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9 de septiembre 2024 - 17:54hs

La fiscal Sabrina Flores pidió a la Justicai los procesamientos con prisión del excomandante de la Armada Tabaré Daners y de ocho oficiales por torturas y tratos crueles e inhumanos cometidos en las instalaciones de Fusileros Navales (Fusna) y la Prefectura Nacional Naval en la década de 1970 y principios de 1980.

La lista la completan los oficiales Alex Lebel, Felipe Viacaba, Fernando Lecumberry, Victor Da Silva, Federico Lebel, Héctor Corbo, Obdulio Custodio Amaro y Arturo Olivera. Además pidió la extradición a España del exmilitante del Partido Comunista de Uruguay que se pasó a colaborar con la Armada, Fleming Gallo, y a Italia la de Jorge Troccoli.

El caso, que se tramita por el proceso penal viejo, se inició luego de que presentaran la denuncia Victor Tosetto y Alfredo Ramos Capdevilla por hechos delictivos cometidos en el Fusna y Prefectura Nacional Naval (PNN) de privación de libertad cometido por funcionario público encargado de una cárcel, abuso de autoridad contra los detenidos, pesquisa, violencia privada, amenazas, lesiones personales, atentado violento al pudor, todos ellos de naturaleza de lesa humanidad. La noticia la informó Eduardo Preve en X.

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Daners fue jefe de Brigada del Fusna entre diciembre de 1975 a 1977 y estuvo también en Logística, según declaró y contó que como máximo hubo allí 20 detenidos y cuando se fue en 1980 quedaban ocho. Declaró: "De los detenidos se encargaban los comandantes. Uno de ellos fue Federico Lebel; no recuerdo a otro. Ingresados los detenidos se los entregaba al S2; ellos eran los que participaban en los interrogatorios. Mientras yo estuve el S2 lo integraba Troccoli y Larcebau. Nunca participé de ningún interrogatorio. Tuve contacto con los detenidos solo un año".

En el dictamen al que accedió El Observador, Flores indicó que del análisis de las actuaciones, “se entiende que surgen elementos de convicción suficientes para sostener que Fusna y de la Prefectura Nacional Naval (PNN) ubicados en el Puerto de Montevideo, durante la década de los años 1970 y principios de la década de 1980 se realizaron diversas detenciones ilegales por Agentes del Estado (incluso en ocasiones por personas que no revestían tal calidad pero que contaban con el apoyo de los mismos), de numerosos civiles entre los que se encontraban los denunciantes y deponentes de autos, los que fueron fuertemente reducidos llevados encapuchados a los referidos lugares”.

“Allí se le practicaron a los denunciantes y otras personas diversos actos tortuosos que consistían entre otros como invasiones con objetos en sus cuerpos, submarinos, atados, mojados, maniatados, sin poder ver la luz, siendo golpeados con las manos y objetos en los oídos y cuerpo, aplastados los pies, dejándolos con olor en el cuerpo por varios días sin poder higienizarse, sin ver la luz del día, siempre bajo capucha, los que en ocasiones pudieron percibir voces o alguna silueta o datos de los agentes públicos estatales, entre otros apremios físicos y mentales", sostuvo la fiscal.

En el dictamen de 53 páginas señala que la tortura "iba desde submarino seco o mojado (con agua podrida en la que había excrementos, vómitos, agua utilizada en otras oportunidades), picana eléctrica (imponiéndoles las pinzas conductoras en diferentes partes del cuerpo, ya sea orejas, pezones, tetillas, vagina, testículos, mojándolos y pasándoles corrientes)".

Según afirma "la aparente finalidad de estas torturas eran que los mismos brindaran datos respecto de otras personas requeridas, de organizaciones, se auto implicaran en hechos, y posteriormente firmaran su confesión ante juez sumariante (quien en caso de no firmar la confesión o negar los hechos que se les adjudicaba les amenazaba que volverían a la tortura)".

Flores recoge en el documento varios testimonios de las víctimas que declararon y que en sus declaraciones identificaron a los ahora acusados por la Fiscalía.

Uno de ellos relató: “… estuve tres días parado, esposado y picaneado con los bastones de la milicada para ablandarme y les diera la dirección real de donde vivíamos con mi compañera. Interrogado por varios -creo que eran oficiales- a piñazos, patadas y submarino seco, (…) me volvieron dos días más de plantón desnudo en un patio o pieza circunstancias en que siendo el último en permanecer de pie mi conciencia estaba perturbada al ver guardias y personas flotando en el aire y otras por el estilo, con grabaciones de gritos y llantos de que parecían ser familiares o compañeros. Era algo infernal".

Otra mujer que estaba embarazada de tres meses contó que todo el tiempo le decían que su hijo no iba a nacer.

“Estaba colgado y me pasaban electricidad creo que tenía electrodos en los dedos gordos y esa persona estaba ahí me dijo ´paren porque la queda´, utilizó esa expresión (…)

Otro denunciante que declaró ante la Justicia relató la tortura del tacho: “El tacho consiste en un bidón de 200 litros para transportar aceite o petróleo a mí me llevan y me vuelven en el tacho con las manos y los pies atados, hasta que no existe respiración, se empapa la tela que nos tapa la cara y eso dificulta la respiración, y cada vez la zambullida es más prologada hasta que siente puntadas en los pulmones y uno piensa que estos van a estallar, esto lleva a uno aun estado de desesperación a no poder respirar...”.

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fiscalía pedido de procesamiento denuncia tortura

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