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Vecinos del Palacio Salvo pedirán apoyo económico a la IMM para restaurarlo
El deterioro del Palacio Salvo volvió quedar en evidencia esta semana, cuando partes de la mampostería que cayeron el sábado rompieron el vidrio de un auto que estaba estacionado en la vereda. La intendencia de Montevideo (IMM) cercó la Plaza Independencia para prevenir nuevos accidentes, aunque el episodio no tardó en repetirse. El jueves hubo otro desprendimiento, esta vez de los balcones, y en este caso la comuna tuvo que remolcar de apuro a varios autos para que no se generaran más roturas. En este caso los propios vecinos se comprometieron a instalar una estructura con techo en la vereda del Salvo para que, cuando vuelvan a caer trozos de las paredes, no provoquen daños a los peatones.
Los desprendimientos de material en este edificio son recurrentes, aunque los vecinos-según indicaron- poco pueden hacer debido a los costos que implicaría la remodelación. Por eso, la comisión administradora del edificio pidió una reunión a la IMM en la que le solicitará ayuda económica y técnica para poner el edificio a punto, informó a El Observador el vicepresidente de la comisión, Aníbal Andrade.
El Palacio Salvo fue nombrado monumento histórico nacional en 1996, pero tiene al menos 70 años de falta de mantenimiento, dijo Andrade. La ley 14.040, aprobada en 1971, obliga a los propietarios a mantener en condiciones estos edificios y también prevé un fondo especial para que el Estado contribuya con las reparaciones que sean necesarias. Sin embargo, como la norma no está reglamentada, ninguno de estos dos aspectos se cumplen.
Para pedir el apoyo económico, los vecinos del edificio argumentan que el Palacio Salvo es uno de los íconos más importantes de la Ciudad Vieja, que capta la atención de los turistas y hasta forma parte de una pintura en Minnesota, Estados Unidos, donde Montevideo tiene su ciudad homónima.
Entran y salen del Palacio Salvo unas 1.000 personas al día.
La única fuente de ingresos que tiene el edificio son los gastos comunes que pagan los propietarios de los 400 apartamentos. Los más chicos pagan alrededor de unos $ 5.000 al mes, por lo que se logra juntar una buena suma de dinero. Sin embargo, todos los meses la comisión tiene que pagar a la intendencia $ 850 mil (que implica el 45% del total que se recauda) para pagar la deuda por contribución inmobiliaria que se generó debido a diez años de retraso.
Durante la administración de Ana Olivera la comisión administradora logró negociar parte de la deuda. Según estima Andrade, todavía queda un año de pagos para saldar la deuda. Aunque ahora, con el nuevo gobierno departamental, los vecinos tienen esperanzas de poder dar un paso más y recibir algo de dinero que los ayude a restaurar una parte de la historia de Montevideo.
Desde marzo que técnicos patrimoniales se encuentran trabajando para ver en qué condiciones están la fachada del edificio, las instalaciones eléctricas y tuberías y poder establecer cuánto podrían costar las obras de renovación. Además, la comisión especial permanente de Ciudad Vieja se encuentra en negociaciones para poder sacar los aires acondicionados y la cartelería de la fachada.
Fuera los prostíbulos
Los vecinos del Palacio Salvo estaban preocupados por la cantidad de prostíbulos que había en el edificio y a principios de año radicaron la denuncia ante la Jefatura de Policía para buscar la manera de erradicarlos. Además, debido a la cantidad de gente que circula al día, también decidieron colocar cámaras de seguridad en los pasillos.
Según dijo el vicepresidente de la comisión del edificio a El Observador, se inició un proceso por el cual los trabajadores sexuales "fueron entendiendo" y de a poco abandonaron el edificio. Entre 10 y 15 prostíbulos ya se retiraron, por lo que Andrade estima que "casi no quedan".
La decisión de hacer la denuncia surgió como una manera de comenzar a "revitalizar el edificio".
