Suárez estuvo internado en el mismo hospital que un integrante de Los Colorados, la banda enemiga
El ambiente en el Hospital Maciel era tenso o estaba “caldeado” como definió uno de los médicos cuando vio llegar baleado a Luis Alberto “Betito” Suárez, líder del clan familiar que es conocido en Cerro Norte como “Los Suárez”.
Esta familia está enfrentada a “Los Colorados”, otro grupo de delincuentes que operan en la misma zona y ambos están vinculados a la balacera que se suscitó el pasado domingo en Buceo.
El narcotraficante fue baleado en los cruces de Egipto y Berna, donde la pareja de Suárez tiene un supermercado desde hace varios años. Recibió cuatro heridas de bala y en la escena encontraron alrededor de 30 casquillos.
Según la escasa información que dieron testigos del hecho a la Policía, una moto de color negro pasó y comenzó a disparar contra Suárez, quien estaba parado cerca de la puerta del comercio.
El Betito fue operado de urgencia en el Hospital del Cerro, a donde llegó en un taxi. Tras ser intervenido, se dispuso su traslado hacia el Maciel, donde uno de los Colorados está internado y siendo acompañado por sus familiares.
Allí la ambulancia de Suárez llegó custodiada de móviles de la Guardia Republicana, pero tras dejarlo, los efectivos se retiraron.
La Policía dispuso un par de patrulleros que quedaron custodiando el hospital. De un lado había alrededor de 20 familiares e integrantes del clan de los Suárez, mientras que del otro había un número similar pertenecientes a Los Colorados. Lo que los separaba a ambos grupos era una calle porque mientras Suárez estaba internado en la zona de Emergencia, el integrante de los Colorados estaba en otra sala del mismo hospital pero en otro edificio.
Precisamente, Suárez estaba en la sala Miguel Martínez, enfermero que fue asesinado en 1997 mientras un preso permanecía internado, según consignó el periodista Gabriel Pereyra en su cuenta de X.
El personal médico se mostraba “nervioso”, según declaró una fuente que estaba en el lugar a El Observador. Para ese entonces, el delincuente estaba fuera de peligro y consciente, además de que insistía para irse.
De acuerdo con las fuentes, en ningún momento ambos grupos criminales supieron que habían coincidido con sus adversarios en el mismo sitio.
Sin embargo, al Betito le llegó el dato que el clan opuesto estaba cerca, por lo que habló con los médicos y les comunicó que si permanecía internado correría peligro todo el personal, además de él.
“Miren, me voy para mi casa por mi bien y el de ustedes. Porque si estos llegan a entrar acá, ni ustedes ni yo vamos a contar el final de esta historia. Les digo porque sé de lo que hablo. No sean bobos”, indicó el narco mientras estaba postrado en su cama.
Finalmente, se levantó y se fue por una puerta trasera. Suárez se retiró con sus más cercanos en un auto, mientras que otro vehículo lo seguía de atrás.
El delincuente, técnicamente, no se fugó del hospital porque no estaba detenido por la Policía. Desde la dirección del centro transmitieron que “mucha gente” decide irse antes de que le den el aval médico.