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Vecinos atribuyen accidente en la ruta 8 a carencias en señalización
Una vecina entró a los gritos después del mediodía a un almacén del barrio El Monarca, ubicado en el kilómetro 21,5 de la ruta 8, en la zona de Villa García. “Tu cuñada, la atropellaron, tus sobrinos están muertos”, le dijo a Micaela, la tía de los niños, según ella misma relató a El Observador.
La joven fue corriendo hasta la banquina de la carretera y tomó contacto con la peor noticia, al reconocer un cochecito roto y varios juguetes tirados sobre el asfalto. Le tocó identificar los cuerpos. Los tres hermanos, un varón de 2 años, y dos niñas de 3 y 4 años, fallecieron. La madre quedó internada en el CTI, con politraumatismos graves, y falleció sobre el mediodía de este jueves.
El conductor del auto que atropelló a la madre y los niños, al volcarse hacia la banquina, alegó que “había trabajado toda la noche”, según las pruebas preliminares obtenidas por Policía Técnica, dijo a El Observador el jefe de Policía de zona 3, inspector José Luis Rondán. La mujer, de 24 años, caminaba por la banquina en sentido contrario al tránsito, para llevar a las dos niñas al comedor de la escuela. Ese mismo recorrido lo hace la mayoría de los niños y adolescentes que van a escuelas y liceos de la zona. Los accidentes son moneda corriente.
Una vecina de la zona, Claudia Pérez, aseguró a El Observador que “en un año hubo cuatro o cinco muertos”, a raíz de siniestros en ese tramo de la ruta 8. “En 10 años tuve que enterrar a varios niños”, agregó la funcionaria de una escuela.
Quienes viven en esa zona atribuyen los accidentes viales a la falta de señalización. “No hay durmientes, no hay cebras, no hay lomos de burro, no hay policía que controle”, enfatizó Diego Olivera, quien tiene 30 sobrinos, varios de los cuales caminan por la carretera todos los días. El problema es que tampoco hay una calle auxiliar, por lo que el recorrido sobre la ruta parece inevitable.
Por ruta circula la línea 103 de Cutcsa y aunque el transporte urbano es una posibilidad para evadir el camino asfaltado, los estudiantes se quejan de que los ómnibus no paran. “Siguen de largo para no subirlos, porque los choferes dicen que les llenan el ómnibus”, relató Pérez.
En la mismo sentido se expresó el subdirector del liceo 52, Ismael Figueroa. “Los chiquilines plantean que los ómnibus salen expresos del destino, y ponen el cartel más adelante”, afirmó a El Observador. Desde la escuela de Villa García también hicieron hincapié en que los servicios de transporte siguen de largo. “La semana pasada, a las 16.20, dos alumnos tenían luz verde para cruzar, pero un chofer pasó con la luz roja, con tal de no recoger al resto. A veces son los maestros los que tienen que ir a parar el ómnibus”, señaló una funcionaria.
En tanto, los vecinos de El Monarca y Villa García no tienen otra opción que seguir caminando por la banquina. Anoche quemaron cubiertas en la carretera, en reclamo de mejor señalización, y volverán a manifestarse esta mañana.
Horas después de que murieran sus sobrinos, Micaela recordó cuando, hace 10 años, otro menor perdió la vida en el mismo lugar, mientras buscaba un billete de $ 5 que se le había volado.
