Zarzuela con hip hop, ¿es posible? Acá se lo contamos

La zarzuela es un género que remonta a la nostalgia inmigrante de los abuelos españoles que fueron protagonistas en la construcción de la identidad uruguaya. Sin embargo, durante décadas los elencos públicos relegaron el género para finalmente marcar su regreso en el cierre de la temporada de ópera 2017 del Teatro Solís con el título La verbena de la Paloma.

Esta historia cantada de corta duración (poco más de una hora) hace referencia a las fiestas madrileñas en torno al 15 de agosto, cuando se celebra la procesión de la Virgen de la Paloma. La obra fue escrita por Ricardo de la Vega y la música es de Tomás Bretón.

La propuesta del regreso de la zarzuela nació de la Banda Sinfónica de Montevideo, con la dirección de Martín Jorge, que se entusiasmó con darle una nueva mirada al género teniendo en cuenta que la última zarzuela con escena en el Solís se hizo en 1988.

"No lo tengamos como una cosa acartonada para viejos. La música es de buena calidad, hay buenos artistas que lo pueden hacer, llevemos de nuevo la zarzuela al Teatro Solís", dijo Jorge a El Observador.

Se trata de una producción que reúne cantantes líricos de primer nivel como Fernando Barabino, Alfonso Mujica y Sofía Mara, con un coro de 50 personas y un cuerpo de baile que combina zarzuela con hip hop.

La encargada de la puesta en escena es Jimena Márquez, la directora de 39 años que cierra un gran año en el que presentó El barrio de los solos de forma independiente y La sospechosa puntualidad de la casualidad con la Comedia Nacional.

Márquez le guarda cariño a las zarzuelas porque las veía de chica en la televisión junto a su familia. Entonces le divirtió y le trajo nostalgia la propuesta para dirigir La verbena de la Paloma.

"Es una experiencia totalmente nueva para mí y para el Solís, porque no es común", dijo la directora a El Observador.

La puesta apunta a la diversión y a la caricatura, según Márquez, y la propuesta se propone convocar público tradicional, de mayor edad, pero también a los jóvenes.

"Sé que la zarzuela ha despertado una expectativa diferente", dijo Márquez. "Es una novedad en la cartelera", añadió.

Respetando la esencia del género, que propone un momento de entretenimiento popular constumbrista, Márquez decidió darle algunos toques contemporáneos con cuatro bailarines de hip hop que se suman a las de baile español, comandadas por Gimena Gorriarán. Ambos grupos conviven y hacen una fusión de estilos al ritmo de la música de la Sinfónica.

Los hiphoperos ya había trabajado con Márquez en Los músicos de Bremen y el coreógrafo Santiago Duarte también estuvo en Lítost.

Duarte, de 28 años, baila danzas urbanas hace casi diez años y es docente en la academia Bit Bang.

El acercamiento a la música de la zarzuela lo sacó completamente de su zona de confort, según el coreógrafo. "Los ritmos que manejamos nosotros son bastante simples y cuadrados en los compases", dijo Duarte. "La estructura musical en este caso es difícil. Fue una experiencia que nos dejó mucho aprendizaje".

Los bailarines urbanos utilizaron videos de La Verbena de la Paloma como guía.

"Tuvimos que adaptar esa postura del hombre en el baile español que tiene bastante presencia y tuvimos que pedirle muchos consejos a las bailarinas", explicó Duarte.

En el trabajo de fusión, encontraron cosas comunes a ambos estilos, sobre todo basándose en la versatilidad de las danzas urbanas.

La zarzuela que se estrena este miércoles en la sala principal del Solís a la hora 20 es una gran apuesta con un coro de 50 cantantes amateur dirigido por Esteban Farfán. Con esto, la Banda Sinfónica replica el modelo que utilizó en el exitoso espectáculo Memory, de clásicos de Broadway, en el que cantaron coros barriales de Montevideo junto a cantantes estadounidenses.