Valverde, la nueva dimensión

Antes de empezar el partido Edinson Cavani lo abrazó y le dio palabras de aliento. Federico Valverde se ponía por primera vez, en sus jóvenes 19 años, la camiseta mayor de la selección uruguaya y uno de los grandes referentes del plantel intentó darle la última gota de confianza que necesitaba.

Pero cuando hay magia, clase y una forma distinguida de ver y jugar el fútbol como la que tiene este botija, las palmadas en la espalda, los gestos y las palabras pasan a un segundo plano. Claro que son importantes, pero lo que vale y lo que prevalece al final es el talento.

Y eso a Valverde, le sobra. A aquel botija de la generación 1998 de Peñarol que ya de chiquito dicen que era un placer a la vista verlo moverse y tocar la pelota y hacer jugar a sus compañeros, le tocó de la noche a la mañana ser titular en la selección uruguaya.

Y la responsabilidad lejos de abrumarlo, lo agrandó.

Desde que se ofreció en una salida del fondo de Josema Giménez y se apoyó de primera en un pase al pie para Nahitan Nandez, el Pajarito se convirtió en la manija del equipo, sobre todo a la hora de pasar de defensa a ataque.

Se complementó notablemente con un Matías Vecino que fue el eje de la zona media ofreciéndose en cada salida para sacar la pelota limpia y por abajo mientras Pajarito daba el paso al frente.

Con la movilidad de ambos y su capacidad de pasar el balón, Uruguay se hizo dueño de la pelota y no le permitió a Paraguay –más allá de los 15' iniciales del segundo tiempo o los últimos 9' del partido que fueron una locura– arrinconarlo contra su campo.

Valverde intentó 53 pases de los que solo erró solo seis mientras que Vecino dio 61 y falló ocho. Entre los dos repartieron 114 pases de los 404 que dio Uruguay, es decir el 28 % del equipo, según los números de DataFactory.

El volante de Deportivo La Coruña, además, dio el paso al frente para construir las mejores jugadas de riesgo del equipo como cuando a los 26' ganó metros con su prodigioso manejo y pasó como por el ojo de una aguja un pase que dejó a Cavani mano a mano con el golero.

También metió un cambio de frente a Nandez que dejó a todo el Defensores del Chaco con la boca abierta. Resolvió simple en terreno complejo. Jugó como si tuviera un radar que le hiciera ver el partido desde lo más alto del estadio.

Y como si fuera poco en otro adelantamiento demostró el gran poder de su pegada. Es cierto que se vio favorecido por el rebote en Richard Ortiz. Pero cuando otros le habían dado fuerte y demasiado elevado desde afuera, Pajarito la apretó abajo y le embocó al arco.

Claro, si en aquella sub 17 que quedó afuera del Mundial en 2015 porque Ecuador jugó con colombianos y mayores de 21 años, fue el goleador del torneo pateando tiros libres y penales.

Después metió una corrida con la pelota impresionante. Le faltó aire para rematar con más precisión y se llevó un reto de Cavani que se la pedía por el segundo palo.

Los elogios llovieron desde todas las tiendas y en todos los colores. El mundo grande conoce ahora a Federico Valverde.

53 pases dio Valverde según Data Factory de los que erró solo seis.

2 veces pateó al arco y fue el jugador uruguayo con más intentos.

9 goles suma ahora como celeste. Tenía siete con la sub 17 en 2015 y uno con la sub 20 en el Mundial.