Por Martín Viggiano, desde Chile
“Esto no es como la receta de la Coca Cola”, dijo a las risas la enóloga jefa de viña Estampa, Marcela Chandía, durante la degustación en la bodega -en medio de la Ruta del Vino organizada por ProChile-, que se ubica en el valle de Colchagua, al sur de Santiago. La bodega, que tiene uvas plantadas en cuatro campos en valles diferentes, que totalizan 400 hectáreas de campo, reivindica su búsqueda de ensamblas mostos para lograr los mejores vinos. Esa pasión por los experimentos han llevado a este emprendimiento, chico para la escala de Chile, a lograr vinos de una expresión muy buena, como “La Cruz”, su etiqueta ícono, elaborado a base de Carmenere (58%), Cabernet Sauvignon (35%) y Syrah (7%).
Estampa produce por año dos millones de botellas, de las cuales 96% van al exterior, principalmente a Estados Unidos y países asiáticos. A diferencia de muchas viñas en Chile, esta bodega elabora sus vinos con uvas propias. Tan es así que tres cuartos de la uva la venden a otras empresas de la zona, como Concha y Toro, por ejemplo.
Los vinos que probé en la visita a la bodega atraviesan los gustos de los consumidores. Su línea “Estate”, que cuesta 8 dólares la botella, tiene un Carmenere muy frutal, joven, que expresa todo el terroir del valle de Colchagua y la localidad de Palmilla, adonde está ubicado el viñedo de donde se saca la uva para su elaboración. La línea tiene también un blanco, elaborado con Viorgnier (85%) y Chardonnay (15%), que es realmente una explosión de aromas florales. Parece que fuera una loción. Luego Estampa ofrece la línea reserva, para la cual escoge uvas de su campo en Machigue, también en el valle de Colchagua. Ese lugar presenta condiciones óptimas para el desarrollo de fruta para vino fino. Son campos a la ladera de cerros, con suelos pobres, arcillosos, y con mucha piedra. Sobre todo piedra en descomposición, lo que le aporta notas minerales los vinos.
Un escalón arriba está la línea “Gold”, que ronda los 25 dólares la botella, y finalmente el vino ícono, como dicen en Chile, llamado La Cruz, que cuesta 70 dólares. Presenta notas tostadas, a tabaco, moras y frutas muy maduras.
Como en otras ocasiones, los vinos de Estampa son un claro ejemplo de la influencia el suelo. Pero en este caso con el plus del ensamblaje, algo que para ellos representa un fin en si mismo.
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