Este martes se celebró el Día de la Trabajadora Doméstica con la presencia del ministro de Trabajo, Juan Castillo, la presidenta del Banco de Previsión Social (BPS), Jimena Pardo, y representantes de las amas de casas y de las empleadas.
En ese ámbito, el sindicato reclamó que se establezcan categorías en el trabajo doméstico, algo que planteó en la actual ronda de los Consejos de Salarios y que es, además, una vieja aspiración de las trabajadoras.
El sindicato propone cinco categorías. El listado está compuesto por cuidado de personas (niños, adultos mayores y personas con discapacidad), cocina sencilla o elaborada (con responsabilidad en el menú, compras y manipulación segura de los alimentos), limpieza (de mantenimiento y a fondo), lavado y planchado y mantenimiento de exteriores y cuidado de mascotas.
La presidente del Sindicato Único de Trabajadoras Domésticas (SUTD), Laura Rivero, expresó en su discurso que las trabajadoras no son respetadas en su trabajo.
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Día de la Trabajadora Doméstica
Ministerio de Trabajo
“Seguimos entrando a las casas a trabajar en condiciones de explotación. Cómo puede ser que todavía se le diga a una trabajadora que no tiene derecho al aguinaldo porque va una, dos o hasta tres veces por semana. Eso no es ignorancia, es abuso y explotación”, aseguró la dirigente.
Añadió que cuando una doméstica se niega a subir a un techo o a “colgarse” de una ventana para limpiarla, sin medidas de seguridad, queda bajo amenaza de despido. “Esto no es una ayudita en la casa; es violencia laboral, discriminación y precariedad”, afirmó.
El sector doméstico tiene fijado un salario mínimo nominal de $ 29.400 por 44 horas semanales o 25 jornadas de labor. Rivero comentó que el sueldo líquido queda en aproximadamente $ 23.000. “La mayoría somos jefas de hogar con hijos a cargo. Con eso pagamos un alquiler que, como barato, sale $ 15.000, más gastos comunes”, relató.
Ante esa situación expuso que las empleadas domésticas necesitan planes específicos del gobierno para acceder a préstamos para vivienda. El argumento es que con el salario que reciben es imposible acceder a un “techo propio”.
La dirigente contó que el sindicato mantuvo reuniones con representantes del Ministerio de Vivienda en diferentes administraciones, pero sin ningún resultado concreto.
“Lo más indignante es que seguimos sosteniendo los hogares de los demás mientras se nos niega el derecho a sostener el nuestro”, expresó Rivero.
El sindicato tampoco se siente respetado en las negociaciones con las amas de casa en los Consejos de Salarios cuando propone la discusión sobre las categorías laborales. “Año tras año y negociación tras negociación se nos toma el pelo”, indicó. El pedido no es nuevo. En el convenio del sector doméstico de 2013 ya había una cláusula que refería a las categorizaciones.
El texto planteaba “comenzar a trabajar en el ámbito del Consejo de Salarios en la definición de las categorías” que deberían “estar definidas al 1/7/2015, comenzando a regir en el próximo convenio colectivo”.
Desde ese momento, con la excepción del período de pandemia por covid-19, las trabajadoras domésticas mantienen el reclamo. En el último convenio firmado en octubre de 2023 se acordó la creación de una comisión para tratar el tema.
Además, se estableció que ese ámbito debería comenzar a funcionar a los 180 días a partir de la firma del acuerdo. Sin embargo no hubo avances. Rivero señaló que esa comisión sesionó solamente una vez.
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Este martes, la presidenta del SUTD insistió con la diferenciación de las labores dentro del hogar. “Nos llaman exageradas porque reclamamos que se nos reconozca el valor de las tareas. Nos dicen que con las categorías vamos a cobrar por pelar hasta una papa. Pero cuando los empleadores nos hacen quedar sin pagarnos, ahí somos buenas trabajadoras ”, expuso.
“Cuando exigimos somos las peores del mundo; cuando agachamos la cabeza y nos sacrificamos gratis somos las mejores. Esa es la peor de las hipocresías”, añadió.
La carta a Orsi
La dirigente comentó que para intentar destrabar esa situación, el sindicato envió una carta al presidente Orsi.
El texto, al que accedió El Observador, dice: “no es lo mismo limpiar una casa que cuidar a un niño. Tampoco es igual hacerse responsable de la preparación de la alimentación de una familia -donde un error en un ingrediente puede implicar un riesgo para la salud- que cumplir solo con las tareas del hogar”.
La carta agrega: “señor presidente, esta no es solo una cuestión laboral; es una cuestión de derechos humanos. Nosotras estamos para apoyar, para garantizar la tranquilidad de otras familias, pero también para exigir que nuestro propio trabajo sea visto, respetado y valorado”.
Por último apela a la voluntad política del mandatario para “darle al sector doméstico uruguayo la dignidad, la visibilidad y la valoración que tanto merece”.