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Votar con discapacidad: un derecho difícil de ejercer

Escaleras, escalones y falta de rampas son moneda corriente para quienes utilizan sillas de ruedas o tienen dificultades para movilizarse; el FA puso un servicio para trasladarlos a votar
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01 de julio de 2019 a las 05:03

"No me lo cuestioné. Le iba a buscar la vuelta. Votar, iba a votar”, dice Martín Silva, de 34 años, en su silla de ruedas y con una sonrisa permanente. Antes de eso había esperado pacientemente que se colocara primero una rampa móvil y después otra para poder ingresar a la escuela en la que le tocaba sufragar. 

No era la primera vez. Está acostumbrado a votar en lugares que no contemplan la posibilidad de hacer accesible el ingreso a las personas que tienen que usar sillas de ruedas. Ni a las que deben evitar los escalones por su edad o por distintas dificultades físicas. 

Esta vez Martín se enteró de un servicio que prestaría la comisión de Discapacidad del Frente Amplio que consistía en pasar a buscar a quien lo necesitara, llevarlo a votar y traerlo de vuelta a su casa. No lo dudó. Lo mismo hizo Teodoro, de 84 años, quien días atrás llamó a la sede del MPP para ver si alguien podría ayudarlo a llegar desde el Centro a un circuito en Malvín con su silla de ruedas.

“Quién te iba a dejar sin votar a vos, ¿eh?”, le dice a Teodoro su asistente, Luis Antonio. “Ni loco”, responde, mientras se acomoda en la silla que sube por el elevador del vehículo adaptado.

Teodoro nunca cambió su serie para votar en el Centro y la explicación es sencilla. Teme que le toque votar en algún edificio público de la zona que tenga escaleras. En la escuela de Malvín en la que habitualmente vota no tiene ese problema. 

Explota en la cara

En general no se suele pensar en estas cosas hasta que se las atraviesa. Por eso no es extraño que quien haya propuesto que se ideara un sistema para que quienes tuvieran algún tipo de discapacidad o dificultad para trasladarse a votar tuvieran la posibilidad de hacerlo, fuera Fiorella Buzeta. En el año 2004 recibió un disparo de un compañero del liceo y desde ese entonces debe trasladarse en silla de ruedas. Hoy encabeza la lista M764 del Frente Amplio a la Cámara de Diputados.

La comisión de Discapacidad del FA tomó la propuesta de Buzeta y organizó cuatro autos que pasaran a buscar a quienes tuvieran algún tipo de dificultad para trasladarse y alquiló una camioneta adaptada para poder llevar a personas en sillas de ruedas. Durante todo el domingo hicieron cerca de 30 viajes.

La camioneta no tiene identificación partidaria y según aseguró a El Observador la integrante de la comisión que participó de los traslados, Luciana Aresche, no se les preguntaba a quienes lo solicitaban a qué partido iría su voto. Aseguró que si alguien de cualquier partido necesitará el traslado se haría sin dudarlo. “Es verdad”, acota Teodoro. “Yo llamé y no me preguntaron a quién iba a votar”. 

Tampoco se habla de política en el viaje. Los usuarios relatan su experiencia de vida en sillas de ruedas y el sinfín de dificultades que deben atravesar a diario. Se habla del frío, de la poca gente en la calle, pero nadie dice a quién votará. 

Según contó Federico Lezama, integrante de la comisión, uno de sus objetivos –una vez realizado este trabajo– es presentar propuestas a la Corte Electoral para que en octubre se puedan aplicar algunas medidas que faciliten la posibilidad de votar a todas las personas que atraviesan dificultades de distinto tipo. 

Que se vote observado, que la Corte pueda disponer de personal en los circuitos que se sepa que votarán personas con discapacidad para poder ayudar a su ingreso –y que no tengan que depender de la buena voluntad de las personas que estén allí casualmente–, contar con rampas móviles o tener la posibilidad de acercar las mesas de votación a quien no pueda ingresar a los centros son algunas de las ideas.

Todas provisorias, pero que al menos reduzcan la desigualdad. 

“Sería, por lo menos, una valoración de la persona como sujeto”, indicó Lezama. 
La comisión realiza un relevamiento de los circuitos para luego presentar en la Corte y que las personas que así lo necesiten puedan votar en circuitos accesibles. 

Nada más y nada menos que ejercer su derecho.

El sistema que discrimina
Días atrás Rafael Ponce de León, una persona con Escrlerosis Lateral Amiotrófica (ELA) escribió una carta pública en la que reclamaba por su derecho a votar. El circuito que le tocó tiene escalones en la entrada y el pasaje de su silla, por su peso, es inviable.
“¿Por qué razón el sistema me discrimina impidiéndome ejercer un derecho que tengo garantizado en la Constitución? ¿Por qué, teniendo plenas facultades mentales se me suspende de hecho la ciudadanía? ¿No tengo suficiente con la enfermedad que padezco, y de la cual nadie está a salvo, para que me arrebaten un derecho constitucional por razones logísticas?”, planteó Ponce de León en su carta y reclamó la posibilidad a futuro de votar en calidad de observado, entre otras propuestas.

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