La campaña electoral retomó de lleno luego de la modorra playera de enero. Aunque se anuncian otras olas de calor, los candidatos que se disputarán el sillón departamental en mayo largaron. Prueba de ello fue el revuelo que generó la propuesta del candidato opositor, el blanco Martín Lema, de cerrar TV Ciudad.
Más allá de la propuesta concreta, muy opinable, cada vez que se habla de TV Ciudad se enciende la polémica. A su vez, atrás del planteo aparece otro gran debate que es el rol de los medios públicos, cuánto aportan a la democracia y a la cultura. De todo esto te hablaré en esta newsletter EnClave.
Campaña, periodismo y medios públicos
“Los recursos destinados a TV Ciudad se van a destinar a obras”, dijo el candidato por la Coalición Republicana Martin Lema el lunes en el programa Desayunos Informales (Canal 12), y agregó que el canal “no se tendría que tener” y “no va a tener recursos” si llegara a ser intendente. Lema ha insistido en que las prioridades de su gestión serán la limpieza, agilidad en tránsito, calles y veredas y seguridad. Y para encaminarse hacia eso, primero “poner la casa en orden”.
Las respuestas no se hicieron esperar. Primero le respondió irónicamente la directora de Tv Ciudad, Alejandra Casablanca, quien lo acusó de mentir al señalar que el canal municipal tiene un presupuesto de US$8 millones al año. Luego, rechazó el planteo el candidato del FA que reúne mayores apoyos, Mario Bergara, quien destacó el “valor cultural, informativo y de expresión” del canal. “En todo caso habrá que ver su gestión…Creo que tenemos que explorar un poco más el tema de gestión que involucre el tema de publicidad”, afirmó en declaraciones a radio Sarandí.
El Partido Colorado también tomó distancia de Lema, empezando por la candidata Virginia Cáceres y siguiendo por otros dirigentes que afirmaron que no les parecía la solución para mejorar la gestión municipal. “No le veo ningún sentido a cerrar un canal que ya existe y que creo que puede ser un aporte a la cultura”, dijo la candidata colorada, días después de haber sido proclamada junto a Lema y al cabildante Roque García, como candidatos de la Coalición Repúblicana.
La idea de cerrar el canal no es nueva. Los propios blancos lo han venido planteando en la administración de Carolina Cosse, frente a varios planteos de los trabajadores del medio y a cuestionamientos que ha recibido la dirección por la falta de ecuanimidad en algunos programas, entre los que en su momento se mencionó La Letra chica.
“Es un canal que se ha convertido en un comité de base televisivo, en donde ingresan compañeros del Frente Amplio y utilizan un medio de comunicación para lo que no fue creado”, había dicho en agosto el edil del Partido Nacinal Diego Rodríguez tras señalar que el decreto por el que se creó TV Ciudad prohíbe el proselitismo político.
Efectivamente, en este período las controversias en torno a TV Ciudad se reiteraron y eso llevó a que en julio de 2023, días después de que renunciara el director de Informativos del canal, Lucas Silva, tras desencuentros con la dirección, el Centro de Archivo y Acceso a la Información Pública (Cainfo) manifestara preocupación por hechos que “vulneran” la libertad de expresión y mencionara las “presiones para favorecer a la intendenta de Montevideo, Carolina Cosse”.
En ese comunicado Cainfo recordó tres casos que habían sido consignados en el informe Periodismo y libertad de expresión en Uruguay, publicado en 2022:
- El exdirector de TV Ciudad, Federico Dalmaud, declaró en una entrevista con El Observador, en julio de 2021, que recibió "directivas" de la dirección de comunicación de la Intendencia de Montevideo para influir en el contenido del canal.
- La exconductora programa periodístico "La Letra Chica", Denisse Legrand, denunció en julio de 2021 haber sido objeto de violencia por parte de la directora del canal, Alejandra Casablanca, durante una discusión sobre el contenido del programa. Legrand presentó una denuncia ante la Intendencia de Montevideo, que archivó el caso sin consecuencias.
- El sindicato de trabajadores de TV Ciudad emitió un comunicado público en setiembre de 2021 rechazando la “violencia institucional” como forma de relacionamiento laboral y la normalización de “modos de relacionamiento que sean campo fértil para situaciones de violencia, así como investigaciones o persecuciones en la vida privada de quien denuncia”. También pidió que se investiguen las denuncias que se reciban en los ámbitos administrativos.
Más allá de estos cuestionamientos, TV Ciudad cuenta con una puesta en escena técnicamente buena y como informó El País en un informe de Qué Pasa de agosto pasado, mejoró su rating, que superó el de canal 5, aunque va tercero detrás de los privados. El País apuntaba a que en 2024 tuvo una marca histórica con los más de 50 puntos de rating en partidos de la Copa América al lograr el acuerdo para transmitir esa competición. El pico máximo fue Uruguay-Colombia. con 52,2 puntos.
En el debate que se ha instalado esta semana hay colegas que han salido a destacar otros aspectos positivos como la calidad de los equipos técnicos con los que cuenta TV Ciudad para la televisación de recitales, que es el único canal que tiene un programa de divulgación científica –me consta que es de alta calidad periodística- o uno de tecnología, y que tiene en un archivo histórico además de contar entre sus realizadores con el documentalista Aldo Garay.
Lo positivo y lo negativo sobre el canal municipal deberían formar parte del debate que tendría que darse seriamente y no como una consigna de campaña que se tira al barrer.
También es cierto que los medios públicos, que existen en todo el mundo (y hay algunos con reconocimiento por su prestigio) deben ser ejemplos de independencia y de diversidad informativa.
La ventaja de ser públicos debería mantenerlos autónomos de los intereses políticos y económicos de turno, que buscan moldear la realidad según su conveniencia, y deberían ser garantía de ofrecer una visión integral de la realidad, que algunas veces los medios privados no logran mostrar, porque más allá de su vocación informativa, están guiados por intereses comerciales.
Sin embargo, eso no se logra siempre. Por un lado, los canales privados ejercen presiones al poder político para que los medios públicos no les compitan, por lo que históricamente en Uruguay los medios públicos han sido rehenes del escaso presupuesto estatal.
El periodista y docente de la Facultad de Información y Comunicación (FIC) Facundo Franco se refirió en su tesis Políticas de medios públicos en los gobiernos frenteamplistas a que la independencia económica de los medios públicos con los gobiernos de turno no siempre ha sido posible, "más allá de que sus trabajadores bregan por la independencia del gobierno" y no se ha logrado que "la dirección de turno sea respetuosa de ese principio".
Franco concluyó que si bien en esos 15 años "existió un mayor grado de desarrollo de los medios públicos, estos no lograron posicionarse como actores referentes en la radiodifusión uruguaya" porque "los cambios no tuvieron la continuidad necesaria que hubiera permitido dar un mayor salto cualitativo a nivel de contenidos y cuantitativo a nivel de audiencias" y porque "existió muy poca articulación y coordinación entre los propios medios públicos a su interna".
Para que los medios públicos, incluido TV Ciudad, cumplan con esos objetivos se requiere un cambio cultural. Por un lado, que los gobernantes valoren la independencia de los medios públicos y la consideren una necesidad para el bienestar de la democracia. Y por otro, que los uruguayos exijamos que los medios públicos estén sujetos a principios de independencia editorial, rigor y diversidad.