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17 de septiembre 2025 - 5:00hs

Junto al verano, la primavera es la estación más molesta para los alérgicos: al problema invisible del polen que liberan muchos árboles, se suma el problema visible de la pelusa del plátano.

Desde aproximadamente mediados de setiembre hasta mediados de octubre, Montevideo tiene zonas por las que una persona no puede pasar sin que estos penachos rubios le ingresen a la boca, la nariz o los ojos. Y cuando eso pasa, vuelven las preguntas anuales de: ¿Por qué tenemos tantos plátanos? ¿A quién se le ocurrió plantarlos? ¿Las autoridades no pueden hacer algo?

Pero antes de responder esas preguntas, algunos números.

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20250910 Copa de plátanos en la Avenida Gonzalo Ramírez y Juan Jackson donde está la Facultad de Información y Comunicación

Montevideo tiene unos 211.00. árboles según el último inventario, que se hizo en 2008 (no ha pasado tanto tiempo si se tiene en cuenta que se trata de árboles). De esa cifra, un 10% corresponde a plátanos, es decir, son alrededor de 20 mil en todo el departamento. El Centro y Cordón concentran la mayor cantidad de esta especie, pero hay también en otras zonas, como en las avenidas Carlos María Ramírez y Rivera.

El plátano no es, de todas formas, el más común de Montevideo. De todos los árboles, un 22-23% son paraísos y más de un 20% son fresnos, informa el director de Arbolado de la Intendencia de Montevideo, Alfonso Luis Arcos, en entrevista con El Observador.

Ahora, ¿cuándo llegó el plátano a Montevideo? La historia no es tan clara. En su libro La agricultura colonial, publicado originalmente en 1914, Mariano Berro reconoce no tener el dato específico de en qué año fue, pero señala que "es un árbol cuyo cultivo se ha extendido mucho en estos últimos tiempos".

De todas formas, sí detalla su cantidad en la capital, por lo menos en ese momento. "En Montevideo, el año 1913, en los paseos, plazas y calles, había 41.542". Es decir, si se toman en cuenta esos números, en un siglo se redujo a la mitad la presencia de los plátanos en la ciudad.

Por otra parte, Arcos, que dirige Arbolado desde 2016, dice que hay "varias referencias" de cómo llegó esta especie a Uruguay.

Por un lado, está la noción de que aproximadamente en 1871 se plantaron plátanos en Ferrocarril, un pueblo que se hizo para los empleados del propio ferrocarril "en la época de los ingleses". La fuerte asociación que hay entre los ingleses y esta especie de árboles se evidencia en que ellos llaman al plátano London plane.

Oficinas del Servicio de Áreas Verdes de la Intendencia de Montevideo en el barrio Prado

En la misma línea argumentativa (que defiende que en el siglo XIX había plátanos en Montevideo), el ingeniero agrónomo señala que para ese siglo la ciudad ya tenía viveros donde "es posible" que estuviera esta especie.

Y a finales del siglo XIX y principios del siglo XX aparece una figura clave también asociada a la presencia de los plátanos en la capital uruguaya: el paisajista francés Charles Racine. Racine se dedicó a paseos públicos en Montevideo y, entre otras cosas, hizo el Jardín Botánico y El Rosedal. Se había formado en París y trabajó mucho con el plátano, especie emblemática de los bulevares de la capital francesa.

"Se supone que ahí, en los primeros años del siglo XX, se hicieron las plantaciones más grandes de plátanos en la zona de Centro y Cordón. En ese momento, eran las más importantes desde el punto de vista del desarrollo urbano y del prestigio personal", explica el director de Arbolado.

En ese momento, entonces, el plátano era una especie muy bien valorada. Arcos pone como ejemplo que para fines del siglo XIX la Avenida 18 de Julio tenía paraísos y que para las primeras décadas del siglo XX los habían sacado para poner plátanos.

Pero más allá de la buena estima que tenían en su época, ¿qué otros atributos positivos tiene este árbol?

La Avenida 18 de Julio, esquina Convención, en 1922-1923

Las cualidades del plátano

Más allá de la mala reputación que tiene por la pelusa que libera durante un época del año, Arcos reivindica las condiciones paisajísticas y funcionales del plátano que lo hacen un árbol de "valor". "En todas las ciudades de clima templado tenés plátanos y en general mucho más que acá", afirma.

Por un lado, destaca las "cualidades paisajísticas". "Por un lado, la corteza manchada, pocas especies tienen eso. Casi todas las cortezas son oscuras. La del plátano genera como una cosa más luminosa. Y por otro lado, el porte, el desarrollo que tiene, también da una escala importante. El tamaño mismo le da una trascendencia a las calles y avenidas. Y tiene también esa capacidad de generar una cúpula: se cierra sobre la calle".

20250910 Plátanos en la Avenida Gonzalo Ramírez y Juan Jackson donde está la Facultad de Información y Comunicación

"Después hay otra condición que es súper importante: es uno de los árboles que más tolera la convivencia con la zona urbana o el desarrollo en la zona urbana", dice el director de Arbolado de la comuna.

La vereda es la parte "más exigente". Por un lado, los transeúntes caminan constantemente por allí. Por otro, varias instalaciones como "el agua, el gas, la electricidad, la telefonía e inclusive el saneamiento" pasan también por las veredas. Los trabajos en este tipo de servicios, los cambios de pavimento y las construcciones exigen mucho a los árboles que están allí.

"El plátano es de los árboles que más tolera el estrés. Es decir, yo diría que si no se hubieran plantado plátanos en el Centro y en el Cordón no habría prácticamente árboles", dice Arcos.

Gonzalo Ramírez con el Parque Rodó a la izquierda en 1926

Además de ser una planta longeva, es de las especies "que menos problemas genera cuando hay temporales o vientos fuertes". Por ejemplo, otros árboles, como la anacahuita, que abarca solo un 2% del arbolado montevideano, genera más problemas que el plátano, que tiene un 10%.

Qué se hace con la pelusa

La llamada pelusa de los plátanos en realidad es el fruto del árbol: con el viento, los penachos rubios salen de las pelotitas que cuelgan de las ramas y vuelan por la vía pública.

Esto afecta principalmente a personas con afecciones respiratorias, como el asma o el EPOC, o la rinitis, si bien causa molestias para la población en general.

No hay un reemplazo sistemático del plátano en la ciudad, pero cuando se deben sacar ejemplares (por su estado), se los repone con una especie de plátano (la Platanus occidentalis) que produce "la mitad de los frutos" que la que hay en Montevideo (Platanus × acerifolia).

Pero por otra parte, el director de Arbolado menciona otra vía por la que espera reducir la cantidad de pelusa de plátanos en la ciudad: se trata de un proyecto científico con la Facultad de Agronomía de la Universidad de la República.

Fruto de plátanos

Consiste en inyectarle a los árboles unas hormonas vegetales llamadas giberelinas que inhiben la floración (y también el polen que de todas formas no es lo que genera más molestias).

Es algo que se ha hecho con otras especies, como manzanos, perales, durazneros y cerezos para que demoren en dar fruta y puedan crecer vegetativamente. El ingeniero agrónomo Jaime González no conoce casos donde se haya usado en plátanos. Por lo tanto, el proyecto que presentó ante la intendencia junto a su colega, el director de Arbolado, Alfonso Luis Arcos, es innovador.

"Estamos esperando a ver qué les parece, si tienen fondos, si hay financiación para llevar adelante este proyecto. Tiene un montón de horas hombre, de aplicación, de ajustes, de medición", dice González, que tiene un doctorado en Ciencias Agrarias.

Pelusa de plátanos

La forma de utilizar este método puede variar. "Podés aplicar un árbol sí, un árbol no. Podés buscar distintas técnicas para que no haya floración o para que sea reducida", indica. Además, como el producto tiene "muy baja toxicidad" se podría buscar la colaboración de vecinos para inyectar los árboles.

De todas formas, hay elementos todavía que se deben probar, porque los científicos están a la espera del financiamiento para continuar con la investigación.

Pero según el experto, en el caso de que la comuna lo apruebe, se debería inyectar a los árboles anualmente.

"Es una de las cosas que hay que probar, pero yo creo que aplicando en primavera inhibo la floración de la primavera siguiente. Por lo tanto, si queremos controlar la floración de la primavera del 2026, tendríamos que estar aplicando dentro de 15 días, un mes, una cosa así", sostiene.

Dependiendo de la dosis, y de qué tan bien se logra distribuir la hormona dentro del árbol, varía la efectividad. "Pero vos podés inhibirla totalmente", dice González.

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Pelusa del plátano Montevideo Intendencia de Montevideo

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