Con Argentina como aliado, el gobierno busca avanzar en los meses que le quedan de gestión en una modernización del Mercosur para que los socios puedan negociar acuerdos comerciales de forma individual.
La administración de Luis Lacalle Pou presentó en 2021 una propuesta de flexibilización del bloque que no prosperó, aunque el gobierno de Javier Milei retomó la idea y recientemente dio a conocer una nueva iniciativa.
El documento es un proyecto de decisión que cambia las “modalidades de negociación” del “relacionamiento externo” del Mercosur. Fue presentado por Argentina en una reunión del Grupo de Mercado Común (conocido por la sigla GMC) semanas atrás.
El proyecto, al que accedió El Observador por fuentes diplomáticas, consta de ocho artículos aunque el central es el sexto. “En caso que no se alcance un entendimiento en el lapso de dos reuniones ordinarias del GMC respecto al lanzamiento de negociaciones con terceros países o grupos de países (...) los Estados Partes podrán iniciar de forma individual o plurilateral negociaciones con aquellos”, dice el texto.
El artículo menciona, a su vez, que los Estados Partes que inicien negociaciones deberán mantener “informados a los demás” de forma periódica de los “avances registrados”.
En el séptimo, el proyecto agrega que los acuerdos que alcancen los países mediante esta modalidad “estarán abiertos a la adhesión de los demás Estados Partes”.
“La adhesión se formalizará, una vez negociados los términos de la misma entre los países signatarios del acuerdo y el Estado Parte adherente, mediante la suscripción de un instrumento adicional al respectivo Acuerdo”, detalla.
En el último artículo –el octavo– señala que la decisión no necesita ser incorporada al “ordenamiento jurídico” de los países porque reglamenta aspectos de la organización o funcionamiento del Mercosur, lo que supone que no debe ser aprobada por los respectivos parlamentos.
Aplicación “secuencial”
La propuesta presentada por Argentina habla en el primer artículo de establecer un procedimiento de “aplicación secuencial” de las “modalidades de negociación” con terceros países.
El segundo agrega que el GMC podrá elaborar estudios de factibilidad o de impacto de un acuerdo comercial para cada Estado y el Mercosur en su conjunto. “Dichos estudios podrán realizarse en cualquier etapa de la negociación, inclusive antes de su posible inicio o luego de su conclusión”, dice.
El tercero, en tanto, habilita iniciar “negociaciones conjuntas” en las que se contemplen ofertas comunes de desgravación de aranceles, ofertas con elementos de diferenciación u ofertas nacionales; cronogramas de desgravación / convergencia diferenciados y compromisos diferenciados en las distintas disciplinas y capítulos sobre el bienes, servicios e inversiones.
El cuarto permite que los Estados Parte inicien negociaciones con terceros países en las que se contemple suscribir con las contrapartes acuerdos marco para la “construcción progresiva de un área de libre comercio”. En este caso se debe establecer en apéndices bilaterales los compromisos comerciales de cada Estado Parte.
“Los acuerdos comerciales negociados al amparo del artículo 4, deberán contemplar cláusulas evolutivas que permitan cubrir lo esencial del intercambio comercial con las contrapartes, así como ampliar y promover la convergencia progresiva de los compromisos negociados, de manera consistente con la construcción gradual del Mercado Común del Sur”, complementa el quinto.
Giro político
Siguiendo la línea que había planteado el Frente Amplio, desde el inicio de su administración Lacalle Pou buscó modernizar y flexibilizar el bloque, aunque nunca encontró eco en todos los socios.
Al comienzo, tuvo como aliado a Brasil, que con Jair Bolsonaro al mando incluso se sumó al planteo realizado en 2021 que fue rechazado por Argentina y Paraguay. Ahora, tras la victoria de Javier Milei, Argentina se sumó a la idea, pero Brasil –con Lula en el poder– ya no está afín.
Esta semana, los cancilleres se reunieron en Montevideo pero el comunicado ilustró que no hubo avances en la propuesta.
El nuevo posicionamiento de Argentina había quedado de manifiesto en julio en la cumbre de presidentes del Mercosur realizada en Asunción. Ese día, la canciller Diana Mondino pidió un aggiornamento de las relaciones externas del bloque y adelantó que su país propondría una forma “novedosa de negociación” que fuera “más rápida”.
El texto presentado habla de aggiornar al Mercosur para transformarlo en una “plataforma ágil y eficiente” para la inserción internacional de los países permitiendo adaptarlo a la “dinámica de los nuevos tiempos”.
La vieja propuesta de Uruguay
El borrador presentado por Uruguay en 2021 constaba de 11 artículos y era un proyecto de decisión del Consejo del Mercado Común. Establecía mecanismos progresivos de flexibilización que comenzaba con la elaboración de un plan conjunto de negociaciones externas.
Luego se introducía la posibilidad de negociar a ritmos diferenciados y mediante ofertas individuales y, finalmente, se habilitaba la opción, en caso de que no existiera consenso entre las partes, e informando previamente al GMC, de que los miembros negociaran bilateralmente con terceros.