La aparición de la enfermedad en Brasil hace algunos días preocupa a los criadores avícolas de Uruguay
Sector avícola: granja de engorde de pollos parrilleros.
Juan SamuelleUna paloma contagió a un pollo con el virus de Newcastle en una granja avícola comercial de Rio Grande del Sur y disparó una emergencia zoosanitaria estatal que podría conducir a pérdidas económicas millonarias por el cierre de mercados internacionales para un sector que exporta US$ 9.000 millones anuales.
La aparición en Brasil de esta enfermedad altamente contagiosa por primera vez desde 2006 puso en alerta el jueves 18 de julio a las autoridades de sanidad animal y a la Cámara Uruguaya de Procesadores Avícolas (Cupra). Aunque Brasil es el principal exportador de carne de pollo a Uruguay, el brote y sus consecuencias no suponen un riesgo para el abastecimiento y tampoco una oportunidad comercial para los productores locales.
Una semana después de la aparición del brote las autoridades brasileñas están dando por cerrado el caso, pero la preocupación en Uruguay persiste. “Por supuesto que el Ministerio de Brasil trata de relativizar la gravedad del tema” pero “hay que tomar esto con muchísima seriedad y preocupación, y poner las barbas en remojo”, señaló Federico Stanham, director ejecutivo de Cupra.
“Lo que hemos planteado al Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca es que se hagan los análisis de riesgo que correspondan, que se estudie la información de Brasil en detalle”, comentó luego de una reunión mantenida con el ministro interino Ignacio Buffa y el director de Sanidad Animal, Diego de Freitas.
En los últimos tres años Brasil ha sido el principal proveedor de carne aviar a Uruguay. En el primer semestre de 2024 el 46% de las 1.882 toneladas importadas procedieron de Brasil, principalmente de Rio Grande do Sul.
En 2024 la importación está 42% por encima de los volúmenes ingresados en el primer semestre de 2023. Además de las compras a Brasil el 42% procede de Argentina, 9% de Chile y casi 3% de EEUU.
La producción local está en su nivel más alto de los últimos ocho años, 5,5% superior a la de 2023 hasta junio y 4,5% por encima de 2022. El precio no ha subido en los últimos días por esta situación. Según Cupra, en lo que va de 2024 el precio de la carne aviar tuvo una baja muy significativa, de entre un 12,5% al consumidor y un 19,7% al distribuidor.
De las 80 mil toneladas de carne de ave que se consumen cada año en Uruguay solo entre 4% y 5% es importada.
El gobierno brasileño suspendió las exportaciones de carne de ave y productos avícolas a 44 países por al menos 21 días mientras se estudia el brote epidemiológico en un establecimiento de la localidad de Anta Gorda, al norte de Porto Alegre.
Brasil es el principal exportador de carne aviar del mundo con 35% del volumen comercializado y segundo productor del mundo detrás de Estados Unidos. Este año se espera embarcar unos 5 millones de toneladas de carne de pollo por unos US$ 9.000 millones.
Las restricciones al comercio exterior varían según el acuerdo comercial con cada país. Uruguay solo limita las importaciones desde Rio Grande do Sul, por lo que siguen abiertos los canales comerciales con Paraná y Santa Catarina, los dos estados sureños que tienen mayor producción avícola en Brasil. Durante años la presencia de la enfermedad de Newcastle en Brasil fue un obstáculo para el comercio con Uruguay.
En China, Argentina, Perú, México y los países que integran la Unión Europea se limitó el ingreso de carne de pollo y productos avícolas de todo Brasil. La restricción menos amplia, que se aplica a un radio de 50 kilómetros desde el brote de la enfermedad fue adoptada por Japón, Corea del Sur e Israel, entre otros destinos. En el peor de los casos la pérdida podría ser de 50 mil a 60 mil toneladas de pollo por mes, mientras dure el embargo, principalmente de Argentina y China.
Una semana después de la detección del caso el Ministerio de Agricultura brasileño (Mapa) redujo el alcance del estado de emergencia zoosanitaria, impuesto inicialmente para todo Rio Grande do Sul, a solo cinco municipios en un radio de 10 kilómetros del foco. Fueron inspeccionados unos 500 establecimientos en la zona.
En el criadero afectado, que había sufrido daños por las históricas inundaciones de mayo y no estaba en las mejores condiciones, se recolectaron 12 muestras en un total de 14 mil aves, de las cuales sólo una presentó resultado positivo. Los resultados de las pruebas de laboratorio descartaron nuevos casos en la región. Cinco casos sospechosos dieron negativo al virus patógeno.
“Lo que hicimos fue cerrar el estado y demostrar que no hay otros casos, que este fue un caso aislado. En la granja que tuvo el caso solo se encontró el virus de Newcastle en un animal. Se cumplió el protocolo, exterminar a los animales, enterrar, aislar; todo eso se cumplió con transparencia, lo que nos permitirá abrir rápidamente los mercados”, dijo el ministro de Agricultura, Carlos Fávaro.
Uruguay tiene “muy buen estatus sanitario”, con una industria avícola que produce 80.000 toneladas de carne anuales, factura unos US$ 160 millones, genera 4.500 empleos directos y consume unas 100 mil toneladas de maíz.
Además de la gravedad que podría tener un brote en Uruguay, la sensibilidad sanitaria está a flor de piel por la irrupción en 2023 de la gripe aviar.
La enfermedad de Newcastle es una de las tres afecciones más relevantes de salud animal en el mundo junto a la aftosa y la gripe aviar, dijo el veterinario Sebastián Brambillasca, docente de Avicultura en la Facultad de Veterinaria de la Universidad de la República.
Es una afección endémica en algunas especies silvestres, como en las palomas, que se supone que fue el vector de contagio en la granja de Anta Gorda.
Aunque Uruguay está libre de Newcastle sin vacunación y no ha habido casos en los últimos 40 años, se vacunan las gallinas ponedoras mientras que los pollos son los centinelas.
“Tenemos una población continua de 3,5 millones de pollos vivos que no están vacunados y después de muchos años aparece un foco en un estado limítrofe, entonces seguimos estando muy preocupados, ojalá que lo que Brasil dice sea así”, remarcó el director ejecutivo de Cupra. El contrabando es un riesgo adicional.
El autoembargo de las exportaciones de Rio Grande do Sul a Uruguay no significa una oportunidad para sustituir producto importado, sostiene Stanham, ya que están operativos tanto los estados brasileños de Paraná y Santa Catarina como los proveedores en Chile, Argentina y Estados Unidos.
En 2023 el consumo de carne aviar fue de 24 kilos per cápita y en el primer semestre de 2024 fue el equivalente a 26,5 kilos, con una suba de 9% que no se adjudica a la sustitución de la carne vacuna por una proteína de precio más bajo –como sucede en Argentina- ya que el consumo de carne vacuna también creció 10%, sino “posiblemente a una mejora de los ingresos”, apuntó Stanham. El consumo consolida este año un crecimiento de 35% para los últimos cuatro años.
Del exterior llega pollo entero, suprema, pata con muslo y suprema con hueso: “es simplemente el tiempo que les lleve a los importadores cambiar de un proveedor a otro, además de que la producción nacional está muy alta; esto no afecta el abastecimiento de Uruguay”.
Tampoco supone una oportunidad para mejorar el posicionamiento exportador de la industria avícola uruguaya, afirmó Stanham, que no tiene una corriente comercial fluida hacia al exterior, aunque es uno de sus objetivos.
En el primer semestre de 2024 Uruguay exportó 957 toneladas de carne aviar, 45% más que en el mismo periodo de 2023, récord semestral para los últimos 5 años, principalmente a países de África subsahariana.
La Cámara tiene un proyecto de reconversión de la industria para duplicar la producción en la próxima década y exportar unas 48 mil toneladas anuales e incrementar el consumo local desde los actuales 26,5 kilos anuales per cápita a 32 kilos.
Descartando los impactos comerciales y en el abastecimiento del mercado uruguayo, lo importante y “lo único fundamental” del brote de la enfermedad de Newcastle en Brasil, es vigilar los riesgos que podrían implicar “impactos productivos enormes al sector”.
La enfermedad de Newcastle es una infección altamente contagiosa y con frecuencia severa que existe en todo el mundo, es endémica en muchas aves silvestres y puede afectar a las aves de corral domésticas, según la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA).
Es causada por un virus de la familia de los paramyxovirus. Algunas cepas del virus atacan el sistema nervioso; otras, al sistema respiratorio o digestivo. La mortalidad es variable pero puede llegar al 100%. El cuadro clínico puede ser muy similar al de la influenza aviar, por lo que se requiere la prueba de laboratorio para confirmar el diagnóstico.