AF: ¿Cómo andas Alaska? Por tu nombre te dicen poco.
A: Si es alguien que me sigue en las redes, me quedo mirándolo o pensando de dónde lo conozco, y después me dicen "Alaska" y ahí reacciono. Ya me llamo Alaska, nadie sabe mi nombre real.
AF: Me gusta hablar con vos porque para mí tu generación es la que, no te digo "jubiló" a la mía, pero sí es la que produce un cambio, una ruptura en la comunicación. El cambio puede acumular, el cambio puede hacer mejor lo que era antes, pero cuando hay ruptura es un antes y después. ¿Estás de acuerdo con esto de que YouTube y tu generación rompió la comunicación?
A: Tal cual. Es otra forma de crear contenido, de decir lo que pensamos. Yo siempre digo que antes, si uno tenía como un cuelgue con esto de la comunicación, capaz la única aspiración era salir en un medio tradicional. Hoy en día no necesitás eso y podés armarte tu camino. Hay mil redes para generar tu propio contenido, que se escuche tu voz, decir lo que querés decir. Obvio que no es sencillo tampoco. Uno lo dice así y es accesible para todos, pero tampoco es tan fácil. Pero la herramienta está ahí.
AF: Me pasó en los últimos años que todo el tiempo los pibes recién recibidos te dejan el currículum, por si te hace falta alguien. Y yo les digo: "Mirá, no, métele vos, tenés celular". Creo que está al alcance de todos y eso es lo bueno.
A: Bueno, yo estudio comunicación y estoy en tercer año. Estoy ahí, en el último tironcito para recibirme y me encanta mi carrera y me ha dado un montón de herramientas. Pero siempre digo que la mayoría de las cosas las he vivido por mi experiencia de haber empezado a trabajar desde muy chica y las cosas que he hecho, y no tanto por eso que me da la carrera. Es como que son herramientas y lo estudio porque tiene que ver con lo que hago, pero en realidad hay muchas cosas que las he construido desde mi propio camino.
AF: Noto en vos y en tu generación, que ustedes se enamoran de la curiosidad. En uno de tus contenido, en el que hiciste un viaje a Argentina, a Buenos Aires y a Misiones, en un momento el lector no te leía un pasaje, te pasaba siempre lo mismo, fue una curiosidad y con eso te quedaste un minuto. En los medios tradicionales eso se edita porque es un error.
A: Eso me pasa todo el tiempo. Algo que me valoran mucho es que si me pasa algo malo o, no sé, me voy de viaje y no intento mostrarte la toma perfecta del lugar donde voy, para mí el mejor contenido es mostrar lo más random que te imagines. Capaz me subí un ómnibus y se rompió. Todas esas cosas para mí son las que conectan con la gente, ven que te pasa lo mismo que a ellos. No es que uno porque tenga este trabajo está en otra dimensión. Yo intento conectar con eso y es lo que muestro. Por eso siento que la gente valora ese contenido más genuino y no tan perfecto, que capaz es lo que estamos acostumbrados a dar en los medios tradicionales.
Siento que la gente valora ese contenido más genuino y no tan perfecto, que capaz es lo que estamos acostumbrados a dar en los medios tradicionales. Siento que la gente valora ese contenido más genuino y no tan perfecto, que capaz es lo que estamos acostumbrados a dar en los medios tradicionales.
AF: Como nunca tengo la posibilidad de hablar con alguien como vos, déjame hacer un poquito de catarsis psicoanalítica con el tema de los medios tradicionales, porque todo el tiempo tengo choques con los de mi generación. ¿Tenés televisor en tu habitación?
A: No.
AF: ¿Tus amigas y quienes te siguen tienen televisor en la habitación?
A: No. Es más, tengo una regla en mi casa y es que está prohibido mirar el informativo. Nos sentamos a comer y desde que soy chica siempre era muy común eso de el noticiero: mataron a no sé quién, robaron a no sé quién y desde que crecí y formé mis ideas les dije: "ustedes discúlpenme, pero no puede ser que todo el tiempo estemos escuchando esto". Y ahora ellos hicieron ese cambio y ya saben que voy yo y ponen otra cosa, tipo esos programas que construyen en casa. Y eso no significa que uno no se informe, pero de otras maneras o eligiendo qué información consumís.
AF: Esto que estamos charlando me voy a encargar personalmente de que lo escuche Youtube, o que lo escuche Google, porque viste que uno tiene contactos. Yo también tengo mi canal, entonces te lo pregunto: ¿vos también consumís YouTube?
A: Es que uno elige qué ver. Yo llegué a la época que uno miraba la guía para ver qué programa había.
AF: ¿Qué edad tenés?
A: Tengo 22.
AF: ¿No sentís que tanto vos como quienes te siguen no buscan un horario para ver? O sea, si pasa algo yo sé que lo voy a encontrar y va a estar, y lo veo cuando tenga ganas de verlo.
A: Tal cual y también hay algo que noto y es que mi generación tiene como un lapso de atención a las cosas que es muy corto. Me voy a poner de ejemplo: viste que se puede subir la velocidad de los audios de WhatsApp, de los videos y a veces me pasa que tengo que ver un video y si es muy largo, le subo la velocidad y lo veo tipo en 1.5.
AF: ¿Todos en tu grupo de amigas o amigos escuchan los audios en 1.5 o 2?
A: Si la persona habla muy rápido en 1.5, pero si no en 2. Es terrible, lo reconozco, no es algo que me ponga contenta y lo asocio también con otras redes sociales, por ejemplo como TikTok. Ahí no ves un video de 10 minutos como en Youtube, ni un programa una hora como antes en la tele. Es todo de 10 segundos, de 15 segundos, es un estímulo muy rápido. Miraste uno, mirás otro.
AF: Ahí te tengo que pedir un un consejo, porque yo estoy escribiendo un ensayito sobre la velocidad. Tengo una persona que conozco, que se llama Luciano Concheiro, que escribió un ensayo sobre la velocidad del mundo capitalista. Él dice que siempre se festeja lo rápido. En el mundo en el que estamos se festeja lo rápido y te cuento esto: hay una catedral en Alemania donde instalaron un órgano que está tocando una pieza de John Cage. La va a completar en 375 años, cada 57 o 60 años cambia el tono. Es una instalación contra la velocidad del mundo. Lo hicieron en el 98, creo que cambia en el 2039 a Re y dentro de 379 años va a terminar el tema. Es una parada de manos de la lentitud a la velocidad. Y lo que me pasa con TikTok es que siento que es muy adictivo. Contame cómo se maneja eso, porque es cierto que ves un video y terminás viendo 10.
A: Me pasó que empecé en YouTube, entonces es súper acostumbrada a videos largos, a hablar un montón, a mí me encanta explayarme, hablo de temas todo y al principio me negaba a TikTok. Con pandemia y mucho tiempo libre me lo bajé. Pasa algo en TikTok que es que la primera vez que entras te salen videos de cualquier cosa, pero después el algoritmo detecta tu personalidad. Sabe todo lo que vos pensás, lo que te gusta...
AF: YouTube también.
A: Para mi TikTok es mucho más específico. Como son videos más cortos te genera eso. Pasaron tres horas y seguís allí.
AF: Enseñame esto: X es un poco más político y más de actualidad, ¿cómo diferenciarías Instagram, TikTok, y YouTube? La esencia de cada uno.
A: Noto que Instagram se quiere parecer cada vez más a TikTok con los reels. En Youtube también pasa con los shorts, videos cortitos. La retención, la capacidad de prestar atención de la gente a algo es cada vez más corta, entonces son necesarios esos cambios.
AF: ¿Lo tenés medido?
A: Cuando hacés un video, si ves las estadísticas, te dice el momento en donde la gente salió y son pocos segundos.
AF: ¿Te fijás en las estadísticas?
A: Sí, obvio. Ahí ya entra como estrategia de marketing la primera palabra que decís, cómo lo enganchás. Hay un montón de cosas aunque que mucha gente crea que solo subís videítos.
AF: No voy a necesitar ir a mi sesión con el psicoanalista. Yo tengo mi medio y cuando hago editoriales me va muy bien. En vivo tengo 15 a 20.000 y ayer salí desde acá desde Montevideo por zoom y hoy tiene 128.000 vistas el programa, o el envío de una hora y cuarto. Eso va a terminar en 200.000 visualizaciones en una semana. Pero cuando empiezo a editorializar con mis formas de la tele abierta, lo que traigo por ahí larguero, de filosofía, todos me empiezan a poner el chat "Z", como que se duermen. Me vuela la cabeza, me enoja, y tiene que ver con esto.
A: Igual es terrible. A mí me encanta leer y cuando era más chica tenía la capacidad de leer un libro en un día. Y ahora, claro, con todos esos estímulos que estoy consumiendo todo el tiempo me quiero poner a leer un libro y leo una página y yo estoy pensando en otra cosa. Mi nivel de concentración disminuyó. O estudiar para la facultad... estoy estudiando, suena el celular y ya te colgaste una hora mirando TikTok.
AF: ¿Viste las estadísticas de cuántas horas estás conectada en el día?
A: Prefiero no verlas a esas. Igual me justifico porque trabajo de esto.
AF: Contame lo que estudiás.
A: Comunicación. Igual me cambié antes, estudiaba trabajo social porque también siempre tuve ahí un cuelgue con todo lo educativo.
AF: ¿Qué te gusta de comunicación?
A: Elegí la orientación periodismo, y me arrepiento un poco. Lo hice en ese momento, como mi trabajo no va a ser para siempre y va fluctuar, pensando en tener ese respaldo con los medios tradicionales. Pero en realidad en la carrera de otras orientaciones como audiovisual, marketing, y a veces pienso que me hubiera gustado más ir por ese lado. Me hubiera dado más herramientas para lo que hago.
AF: Te lo pregunto filosóficamente, ¿vos haces periodismo?
A: Lo que pasa que las materias en la facultad son más por el lado de lo escrito.
AF: ¿Usás chat GPT?
A: Evito usarlo.
AF: Write for me, escribe por mí. Si yo escribo un ensayo, escribo una columna, por supuesto que la idea central es mía, pero vos vivís en La Teja. Para ir puedo poner Waze. Me parece que la gente tiene que entender que eso va a ser pasado por arriba, están antiguas las universidades con lo que enseñan.
A: Es lo que te decía al principio. La universidad me ha dado un montón de herramientas y yo soy full defensora de la educación y que la gente estudie y todo es por ahí. Pero, al menos en mi caso, hay un montón de otras cosas que he adquirido en mi propia experiencia trabajando y haciéndome en el propio campo que no es tanto por lo que me ha enseñado la facultad. Pero igual te da un montón de herramientas y te posiciona en otro lugar.
AF: ¿Te gusta mucho el fútbol? En Argentina le llamamos "termo". ¿Sos termo o no?
A: Depende, con la selección bastante. Por ejemplo, lo de las cuatro estrellas es un tema que me discuten los argentinos, y lo voy a discutir a muerte. Son cuatro, cuatro campeonatos mundiales. Después, de acá sigo a mi club. Soy de Progreso, por suerte no soy de Nacional, ni de Peñarol, porque no podría trabajar de esto. Viste que la gente está sesgada, si fuera de uno de los dos no podría opinar.
AF: Son pensamientos hegemónicos.
A: Tal cual, y no me creen que soy de Progreso. Tengo un cuelgue enorme con la selección, no soy mucho de ver fútbol de acá tampoco. Soy mucho de seguir jugadores uruguayos que juegan en el exterior.
AF: Contame cómo es tu club. Debe estar lleno de historia ese club.
A: Es el típico club de barrio. La gente va todos los domingos, tiene un montón de compromiso social, somos pocos, tenemos problemas económicos, pero tiene una hinchada que es tremenda.
AF: ¿Te criaste allí?
A: Toda mi familia.
AF: ¿Tienen buen fútbol?
A: Ahora estamos en la A.
AF: ¿Te vas a Estados Unidos a la Copa América?
A: Me voy a la Copa América.
AF: ¿Qué vas a hacer?
A: Vamos a estar haciendo toda la cobertura de la Copa con El Observador. Va a ser toda la parte digital, así que me van a ver a mí, siendo yo, cómo vivo el fútbol, cómo lo cuento, cómo lo muestro.
AF: A ustedes les toca un partido en Kansas, te pido por favor que vayas a Kansas.
A: Es que mi contenido siempre es eso. Es el fútbol que me atraviesa, pero después yo viajo. En su momento hice un video que hablaba de educación y fue ultra polémico. Me meto, doy mi opinión, hablo. Combino muchas cosas, no solo el fútbol. Mucha gente me sigue por el fútbol, por la selección, pero lo que venga.
AF: ¿Quién te puede? O sea te supera su concepto de ídolo.
A: Luis Suárez. Por lo que significa futbolísticamente para mí. Me dio los mejores recuerdos de mi vida como hincha del fútbol. La época que yo viví de la selección con él.
AF: Pensemos, en el Mundial de Sudáfrica tenías 8 años. ¿Tenías conciencia de lo que veías?
A: Obvio. Ahí fue mi contacto de lleno con el fútbol. Desde ahí quedé loca por la selección: la mano de Suárez, el "loco" Abreu la pica, salimos a festejar. Al otro año ganamos la Copa América. Yo crecí con eso. Por eso cuando me dicen "por qué tanto por la selección", y es no podría ser de otra forma. A mis amigos también les pasa, hay como un cuelgue con esa generación. Vimos jugar a Cavani, a Forlán y a Suárez.
AF: Cuando lo sacaron del mundial a Suárez...
A: Yo me acuerdo de vos defendiéndolo y compartiendo eso.
AF: Barbaridades le dije a la FIFA. Y me trajo problemas. No lo conozco a Suárez, pero creo que está entre los actos de mayor injusticia de la historia del fútbol, haber echado a Suárez de un Mundial. Aparte lo echaron como si fuese un delincuente y todos los chabones que lo echaron quedaron en cana.
A: Él vuelve en la Copa América, sigue jugando, la rompe en el Barcelona. Como que tiene eso de la superación. Y ahora que lo hayan citado a la Copa, es el broche de oro y yo tengo toda la manija (anulo mufa) pero que sea el final perfecto de su etapa con la selección.
AF: ¿Y Cachavacha?
A: Al principio yo era mucho más de Forlán por el Mundial ese que fue una locura, como domaba la Jabulani.
AF: ¡Cómo le encontró la vuelta a la Jabulani! Fue tremendo ese Mundial. Yo estuve y le pegaban a la pelota y la Jabulani era una cosa.. Imposible esa bola y Diego la rompió toda. ¿Y Cavani?
A: Que Cavani se haya retirado de la selección me dejó días de duelo te juro, porque también sentía que estaba en un re buen momento en Boca y que lo podían citar.
AF: ¿Y de los nuevos?
A: Como crecí en una época de la selección que fue maravillosa, cuando era más chica tenía miedo por el futuro. Y Uruguay es una máquina de sacar personas que la rompen con la pelotita, entonces el futuro es totalmente esperanzador: Darwin, Valverde, Bentancur, por donde mires hay promesas, estamos confiados.
AF: ¿Vas a estar en Miami?
A: Sí, vamos a estar siguiendo a Uruguay en todos los partidos, ojalá que sean muchos y me voy a quedar hasta el final, independientemente de cómo le vaya, pero con toda la expectativa de seguir a Uruguay hasta lo último.
Como crecí en una época de la selección que fue maravillosa, cuando era más chica tenía miedo por el futuro. Y Uruguay es una máquina de sacar personas que la rompen con la pelotita, entonces el futuro es totalmente esperanzador.
AF: Vuelvo a los medios y al sistema de comunicación. Yo olfateo que se rompió la intermediación, la gente se hartó de que hubiese palabras sagradas interpretando lo que pasaba. Yo no creo en la verdad, para mí la verdad es una construcción del poder de turno: está lo real y la realidad lo que nosotros podemos vivir y a lo que accedemos es la realidad. Lo real es inaccesible. Entonces, los medios de comunicación se dedican a entregar la realidad. Siento que las nuevas generaciones se hartaron de que haya un intermediador que mastique la comida y se las de pre masticada a los que del otro lado están esperando para comer. Como que las nuevas generaciones quieren separar: no mastiques nada por mí, quiero construir mi realidad. No sé si me podés dar una mirada al respecto.
A: Es un poco lo que te decía antes. Yo no miro el informativo, yo elijo cómo me informo, a dónde voy para buscar la información. No me quedo con eso que me dan, y con esa perspectiva sesgada de lo que te dan. Ya en eso hay como un tremendo cambio.
AF: Es mucho más justo, por lo menos en Youtube, ya que el algoritmo no se puede comprar. Además no miente, lo que gusta va y reproduce. ¿Te enloquece el tema de la estadística? ¿Lo seguís?
A: El que trabaja de esto y te dice que no le importa, te está mintiendo. Hay que verlo, analizarlo para mejorar. Aprendí a tomármelo de esa manera. Analizar por qué a un video no le fue tan bien y las estadísticas te dicen en qué momento la gente salió y revisás de qué estabas hablando. A veces hay un poco de eso y a veces hay un poco de hacer cosas que capaz a la gente no le gusta tanto y este video no la pega, pero si a mí me copa hablar de esto y siento que tiene un trasfondo que está bueno, lo hago igual. También hay que saber discernir. Por ejemplo, lo que te decía, a mí me siguen mucho por el fútbol, y yo no soy 100% fútbol. Me encanta, es mi pasión, pero tengo otras facetas de que a veces viajo y subo videos de eso, o a veces me pinta filosofar y hablar de un montón de cosas, y sé que capaz un vídeo de eso no la rompe, no tiene millones como el video de Uruguay en el Mundial pero lo hago porque me gusta.
AF: ¿Tenés equipo?
A: Yo edito, salvo momentos como el Mundial, en donde si armé un equipo. Ahora edito mucho con el celular.
AF: Te pregunto puntualmente: ¿en YouTube cada cuánto subís videos?
A: Cuando empecé subía un video por semana mínimo. Después me pasó que en el Mundial subía videos todos los días y fue un momento de exposición salado mal, y ahí después necesité tomarme un descanso.
AF: Otro tema ese, el de la salud mental. Ustedes se cuidan mucho con eso, cuando ven que están un poco quemados salen, pero salen no solamente de redes, salen en el trap, salen en cualquier tipo de de forma artística. No se rompen. Te pasó cuando viniste del mundial.
A: En realidad fue un mes y medio que trabajé muchísimo y a un nivel de intensidad altísimo, y volví pesando estar más tranqui por unas semanitas. Después me pasó que el año pasado fue un año caótico en mi vida y se juntó ese receso con un montón de cosas que me empezaron a pasar, y de repente no tenía ganas de grabarme. Yo soy sumamente genuina. Yo a la gente le comparto cuando estoy bien, cuando estoy mal, lo que pienso, todo. Y si realmente me muestro como soy, me van a ver en la miseria y vos no querés ver esto, o sea: yo también intento dejar algo que esté bueno, inspirar. Entonces preferí correrme por un tiempo, trabajar en mí, hacer mi proceso, terapia, estar mejor y volver como en este momento, en donde siento que puedo dar lo que tengo para dar.
AF: Otra cosa que es interesante es que hay un montón de análisis y de nombres de lo que vino que se los puso el mundo pasado, por ejemplo influencers. Yo no creo que ustedes se hayan querido poner Influencer, si hay algo que ustedes no quieren hacer es influenciar.
A: Odio esa palabra, o también llaman influencer a cada persona que no influencia nada.
AF: Pero fíjate que la influencia es lo que necesitaban los medios tradicionales y es lo que ustedes no buscan. Vos no querés influir a nadie. Vos lo que querés hacer es mostrar, contar, no estás con esto para que para tener influencia y poder y generarte cosas.
A: Ahí como que difiero un poco, porque siento que cuando uno tiene un grado tan alto de exposición, yo al menos no puedo tolerar que se quede solo en mi éxito personal, entonces siento que hay que influir positivamente. Si me siguen un millón de personas y yo puedo usar esto para algo bueno, es por ahí.
AF: Clarísimo y allí voy con la segunda pregunta. Otro sello puesto: generación de cristal, no soportan que le digan nada. Y yo, que vengo en los medios tradicionales desde el año 93 y nosotros podíamos decir cualquier cosa, de cualquier persona y nos llegaba nada, porque no había redes sociales, porque no había celulares. Yo podía venir acá a Uruguay decirles cualquier cosa a los hinchas de Peñarol y a los de Nacional, podía venir y romper en pedazos a Luis Suárez, y a lo sumo un uruguayo trabajando en Argentina que me viera cruzando la calle me decía "la concha de tu madre, Fantino", y se terminó. Entonces digo ¿de dónde sacan generación de cristal porque no soportan que lo critiquen? Están abiertos... Hay que soportar 300 comentarios entre los cuales puede haber 20 haters. Es bravo ¿o no?
A: Tal cual y además yo siento que nos dicen generación de cristal porque estamos poniendo sobre la mesa cosas que en tu época capaz no se hablaba o estaban establecidas y era lo normal. Y bueno, nosotros estamos deconstruyendo eso y siempre que hay como un cambio así a la generación anterior le cuesta aceptarlo. Le pasará a mi generación dentro de unos años con otras cosas.
AF: Es que están abiertos permanentemente al ida y vuelta, cosa que mi generación no tuvo. ¿Cómo te manejás con lo negativo?
A: Siento que del Influencer, y sobre todo acá, se tiene como una imagen de que es un cheto que vive en Carrasco, que ya nació con la vida resuelta, que trabaja en esto porque lo acomodó no sé quién y yo soy todo lo opuesto a eso. Vivo en La Teja desde que tengo 15 años, con una cámara que me compré en la feria de una tía de mi madre hago mis videos muy a pulmón, puedo irme de viaje a la Copa América y después me vas a ver en el 306 volviendo a mi casa. Entonces, siempre me pasa que el nivel de crítica que recibo es desde ese lado y se manejan con el preconcepto. Después te puede gustar lo hago o no, eso es totalmente válido.
AF: ¿Qué hacés con eso? ¿Bloqueás, contestás?
A: Intento no leer. Me pasa como en momentos de mucha exposición, como en el Mundial, donde por ejemplo X es el lugar donde la gente canaliza sus miserias.
Siento que del Influencer, y sobre todo acá, se tiene como una imagen de que es un cheto que vive en Carrasco, que ya nació con la vida resuelta, que trabaja en esto porque lo acomodó no sé quién y yo soy todo lo opuesto a eso. Vivo en La Teja desde que tengo 15 años, con una cámara que me compré en la feria de una tía de mi madre hago mis videos muy a pulmón, puedo irme de viaje a la Copa América y después me vas a ver en el 306 volviendo a mi casa.
AF: ¿No te buscás en la lupita?
A: En el Mundial lo hacía y después corté por salud mental.
AF: Yo lo hago todos los días. Pero tengo escindido mi yo. Porque yo social, mi yo artístico, mi yo laboral, por supuesto que me conecto también con mi yo personal, no es que soy estoy escindido y soy un esquizofrénico, tengo dos personalidades, pero difiero totalmente y sé (tal vez lo trabajé mucho en terapia), que en la lupita googleo mi marca o busco mi marca. Están hablando del tipo que no conocen.
A: Me pasa que capaz puedo hacer esa, pero digo "si esto lo lee mi madre" o mis amigos que no están en el mismo lugar que yo y no manejan así, no saben que la gente opina.
AF: Nunca des explicaciones, tu familia y tus amigos no lo necesitan y tus enemigos no las entenderían.
A: En el Mundial en un momento estaba colapsada y tiré un tuit (ni siquiera uso Twitter), se hizo viral y nunca más. A veces entro para informarme o cosas que me interesan, pero sé que no es por ahí y la gente que valora tu contenido lo valora, y los haters son dos y los otros mucho más.
AF: Otra cosa que hice yo: en X tengo 3 millones de seguidores, no tengo la clave, no puedo tuitear desde mi celular, la tiene alguien que me maneja las redes, entonces es como un doble código de seguridad de lanzador de misiles. Porque si estoy caliente, estoy en un mal día y le contesto, me meto en un balurdo al pedo. ¿Cómo te manejás con la seguridad?
A: Hasta ahora nunca he tenido ningún problema. Hace un tiempo viajé sola y todos me decían "cuidado que roban", y yo pensaba: "me roban el celular y me roban mi vida, mi trabajo". Siempre lo veo como desde ese lado.
AF: Contame de la Copa América, ¿vas a hacer contenidos desde tu cuenta y también de El Observador?
A: Claro, toda la parte digital, todos los días, reporte de lo que esté pasando, partidos, de la selección, la ciudad, vamos a mostrar todo. Acreditarse.
AF: ¿Vas a ir a los entrenamientos también? ¿Lo conocés a Suárez?
A: Sofía (Balbi, su esposa) me sigue en Instagram, hace poquito estuve en Barcelona y me invitaron a su restaurante que para mí como hincha, como mi ídolo máximo, fue una locura. Cuando empecé a trabajar de esto era la pandemia, entonces yo iba todos los partidos, zona mixta, pero no te dejaban acercarte a ellos. Y entonces lo tenía cerca y nunca podía hablar con él. Y así estuve tres años que lo veían todos lados y jamás se daba ese encuentro hasta un día se dio y llegué a mi casa llorando.
AF: ¿Para vos es más que Messi?
A: No. Soy objetiva. En mi corazón obviamente que sí, pero futbolísticamente lo de Messi... Y amar a Messi me ha traído muchos problemas, más que nada en el Mundial.
AF: ¿Cuántas estrellas tienen ustedes?
A: Cuatro.
AF: No entiendo.
A: Cuatro
AF: Pero justificámelo.
A: Dos son de 1930 y 1950, que son mundiales propiamente dichos. Antes de eso, y esto no lo estoy diciendo yo, lo dice la FIFA, ante de los mundiales la máxima competición eran los Juegos Olímpicos, y Uruguay ganó dos: en 1924 y 1928, La FIFA considera que esos Juegos Olímpicos tienen valor de campeonato mundial.
AF: ¿Pero no sería comparable a decir que Hispanicius, que fue un gladiador de Vespaciano, fue campeón de la UFC porque el tipo combatió cuando no estaba el UFC?
A: Se puede debatir, pero no es algo que inventamos los uruguayos.
AF: ¿Pero cómo vas a decir que tienen cuatro estrellas? Tienen dos.
A: ¿Si las tuvieras vos?
AF: No te las cuento.
A: ¡Por favor! Andá a discutir con tus amigos de la FIFA.
AF: ¿Vos me estás hablando en serio lo de las cuatro estrellas?
A: Obviamente.
AF: Tenés dos.
A: Claro, como ustedes tienen tres, les duele. Argentina y Uruguay en su máximo esplendor.
AF: Hermosa parte termo para cerrar. Gracias, rompela toda.