El Papa Francisco volvió a dirigir a Latinoamérica un contundente mensaje en favor de la justicia social y en defensa del rol del Estado. “No proponen una nueva historia quienes hablan de una supuesta armonía proveniente del mercado. La historia es vieja y los resultados nunca fueron buenos. El Estado y no el mercado es el que gesta la armonía y garantiza la justicia social”, sostuvo el Papa, en una carta enviada a las juezas y jueces de la República Oriental del Uruguay.
El Papa dejó estas consideraciones con motivo del lanzamiento en Montevideo del Capítulo Uruguay del Comité Panamericano de Juezas y Jueces por los Derechos Sociales y la Doctrina Franciscana (COPAJU), celebrado este lunes por la tarde en la Facultad de Derecho de la Universidad de la República (UDELAR).
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COPAJU es un espacio que reúne a magistradas y magistrados de todo el continente americano convocados por las ideas del Papa, quien viene insistiendo en el papel de los operadores judiciales en la construcción de una sociedad más justa y una vida más digna. El Capítulo Uruguay se suma ahora a las otras representaciones del Comité en las tres Américas, desde su creación en 2019.
“Para que no haya más descartados continuó Francisco en su misiva y todos formen parte del sistema económico y social en forma igualitaria e integrada debe concretarse una distribución de riqueza equitativa y justa”. En ese sentido, fue contundente: “No hay sociedades que progresen sobre la pobreza de sus integrantes. En todo caso progresarán algunos en forma individual, pero cabe preguntarse: ¿qué tipo de progreso es ése?, ¿puede tener buen futuro una persona inserta en una sociedad desigual y expulsiva?”.
Luego de leer la carta del Papa, Roberto Andrés Gallardo, presidente del Comité a nivel panamericano y juez en lo Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad de Buenos Aires, explicó que “COPAJU no es una organización religiosa”, sino “una apuesta a la dignidad humana que sigue la mira holística de Francisco”, en referencia a que tanto la crisis social, como la humanitaria y la ecológica son, en rigor, “una sola crisis”. Gallardo señaló que “hoy vivimos las consecuencias de haber seguido por el camino del híperconsumismo, el individualismo, la desintegración social”, y que, en ese escenario, la mirada holística del Papa, junto a un diagnóstico acertado, aporta ideas y sugiere alternativas. “Eso es COPAJU: unirnos quienes estamos en la función judicial en esta propuesta de trasformar en concreto nuestras sociedades”, resumió el juez.
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La apertura del evento estuvo a cargo de los coordinadores del Capítulo Uruguay: Javier Gandini, juez letrado en lo Contencioso Administrativo; María Merlo, jueza letrada de Primera Instancia del departamento de San José; y Héctor Ricardo Iriarte, juez letrado de Canelones de 3º Turno.
“Compartiendo el espíritu humanista, de defensa de los derechos sociales, a favor de los más vulnerables, nos hemos constituido aquí, respetando por supuesto la laicidad del Uruguay, como una asociación laica, abierta a todos los jueces y juezas sin ninguna distinción”, sostuvo Gandini. El magistrado describió una región donde “en los últimos tiempos han tenido mucha incidencia en la opinión pública propuestas que para resolver los problemas que atraviesan nuestras sociedades proponen recortes en derechos y garantías”. En cambio, señaló que desde el Capítulo Uruguay buscarán aportar a “un debate de ideas, un debate jurídico, para que los problemas de nuestra sociedad puedan ir por otro camino, por el camino de extender los derechos y de tutelarlos”.
La jueza Merlo se refirió al “compromiso activo” que todo operador judicial debería tener “en el buen funcionamiento de todo el sistema judicial” y expresó su deseo de que COPAJU sea un espacio para esa propuesta. “Es una forma de cumplir con nuestro deber ético y profesional como magistrados, que no solamente se da en un ámbito cerrado cuando hacemos una sentencia”, explicó.
“Tengan valor. Únanse”
El Papa había comenzado su carta advirtiendo que “en estos tiempos de tantas asimetrías en donde un puñado de personas y corporaciones concentran la mayor parte de la riqueza mundial y millones son descartados, es fundamental entender las cosas con claridad”. Y, como ya lo hizo en otras oportunidades, exhortó a las juezas y jueces –en este caso, de Uruguay– a tomar partido: “Ustedes pueden hacer mucho y hay mucho por hacer. Tengan valor. Únanse. No se dejen confundir por las recetas que ya sumieron a muchos pueblos en la desgracia”. Les pidió que “confíen en la senda de Artiga” y, citando una canción de Alfredo Zitarrosa, reclamó “que la ley no sea una tela de araña que sólo atrapa a los chiquitos y deja indemnes a los poderosos que la atraviesan sin dificultad”.
Por último, aludiendo a otro tema siempre presente en sus palabras, Francisco les solicitó a las magistradas y magistrados que “no ayuden a ‘limpiar las calles de pobres’, ayuden a que no haya pobreza”, y que “hagan realidad los derechos básicos de todas y todos. Comprométanse”.
También estuvo presente Raúl Eugenio Zaffaroni, uno de los directores del Instituto Fray Bartolomé de las Casas (IFBC), rama académica de COPAJU y que en la ocasión también fue presentado en suelo uruguayo. Zaffaroni brindó la conferencia magistral “Un panorama de los poderes judiciales de la región”. Lo acompañó Germán Aller, director del Instituto de Derecho Penal y Criminología de la Facultad de Derecho de UDELAR, quien disertó sobre “Tendencia al punitivismo penal”.