabeza Más Corazón y exgordo que un día se levantó del sofá”.

Por esas vías, pero principalmente por sus videos en los que muestra su gran conocimiento audiovisual –en su pasado ha sido crítico de cine–, sus hazañas y también sus chambonadas han cruzado el Atlántico y han llegado a Sudamérica y Uruguay, donde, como quedó demostrado, tiene cientos de seguidores.

Con motivo de la carrera de mountain bike Scott Marathon MTB que se realizó en Minas el fin de semana pasado, Valentí vino por primera vez al país y tras competir en las sierras, y pinchar varias veces –se sorprendió porque otro corredor le ofreció su rueda para que él siguiera–, llegó a Montevideo para dar una charla.

En su presentación, el “Jabalí”, tal es su apodo, contó su historia y la de muchas personas que ha conocido en sus aventuras.

El clic que lo llevó a cambiar el curso de su vida se dio luego de un semestre negro en el que su madre murió de cáncer, lo echaron de la radio en la que trabajaba, lo despidieron de una empresa que estaba montando junto a unos colegas y su novia lo dejó “por un argentino calvo”, como indicó, entre risas.

“Cuando mi madre murió llevaba meses ahorrando para comprarse un equipo de esquí nuevo, el único hobbie que tenían con mi padre a parte de trabajar para sus hijos. La puta vida quiso que el mes que tenía que cobrar la primera paga de la jubilación con la que iba a comprarse esos esquís nuevos fuera el mes en el que la enterramos”, cuenta Valentí.

Ese fue el gran disparador para dejar el sillón y comenzar su nueva vida, la actual. Y fue lo antes posible. En dos meses era el Ironman de Lanzarote y se anotó, una locura que lleva mucho más tiempo de preparación y para la que ningún entrenador quiso orientarlo. Pero lo completó, mientras sus amigos hacían apuestas para ver en qué kilómetro abandonaba.

Así continuaron sus aventuras corriendo, en bicicleta o nadando, todas acompañadas por sus respectivos videos en YouTube: “En estos cuatro años de carreras imposibles acabé cinco IronMans en cinco días justo el día siguiente de acabar la Titan Desert, Marathon des Sables, Ultramans en Gales y Hawaii en el Campeonato del Mundo, dos Titan Tropic, dos Titan Desert, Ultra Pirineu, los 770 k non stop de la Madrid-Lisboa en 55 horas sin dormir, y otras aventurillas en Taiwán, Mongolia, Argentina, Chile y Sierra Nevada”.

Ahora, tras competir en las sierras de Lavalleja, voló a México para hacer un ultraman de 515 kilómetros y luego volverá al sur, a Argentina,  para otra carrera de MTB.

“Qué tal señora, cómo estamos, bien? Aquí Sanjuan al aparato”, es el latiguillo con el que abre cada uno de sus videos. Y en buena parte de sus historias de las carreras aparecen los relatos de competidores que con dificultades físicas, como piernas o brazos amputados, no se entregan y buscan sus desafíos, así como corredores que se hacen retos por causas benéficas.

Con esos testimonios de superación, más su sentido del humor y la participación de su hermana o de amigos, como Ibón Zugasti, quien el año pasado estuvo en la Scott Marathon, sus videos enganchan a su audiencia y han tenido más de 60 millones de reproducciones en YouTube.

Eso sí, en la charla de Montevideo, dejó en claro que cada uno debe tener sus objetivos, ya sean deportivos o para otros aspectos de la vida. “Una vez vino uno a una charla y me dijo que quería que le contagiara las ganas para hacer un Ultraman. Pero él no quería hacer un Ultraman, solo quería que le contagie  las ganas. Y eso no llega a ninguna parte, porque ese es mi sueño y mi locura, y a cada uno los cables le hacen contacto por distintas cosas. No tiene sentido enamorarse del sueño de otro. ¿Qué sentido tiene? ”, señaló.

Aplaudido por los presentes en su charla, Valentí pasó por Uruguay, prometió volver y dejó en claro que en tiempos de redes sociales y videos, un deportista aficionado que viva y cuente buenas historias puede ser más interesante o familiar para otro corredor o biker amateur como él, que un atleta de élite o profesional.

 

SCOTT MARATHON MTB

CRECE ENTRE LAS SIERRAS

La Scott Marathon MTB, la carrera por etapas de mountain bike que se realiza en Uruguay, tuvo el fin de semana pasado su tercera edición con más de 600 participantes, entre ellos muchos extranjeros que llegaron a las sierras de Minas. “Creo que logramos la mejor prueba de las tres ediciones de la Scott Marathon, con presencia internacional de muy buen nivel, lo cual posiciona a la carrera dentro de las de primer nivel de Sudamérica, con ciclistas de varios países como Venezuela, Perú, Ecuador, Chile, Argentina, Brasil; y de Europa, de España e Inglaterra”, dijo a Referí Marcos Martínez, organizador de la carrera.

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