En medio de cualquier polémica, los protagonistas del incidente suelen aparecer como buenos o malos. Pero Alejandro Maiche, como delegado de la Universidad de la República en el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed) que está en el ojo de la tormenta pública, intenta escapar de ese maniqueísmo. Para él no hay héroes ni villanos en la comisión directiva del organismo evaluador de la educación. Pero entiende que unos y otros son, a veces, parte de un mismo problema con el que se enfrentó en el último tiempo: según cree, hace falta mayor transparencia en la gestión y un fuerte liderazgo académico en la gobernanza.
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