Fabio Montossi repasó el camino hasta llegar al Crilu

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“No vendemos lanas ultrafinas, sino un concepto ligado a un producto”

El director del Programa Nacional de carne y lana del INIA dialogó con El Observador Agropecuario
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19 de diciembre de 2013 a las 19:04

¿Qué reflexión le despierta ingresar en el cuarto año del Consorcio Regional de Innovación de Lana Ultrafina (Crilu)?

Pensar en el Crilu sin analizar 10 años de trabajo en el Proyecto Merino Fino es como mirar la mitad de la historia. Ya existe un aprendizaje de los productores, la industria y las instituciones que nos vinculamos. Y lo sintetizo en una sola palabra: confianza. Que nos permitió utilizar ese capital humano, institucional y tecnológico para proyectarnos al nuevo desafío, que es mayor al de una década atrás.

¿Por qué?

Porque cuando uno compra la idea de entrar a nichos de mercado cada vez más sofisticados hay que estar en la vanguardia tecnológica, en la organización de los actores involucrados, la capacitación de los recursos humanos y, en especial, salir de lo que hacemos de forma habitual para comprender a los actores que están cerca del consumidor final. Eso requiere una demanda intelectual y apertura al cambio. Pongo dos ejemplos. En la investigación tradicional la responsabilidad termina cuando uno va a una jornada y cuenta el experimento o cuando publica la información tecnológica. Otra cosa muy distinta es ir desde la génesis con un proyecto común que tiene como objetivo final desarrollar de forma colectiva un producto que no existe en el mercado uruguayo. El desafío es mayor cuando uno transforma la investigación en una innovación. Investigar es tomar los recursos de la sociedad para transformarlos en un conocimiento. Innovación es transformar ese conocimiento en un bien ambiental, económico o social.

¿Cobra relevancia el Proyecto Merino Fino en la medida que muchos de sus integrantes siguen a la vanguardia con el Crilu?

Definitivamente. Porque hay mucha gente que tiene la gimnasia de mantener los valores que hacen a la esencia del objetivo que se está compartiendo. Hubiera sido muy difícil tener el Crilu sin el trabajo previo de 10 años del Proyecto Merino Fino. Hay un grupo de productores que son baluartes, que continuaron en el Crilu, y otros que se sumaron en esta nueva etapa. Este es un proceso continuo de aprendizaje, hacer en conjunto y generar cosas nuevas. Y los investigadores tenemos claro que somos parte del sistema y no el ombligo.

¿Cómo le explicaría a doña María lo que están haciendo?

Los uruguayos estamos orgullosos de Conaprole, ¿no? Es un sello de calidad en el mundo, pero también una forma de desarrollarse. Con un esfuerzo colectivo de un grupo de productores, que desarrollan un producto, y llegan hasta el mercado y se asocian con otros actores. Por eso compartimos el objetivo de que llegue un día en el que la camiseta celeste (de la selección de fútbol) tenga lana uruguaya en su composición, como dijo el ingeniero (José) Silva, director nacional de INIA. Le explicaría a doña María que es tan importante el sector lanero para el uruguayo que la camiseta celeste debería tener la lana. ¿Por qué? Porque atrás de esa camiseta celeste hay miles de productores vinculados. Hay más de 50 mil familias vinculadas a la producción lanera, que ha sido un sector que ha sobrevivido a los embates económicos y ambientales durante más de un siglo. Sector que se repiensa, se rediseña, está de manera continua buscando una oportunidad para generar valor y seguir en un mercado tan cambiante, dinámico y desafiante que nos toca vivir.

¿Producir lanas ultrafinas es apuntar a lo más valioso?

Sí, es el producto de mayor valor dentro de los textiles. Llega a un nicho de mercado de gente que está dispuesta a pagar por un producto liviano, confortable, natural y no inflamable, pero también exclusivo porque está desarrollado a cielo abierto, en pasturas naturales, con consumo de agua prístina y sobre una cultura de trabajo de campo de la familia rural. Nosotros no estamos vendiendo lana ultrafina, estamos vendiendo un concepto que está ligado a un producto y a la forma en que lo genero.

¿Cuál es el papel del INIA en el consorcio?

Salimos del papel tradicional de la investigación para formar parte de un proceso colectivo donde sabemos que hay componentes sociales, económicos, motivacionales y de mercado. No es solo la genética, la alimentación, la sanidad y el manejo. El mayor mérito de este emprendimiento ha sido tener un grupo de trabajo que está liderando un proceso de diferenciar y agregar valor, pero sabiendo que la fortaleza es el trabajo de equipo, no las individualidades.

El viernes pasado se entregaron los carneros para el cuarto año del proyecto.

Sí, pero hay que recordar que hubo una semilla que pusieron los productores y el INIA, que generaron la base y los recursos necesarios para la etapa siguiente, que fue multiplicar ese material genético para producir cada vez más cantidad y calidad. Cada vez que un productor del Crilu recibe un carnero o semen de un carnero superior que queda en la unidad experimental Glencoe o un embrión, tiene que pagarlo para recapitalizar al consorcio. Porque la genética es una parte, pero tenemos otros proyectos vinculados al desarrollo de una marca, a la responsabilidad social, a la evaluación textil pensando en el consumidor final.

La novedad de 2012 fue apuntar a tener la marca Crilu en las prendas. ¿Puede ser este año la posibilidad de exportar las primeras lanas ultrafinas peinadas?

Es parte del desafío del crecimiento y uno de los objetivos que nos fijamos. Primero fue generar la genética y luego desparramarla en las majadas, porque no olvidemos que en el proyecto participan la mayoría de las cabañas de Merino Australiano del país. Pero siempre tuvimos clara la voluntad de desarrollar el producto y el negocio. Para ello es fundamental tener un volumen de lana para que la industria nacional pueda testear. Y vamos un poco más adelante: estamos haciendo una alianza y tendremos la opinión del que confecciona la prenda en base a un producto uruguayo. Es como tocar la innovación: somos parte de un producto (las lanas ultrafinas) que no existía en Uruguay y se lo estamos llevando a destinatario final. Y le vamos a ir agregando cosas nuevas.

¿Cómo cierra para el Crilu el año 2013.

De porteras para adentro, estamos logrando el objetivo genético cuando recién vamos por una tercera parte del proyecto. El gran salto ahora es pensar el Crilu porteras para afuera.

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