El fútbol uruguayo está lleno de historias épicas. De triunfos históricos y de resultados que no caben en el espacio de la lógica. Que superan lo imaginado y que despiertan admiración en el mundo entero. De conquistas cargadas de emoción. De momentos que quedarán grabados para siempre en la memoria.
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El fútbol uruguayo va a estar lleno para siempre de historias con ribetes de hazaña, aunque la modernidad se haya empeñado con dejar en sepia o en blanco y negro aquellas enormes conquistas y triunfos que fueron moldeando el carácter y generaron una estirpe copera e inconfundible.
Va a estar lleno de todo eso, porque ahora Diego Aguirre, ese entrenador que volvió a ser entrenador en su regreso a Peñarol en 2023 (luego de la ventana que abrió en el fútbol árabe para lograr el éxito económico), se propuso recuperar la mejor historia del club para reeditarla en esta increíble versión de un equipo que representa a Peñarol.
Lo que logró el equipo de Aguirre este jueves en el Campeón del Siglo, con el empate 0-0 ante Flamengo y un global de 1-0 ante los brasileños en cuartos de final de la Libertadores, bien puede incluirse en una lista de grandes triunfos, entendiendo el contexto del fútbol uruguayo actual y del fútbol brasileño.
Peñarol eliminó al poderoso Flamengo. Al de los cracks de Brasil y del mundo. Al equipo que pagó por el pase de Nicolás de la Cruz el mismo presupuesto de los aurinegros en el plantel principal para toda la temporada 2024. El equipo que tiene cuatro jugadores de la selección uruguaya.
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Gastón Ramírez celebra la clasificación de Peñarol a las semifinales en la Copa Libertadores tras eliminar a Flamengo
FOTO: AFP
Y le ganó con autoridad futbolística, con carácter y con eso que es bien propio del fútbol uruguayo. Con pierna fuerte. Porque apenas comenzó el partido, los aurinegros se encargaron de establecer su ley en la cancha, de poner en el campo todos los elementos que permiten emparejar tanta diferencia en la calidad entre un plantel y otro. En ir a pelear la pelota con el alma. En hacer correr el reloj para que la ansiedad también generar un desgaste anímico en su rival. De todas formas, lo más importante, Peñarol clasificó jugando al fútbol con un enorme planteamiento de Diego Aguirre para la serie de 180 minutos, en la que sorprendió con la propuesta que Brasil y con la que aguantó en Montevideo la ventaja que le permitió avanzar a las semifinales. Porque Peñarol se plantó en el Campeón del Siglo para gritar al mundo que el auténtico Peñarol, el histórico de la Copa Libertadores está de regreso y que con la Fiera va por todo, aunque parezca imposible.
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DANTE FERNANDEZ / AFP
Peñarol está entre los cuatro mejores y Aguirre sigue construyendo este sueño, que diseñó con singular planificación, que preparó con un trabajo de scouting y ese ojo increíble que tiene para elegir jugadores para Peñarol, conformar planteles aurinegros, prepararlos futbolísticamente y blindarlos anímicamente hasta conseguir lo mejor de cada uno, como otra vez lo vuelve a hacer en el club de sus amores.
Peñarol es semifinalista de la Libertadores por decimonovena vez y el sueño de ganar otra vez la Copa Libertadores (aunque resulte una quimera para el fútbol local de Uruguay) vuelve a encenderse con una pasión única, de la mano de la Fiera.